Urska Zigart, mucho más que la novia de Pogacar: "Me gustaría que en mis carreras me animaran a mí, no a Tadej"

Descuelga la llamada de Relevo en la cama, donde descansa tras un rodaje de varias horas por las laderas de Sierra Nevada, reverdecidas tras absorber cientos de kilos de nieve de los que ya no queda rastro alguno. Saluda, se acomoda y sonríe. Lo hará en repetidas ocasiones durante los casi tres cuartos de hora que dura la entrevista. Urska Zigart es feliz en la sierra granadina. "Este deporte es duro y sacrificado, pero soy una privilegiada", apunta, sincera. Atrás queda ya la brutal caída del último Giro Donne que le provocó una leve conmoción cerebral. En su cabeza solo hay lugar para el presente. Y en esa ecuación hay mucho, mucho ciclismo.

Es que las carreteras están muy bien y podemos preparar muy bien la segunda mitad del año. Ahora, además, ha salido el sol después de unas semanas en las que no ha parado de nevar, y la verdad es que es una gozada. Hoy por ejemplo hacía 16 grados en la cima; hace tres días estábamos a menos cuatro. Hay un montón de equipos aquí, y no solo de ciclismo; nos cruzamos cada dos por tres con otros deportistas, hay gente de la Federación Española, ciclistas, obviamente Tadej, que está aquí… Es el lugar idóneo para entrenar ahora mismo.

Si te soy sincera, entrenar, comer y dormir [ríe]. También tenemos masaje, siesta…

Bueno, aún no estoy cien por cien hecha al horario español [ríe], tengo demasiada energía. Luego, también aprovechamos las salas de spa y las saunas que tenemos en el hotel. Y cuando el clima no acompaña, vamos al gimnasio, que tenemos unas instalaciones magníficas.

Sí, el año pasado no tuvimos preparación en altitud y vine sola. Bueno, estuve con Tadej. Al final, para nosotros estar juntos, pasar el máximo tiempo posible juntos, es súper importante, porque luego, durante la temporada, nos resulta difícil coincidir el tiempo que nos gustaría. Por eso el año pasado decidí aprovechar el apoyo económico que me aportó el equipo [Liv AlUla Jayco] y me uní a la preparación de Tadej con su equipo [UAE Team Emirates] en Sierra Nevada. Luego hice un reconocimiento en los Alpes, también con él, y la verdad es que me fue perfecto. Fui directamente al Tour de Suiza y me sentí genial allí.

Sí, y tengo que decir que he tenido mucha suerte, porque fue una caída muy dura. Tomé muchas precauciones en los primeros días. La verdad es que si fue una conmoción cerebral, fue ligera, pero es cierto que estuve unas dos semanas con cierta incomodidad. No me sentía bien con los ruidos o con mucha gente a mi alrededor; lo notaba sobre todo cuando iba a hacer la compra al supermercado, pero después de esos días me recuperé por completo, aunque nunca hay que dejar de ser cuidadoso con algo así.

Sí, y necesito perderlo.

Creo que es muy personal. Hay quienes se caen casi en cada carrera y vuelven a la bici como si nada. No les afecta. Yo recuerdo que había dado un paso adelante en posicionamiento y en habilidades técnicas antes del Giro y la caída me hizo retroceder dos o tres pasos. Me asusté.

Sí, he trabajado en ello y diría que he recuperado las habilidades de antes. Me han ayudado, claro. Para la parte mental, conté con el apoyo de un neurocientífico especialista, y para la parte más técnica, este mes de enero vino Joel Hardwood desde Canadá para echarnos una mano a todo el equipo. También tengo amigos en Mónaco que son muy buenos en esa faceta más técnica y creo que en mayo nos volveremos a juntar para completar unos días de entrenamientos. Es algo que me ayuda mucho a avanzar y a mejorar, no solo en mi resultado personal, sino en la forma en la que ayudo al equipo. Aun así, soy ese tipo de persona que siempre será cuidadosa, haga lo que haga. No miedosa como tal, pero sí en el lado seguro de la historia [sonríe].

