FÚTBOL SALA

Crónica de un batacazo anunciado en Uzbekistán: "¿Qué esperábamos con el sustituto de Fede Vidal en la grada?"

La Selección protagonizó uno de los mayores fiascos del deporte español, pero en la RFEF nadie se sorprendió tras la eliminación en octavos ante Venezuela.

Sergio Lozano y Mellado tras la eliminación de España ante Venezuela en octavos de final en el Mundial de Uzbekistán. /RFEF
Sergio Lozano y Mellado tras la eliminación de España ante Venezuela en octavos de final en el Mundial de Uzbekistán. RFEF
Gustavo Muñana

Gustavo Muñana

España tocó fondo en Andiján. El batacazo de la Selección en los octavos de final del Mundial de Uzbekistán ante Venezuela fue el triste epílogo de la versión futsalera de la novela de Gabriel García Márquez 'Crónica de una muerte anunciada'. No por sorprendente, el triunfo de la Vinotinto fue inesperado en algunos despachos de la Federación Española de Fútbol. Son las mismas instancias de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas en las que se gestó hace meses el fichaje de Jesús Velasco para suplir a Fede Vidal.

"¿Qué esperábamos con el sustituto del seleccionador en la grada?", aseguró un dirigente federativo a Relevo. Un silencio sepulcral parece haberse apoderado del Comité Nacional de Fútbol Sala y tan solo el cesado en diferido alzó tímidamente la voz cuando le preguntaron sobre su futuro: "Lo sabe la prensa antes que yo". El técnico andaluz hizo estas declaraciones en zona mixta después de "pedir disculpas y asumir la responsabilidad en este duro momento" tras cosechar el peor resultado de España en Mundial desde 1989. Tras caer eliminados en cuartos en los dos últimos Mundiales, España se despeñaba en octavos. Una Selección que no se proclama campeona del Mundo desde hace 20 años, no juega una final mundialista desde 2012 y el último título que ganó fue el Europeo UEFA de 2016.

Sin embargo, el verdadero mal trago para Fede Vidal fue cuando supo que Jesús Velasco presenció en el Andijan Universal Sports Complex la eliminación de España. Después de muchos días compartiendo mesa y mantel en Uzbekistán con el jefe de la expedición, Antonio García Plata, y el responsable de las Selecciones del Comité Nacional de Fútbol Sala, José Miguel Calle, fue el humillante descabello que recibió en sus horas más tristes. "Es de las cosas más chusqueras que he visto en la RFEF en años", sentenció un territorialista a Relevo.

Para entender la errática trayectoria de la Selección hay que remontarse al 9 de septiembre de 2023. Fue la fecha en la que la RFEF anunció la baja médica de Fede Vidal en plena tormenta mediática por los aplausos al ex presidente Luis Rubiales en su comparecencia del 26 de agosto. Hay que matizar que meses antes, el murciano José Miguel Monje, ya había sondeado a Jesús Velasco y el Barça tuvo que recordarle al presidente del Comité Nacional de Fútbol Sala que tenía contrato en vigor y remitirse a su cláusula de rescisión (250.000 euros).

Fueron cinco largos meses de ausencia por prescripción facultativa y una delicada intervención quirúrgica. En ese periodo, Albert Canillas fue nombrado seleccionador interino. A pesar de que en el fútbol es habitual que el segundo entrenador asuma el cargo en una situación de esta índole (Robert Moreno lo hizo con Luis Enrique),el gallego Mon Barreiro nunca fue una opción y se optó por el responsable de la Selección Sub-19. El entrenador catalán clasificó a España para el Mundial de Uzbekistán con cinco victorias, un empate y un juego ilusionante.

Se suponía que era un trabajo de continuidad, pero Canillas le dio su sello personal a la Selección implementando el juego de pívot con hasta dos especialistas. La llamada de uno de ellos, Juan Emilio, supuso un punto de fricción entre el seleccionador temporal y Fede Vidal. El técnico jerezano no le perdona al pívot almeriense su espantada en una concentración. A partir de ahí, su relación se fue deteriorando hasta el punto de que el entrenador barcelonés no viajó al Mundial de Uzbekistán. A expensas de su alta médica del máximo responsable técnico de la Absoluta, la realidad es que el vestuario se encontraba muy cómodo con el interino.

