Solo Enric Mas, Roger Adrià y dos arreones de Pablo Castrillo salvan la imagen de España en el Mundial

Cruza Tadej Pogacar la línea de meta en solitario, incrédulo ante lo que acaba de conseguir, y por detrás, el resto de mortales, o para ser exactos, un grupo selecto de ellos, pelea por las dos medallas vacantes. Enric Mas es uno de los privilegiados allí presentes, amén de varios ataques y una regularidad aplastante en el exigente circuito de Zúrich.

No puede el mallorquín, sin embargo, contrarrestar la velocidad punta de sus rivales en los últimos metros. Tras demostrar su excelente estado de forma, algo que ya hizo en el tramo final de La Vuelta, Mas finaliza en una meritoria octava posición y honra el papel de España en el que siempre se recordará como el primer Mundial de Pogacar.

Antes ya habían salvado la imagen del combinado español Pablo Castrillo y Roger Adrià. El jacetano, cada vez más cerca de firmar por el Movistar Team para la próxima temporada, asesta un hachazo idéntico al que le sirvió para ganar dos etapas en La Vuelta a 130 kilómetros de meta, pero es interceptado poco después.

No contento con ello, el todavía ciclista del Kern Pharma, debutante en una cita mundialista, lo vuelve a intentar a 99 kilómetros de la conclusión, justo después de que Pogacar, otro mundo, otra galaxia incluso, atacara a 100 del final en lo que a la postre sería el movimiento clave de la jornada.

Vuelve a naufragar Castrillo, pero no hay nada que reprocharle. Ni a él ni a Roger Adrià, que tras un excelente tramo final en La Vuelta, vuelve a demostrar unas piernas descomunales aguantando con el grupo de los mejores hasta la última vuelta del circuito suizo.

El catalán del Red Bull BORA-hansgrohe responde a los ataques de Mathieu van der Poel como si no fuera el campeonísimo neerlandés quien los hiciera. Ganador hace apenas diez días del Gran Premio de Valonia por delante de Alex Aranburu, Adrià está de dulce, y aunque se descuelga antes del final, cruza la línea de meta en una nada desdeñable undécima posición.

Por detrás, el drama. El Mundial más duro que se recuerda, al menos por recorrido, concluye con Juan Ayuso y Carlos Rodríguez sin apenas presencia en carrera. El alicantino del UAE llegaba a la prueba como el elegido; tanto, que desde el propio equipo español existía la convicción de que una de las claves era convencer a Ayuso de que la de este domingo era su oportunidad para medirse cara a cara con Tadej Pogacar, compañero durante el resto del curso en el UAE.

Sin apenas salir por televisión en los más de 274 kilómetros del Mundial, Ayuso cruza la meta en 26º lugar, a más de seis minutos y medio de su compañero en el conjunto emiratí, que a esas alturas ya se abraza con su pareja, Urska Zigart, y con la marabunta de auxiliares eslovenos.

Rodríguez, por su parte, no ha tenido ningún protagonismo en Zúrich. Tras un año gris en lo deportivo tras la dolorosa pérdida de su padre, el granadino no ha podido quitarse el mal sabor de boca en Zúrich. Tampoco Aranburu, dicho sea de paso, aunque el rematador del Movistar, fichado por Cofidis para las próximas tres temporadas, no era una de las figuras señaladas para la gloria en el durísimo perfil del Mundial 2024.

Con las retiradas de Mikel Landa y Pello Bilbao por sendas caídas, mala suerte la suya, España cierra otra cita mundialista más con nota discreta. Instalados desde el martes en Jungholtz, pequeña localidad a los pies del imponente Gran Ballon, en pleno corazón de los Vosgos, el combinado español mira ya a Kigali, capital de Ruanda y sede del próximo Mundial, todavía más duro que el de este curso.

Enric Mas: 8º

Roger Adrià: 11º

Juan Ayuso: 26º

Alex Aranburu: 58º

Carlos Rodríguez: 59º

Pablo Castrillo: 62º

Pello Bilbao: Retirado

Mikel Landa: Retirado