[Piensa unos segundos] Diría que la colocación, el salvar energía para poder usarla cuando verdaderamente la necesite y el ser más inteligente en carrera. Al final, para mí siempre ha sido difícil, porque di el salto directamente a la categoría élite y me costó tiempo aprender cómo funcionaba una carrera. Hace no tanto me mantenía sobre la bicicleta, me quedaba descolgada a 20 kilómetros del final y de ahí trataba de encontrar mi camino hacia meta por carreteras de República Checa, España o Francia. Estaba perdida, rezando por llegar antes del fuera de control. Fue duro. Si hubiera empezado como junior o me hubiera formado en un país más desarrollado en cuestiones de ciclismo, me hubiera sido más fácil aprender este tipo de cosas.

Totalmente, he dado un paso adelante, pero si soy sincera es un aprendizaje activo. No me viene de forma natural. Entender esa lucha por las posiciones, ese efecto de lavadora del pelotón en el que todo se mueve y todas batallamos constantemente por la posición no es sencillo. Necesito pensar muy activamente mientras compito, y no solo dejarme llevar como otras rivales.

Es que a veces yo misma sentía que no pertenecía a este mundo [del ciclismo]. Ya sabes, ves a corredoras con más nombre, con más palmarés, e inevitablemente las respetas, les das más espacio. Todavía tengo que aprender que este es mi lugar, que me merezco estar en el pelotón profesional; me lo he ganado.

Después de eso, iré con el equipo de desarrollo a Gracia-Orlová [25-28 de abril]. Ya no soy la más joven, así que intentaré enseñarles algo con mi experiencia. Nunca he estado en esa posición, pero espero que me escuchen [sonríe]. Me hace ilusión, la verdad, aunque también siento un poco de presión, si te soy sincera. Después de República Checa haré la Itzulia [12-14 de mayo], la Vuelta a Andalucía [29 de mayo - 2 de junio], el Tour de Suiza [15-18 de junio], los campeonatos nacionales [20-23 de junio] y el Giro Donne [7-14 de julio]. Luego, tendremos que esperar, pero me encantaría estar en los Juegos Olímpicos [27 de julio la contrarreloj; 4 de agosto la prueba en ruta].

De momento sí, el Giro es la única confirmada, pero creo que el equipo también está esperando un poco a la selección olímpica. De eso dependerá un poco un posible cambio, porque el Giro [7-14 de julio], los Juegos Olímpicos [27 de julio - 4 de agosto] y el Tour Femmes [12-18 de agosto] son muy seguidos.

Pues si te soy sincera, no tengo ni idea [ríe con cierta ironía]. No nos consta ningún documento que nos explique cuándo ni cómo se hace la selección. La hace el entrenador nacional, eso seguro, pero no sabemos más. Es algo que se hace difícil, la verdad, porque si supiera que ganando los nacionales me gano el billete para los Juegos, estoy segura de que me prepararía a tope para ello. Pero todo es mucho más subjetivo que eso, así que no estaré centrada en los campeonatos.

Bueno, es difícil de explicar. No somos una gran nación. Al final, solo estamos cinco mujeres en la élite, y creo que otras cinco en sub-23. Estamos acostumbradas a competir con hombres de categoría sub-15 o sub-17, pero claro, es complicado, porque su carrera no es la tuya e inevitablemente te influye, igual que tú a ellos. Es un poco extraño. Prefiero pensar en mi día a día, y no en los campeonatos nacionales.

Seguro, pero queda camino. Ahora mismo estamos Eugenia [Bujak] y yo en equipos WorldTour, y tenemos a Urška Pintar, que es la vigente campeona nacional, y a Špela Kern en equipos Continental. Entre las cuatro, yo soy la más joven de lejos, y no me considero precisamente joven [tiene 27 años]. Espero que pronto alguien siga nuestro camino.