La continuidad de Canillas fue una hipótesis abierta ante una evolución negativa de la enfermedad de Fede Vidal, una circunstancia que afortunadamente no sucedió y el seleccionador fue reincorporándose progresivamente con autorización facultativa. Su regreso el 4 de febrero con una histórica derrota ante Alemania fue el prólogo de lo que acabaría sucediendo en el Mundial. El seleccionador volvió cambiado tras superar un durísimo trance personal y siendo plenamente consciente que su futuro estaba decidido. No obstante, quería reivindicarse aprovechando los vaivenes electorales de la RFEF y las dudas de Velasco ante la oferta de renovación del Barça.

En marzo, el equipo azulgrana cerró el fichaje de Tino Pérez y Jesús Velasco dio el si a la RFEF. Fede Vidal empezó a preparar el Mundial de Uzbekistán sabiendo que "aunque ganase 5-0 a Brasil en la final, no seguiría siendo el seleccionador". Una frase que salió de las entrañas del Comité Nacional de Fútbol Sala. Este es el durísimo contexto personal en el que tuvo que trabajar el técnico andaluz tras 14 años trabajando para la RFEF y 6 como máximo responsable de la Selección. Su adiós estaba diseñado con meses de antelación y contaba con reducidos apoyos.

Salvo el portero Dídac Plana, ha habido muy pocas menciones directas al trabajo realizado por Fede Vidal en lo que era un fin de ciclo programado con premeditación y alevosía por José Miguel Monje, su asesor Antonio García Plata y el José Miguel Calle. Públicamente todo han sido críticas hacia el seleccionador, pero una persona que le conoce bien como Eduardo García Belda, Miki, lanzó en el vídeo podcast de 'Futsal Corner' una reflexión compartida por muchos otros entrenadores, que guardan un equidistante silencio: "Qué papel puede desempeñar Fede, su equipo técnico, o sea, incluso su propia credibilidad, no sé si decirlo así, sabiendo que tiene fecha de caducidad, pase lo que pase".

El veterano técnico, que dirigió a Fede Vidal en el Valencia Vijusa y que tuvo a seleccionador como segundo entrenador en el Benicarló, fue más allá: "Es que todo el mundo sabía que estaba fuera y que su sustituto era Jesús Velasco. ¿cómo puedes convivir tú con un grupo de jugadores y de cuadro técnico que lo más importante para ellos es quedar bien con los que van a venir? Es muy jodido estar ahí y vivir eso. Yo a Fede lo veía gestualmente en el banquillo y estaba en otro mundo. Caminaba de un lado para otro como diciendo que hago aquí. Ya hay jugadores diciendo que a la próxima convocatoria voy yo y ese es el ambiente que se ha vivido".

"Es muy difícil gestionar y tener la cabeza fría. Ves cosas por todos los lados. Solo ves sombras a tu alrededor. Es muy difícil jugar un Mundial con ese ambiente y con jugadores pensando que yo al que tengo que agradar es al que viene después. Da igual jugar bien, ganar o perder a Fede Vidal no le querían y le tenían que haber cesado antes. En el último Mundial y en el último Europeo el juego fue igual de aburrido, plano y fuimos una Selección sin liderazgo. Había que haber fichado a Jesús Velasco hace cuatro años o es que estaba en el Barça y prefería estar allí y había que esperar a que acabase contrato. Por una enfermedad no puedo mantener a un seleccionador y creo que Fede es un gran entrenador", aseveró.

A pesar de la innegable transversalidad entre la situación personal y profesional de Fede Vidal, en una auditoria de las decisiones deportivas del Seleccionador, el técnico andaluz sale muy señalado.En la convocatoria inicial del 1 de julio aseguró que solo quería una lista de 15 jugadores, a diferencia de otros países que reclutaban a más jugadores. Así fue, el 3 de agosto, cambió de plan y hubo que llamar de urgencia a Francisco Paniagua y a Javier Mínguez. De hecho, el ala de Movistar Inter acabo formando parte de la expedición que viajó a Uzbekistán.

En la primera lista, Fede Vidal ya hizo una declaración de intenciones sobre los pívots. Solo llevó uno y el elegido era Dani Gabriel. El goleador del Quesos El Hidalgo Manzanares se cayó de la convocatoria el 12 de julio por motivos personales y se citó a Jesús Gordillo. El jugador toledano asumió su rol de descarte. Sabía que no tenía hueco en la plantilla final de 14 que se comunicó a FIFA el 4 de septiembre. Sin embargo, 48 horas antes del debut de España se lesionó César Velasco y el seleccionador decidió incluir al pívot del Palma Futsal.

Gordillo fue de los mejores aún jugando poco. Marcó el empate en el partido inaugural ante Kazajistán y su escaso protagonismo en el segundo tiempo del partido ante Venezuela con una defensa en 10 metros fue una de las decisiones tácticas más cuestionadas del Seleccionador. Fede Vidal tenía un único plan (4-0 con falso pívot) y su negativa a implementar el 3-1 con especialistas ofensivos nos convertía en un equipo muy previsible frente a las propuestas de otras selecciones como Brasil y Argentina, que cuenta con hasta 3 pívots de diferentes características y absolutamente complementarios.

Otro de los temas que más controversia ha generado ha sido la gestión del caso Sergio Lozano. Fede Vidal dejó claro que era su líder y el capitán del Barça hizo todo lo posible por llegar en las mejores condiciones, pero no realizó una preparación igual que los demás y acabó lesionándose en el primer partido. Su balance es de poco menos de dos minutos en pista ante Kazajistán y una lesión muscular en el gemelo de la que no transcendió información desde la RFEF. En el banquillo trató de ayudar, pero en la pista faltó su carisma y liderazgo y en la grada se quedó Javi Mínguez, uno de los jugadores más en forma.

Otro de los debates abiertos en torno a la Selección es la ausencia de jugadores diferenciales. Jesús Herrero se pronunció en redes sociales y aseguró que "por mucho que trabajes, por mucho que lo desees la pista y la competición te pone en tu sitio y el nuestro hace ya tiempo que está lejos de los mejores". Si a nivel colectivo, muchas de las decisiones de Fede Vidal generan confusión, a nivel individual no hubo actuaciones destacadas que evitasen la hecatombe salvo destellos de Catela y Mellado.

El papel preponderante de los extranjeros frente a los nacionales en los clubes acaba convirtiéndose en una pesada losa para una Selección con la segunda media de edad (31'1) más alta del Mundial y la sensación de haberse estancando el relevo generacional con tan solo Antonio Pérez y Jesús Gordillo presentes en la convocatoria como campeones de Europa Sub-19. Por último, también se ha puesto en el foco en la gestión de la portería, donde Jesús Herrero salía de inicio y a los pocos minutos entraba Dídac Plana para usar el juego de pies del portero del Barça, circunstancia en la que Chemi (Jimbee Cartagena) destaca sobre manera y fue infrautilizado.

España comenzó perdiendo 3 de los 4 partidos que ha disputado este Mundial. A pesar de quedar líder de su grupo, nunca transmitió una imagen de solvencia penalizada por la ausencia de finalización. Ahora, desde la Federación deslizan que "Portugal también ha caído en octavos y nadie le da palos como a España". Nada tiene que ver la eliminación del vigente campeón con la de la Selección. La Federación lusa mantiene una fe ciega en Jorge Braz y en un Plan Estratégico diseñado con medios y conocimiento. Y en la Federación Española de Fútbol, el fútbol sala ha pasado de "ser un deporte olvidado a ser un quebradero de cabeza" y es evidente que Jesús Velasco no es el único remedio necesario.