Eso es. Ahora tenemos a una chica muy joven, Nika Bobnar, que está en el World Cycling Center (WCC), el equipo suizo que está desarrollando jóvenes talentos de países donde el ciclismo no está tan desarrollado, y espero que pronto llegue a la élite. Al final, el 'boom' que hemos vivido en Eslovenia en los últimos años con los resultados de Tadej [Pogacar], de Primoz [Roglic] o de Matej [Mohoric] ha sido importante, pero ha sido más masculino que femenino. Tenemos a muchas chicas jóvenes que se están animando a practicar ciclismo, pero es difícil dar el salto. Las chicas tienen que decidir muy pronto entre la universidad y el ciclismo, y si no ves un futuro en el que poder apoyarte, es una decisión difícil. Hemos tenido algunos talentos que ya han decidido estudiar Medicina, Física o carreras así en lugar de quedarse en el ciclismo. Es una lástima, pero lo entiendo perfectamente. Si mis padres no me hubieran apoyado, no hubiera llegado hasta aquí, y no todo el mundo tiene esa suerte.

Bueno, creo que ya en las últimas carreras hemos podido ver que no son invencibles, pero es cierto que son el equipo con más talento. Si ese talento se reparte entre más equipos, es una buena noticia, claro, pero es difícil saber cómo va a afectar esto [la salida de Vollering] a la dinámica del pelotón. Lo cierto es que en los últimos años hemos tenido un salario mínimo, hemos sido capaces de enfocarnos 100% en esto y el nivel ha crecido considerablemente. No solo en cuestión de carreras, sino en la posibilidad de hacer semanas en altitud, de preparar y de recuperar como deberíamos. Todo esto lleva al pelotón a un escalón superior, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer, especialmente en la base.

Molestarme no, porque es mi Tadej, ya sabes, lo amo y me encanta hablar de él, pero hay momentos. Si yo voy al Tour de Francia masculino a apoyarle, estoy allí en calidad de su novia, está claro. Pero si en una carrera mía alguien me grita: ¡Pogacar, Pogacar! Me quedo un poco como... Okey, gracias [levanta los pulgares], pero quizás podrías apoyarme a mí. Recuerdo que me hizo muy, muy feliz que en el primer Tour Femmes, el de 2022, estaba subiendo un puerto y la gente me gritaba "Urska, Urska", no "Pogacar, Pogacar". Pensé, ¡por fin!

Aun así, no es algo que me entristezca, la verdad. No competimos entre nosotros. Puedes tener a dos estrellas brillando juntas sin necesidad de que una le quita la luz a la otra. Si puedo decir algo bueno de él, siempre lo haré; él siempre hará lo mismo conmigo. En definitiva, no me cansa que me pregunten de él igual que a él no le cansa que le pregunten por mí... No pasa muy a menudo, ¡pero alguna vez ha ocurrido! Y estoy muy orgullosa de ello [ríe].

Sí, en esas estamos [sonríe]. Para mí no cambia mucho, porque siento que siempre doy el 100%, pero es cierto que siempre ayuda tener un buen resultado o una buena carrera cuando estás en esos meses previos a que el contrato expire. Te puedo decir que me gusta mucho este equipo, tiene una cultura que encaja perfectamente conmigo. Los australianos son muy tranquilos, lo viven todo con cierta relajación, así que veremos qué sucede en los próximos meses. Estos asuntos contractuales cada vez se resuelven antes durante el año, así que veremos. Por ahora no me preocupa mucho.

¿En el equipo o en el ciclismo?

Sí, me encantaría. Creo que he encontrado mi lugar en este equipo. Es verdad que este año ha cambiado un poco todo porque nos fusionamos con el Liv [se formó un equipo de la suma del Jayco-AlUla y el Liv Racing-TeqFind], pero no hay nada que me haga querer cambiar de aires. Me siento bien aquí. Veremos si me ofrecen la oportunidad de seguir.