"Una espiral infernal e infinita": el pelotón femenino se preocupa por su salud mental
La intensidad de la primera división ciclista femenina comienza a pasar factura en sus protagonistas, que reivindica una mejor conciliación y la ampliación de las plantillas.
"Necesito una pausa". Después de recorrer apenas 14 kilómetros de los Campeonatos del Mundo CRI, en los que es favorita a la medalla y de hecho ha marcado el cuarto mejor tiempo intermedio, la suiza Marlen Reusser se detiene. La imagen es impactante: se deja la bicicleta en la cuneta, se sienta en la cuneta y se echa a llorar. "Desde el mismo momento en que he echado pie a tierra, sabía que no era buena idea… pero quería hacerlo. Sé que es una decepción para muchas personas, pero no soy una máquina. El ciclismo es un deporte precioso, pero hay demasiadas carreras, desde las clásicas hasta el Mundial. Esto no se acaba nunca y yo necesito parar".
En una sociedad rendida al falso ídolo de la productividad, descansar es un pecado y parar, un anatema. El conocido como 'burnout' existe en todos los ámbitos; también en el deporte profesional, con su búsqueda perpetua y permanente del alto rendimiento y del Santo Grial de la mejora constante. Muchas veces, sin los recursos necesarios para apoyar al atleta en su misión; muchas veces, sin las estructuras necesarias para blindar su bienestar físico y psicológico.
En el caso del ciclismo femenino, como en muchos otros deportes profesionales practicados por mujeres, se ha generado artificial y bienintencionadamente una burbuja perniciosa. Organizadores y clubes, siempre rogando por un maravedí más que permita cuadrar el presupuesto, han hallado una mina de oro (en buena parte público) en la versión femenina del deporte de la bicicleta. Así, el número de carreras y equipos ha aumentado en la última década a un ritmo vertiginoso que no se corresponde al crecimiento del pelotón, carente de estructuras de formación capaces de suministrar talento a la élite al ritmo demandado. Ante la escasez de ciclistas, los mejores equipos del mundo cubren un calendario en expansión con el mismo número de corredoras en su efectivo, que viajan por todo el mundo disputando ese incesante calendario que refiere con amargura Reusser.
Marlen Reusser stops at the World Championship time trial in Stirling missing a 4th World Championship medal in the TT discipline. She said afterward she was mentally exhausted. After 20km, the native of Bern Switzerland suddenly slowed down, came to a stop and got off her bike.… pic.twitter.com/KbSuuglzlc
— Phillip Martindale (@phillipm61) August 11, 2023
"Mi vida gira en torno a la bicicleta", continúa la suiza, licenciada en Medicina y ciclista del equipo SD Worx, en declaraciones recogidas por DirectVelo. "Me encanta este estilo de vida, y 2023 está siendo un año fantástico para mí. Pero, desde la Vuelta a Suiza, no me siento bien. Y eso que la gané… pero es que después me tuve que volver a concentrar pensando en el Tour de Francia, sin tomarme un respiro. Y lo he encadenado con el Mundial, sin tiempo para disfrutar de las victorias. Me siento como si me estuviera preparando para un examen detrás de otro, en una espiral infernal e infinita".
Las compañeras de Reusser comparten sus sensaciones. Incluso habían advertido que la poderosa rodadora helvética no estaba pasando un buen momento. "La conozco muy bien y podía ver en su cara que…", se interrumpía Demi Vollering, líder del SD Worx de Reusser, con la plata mundialista al cuello, pocos días después del colapso de su gregaria. "Entre los viajes, las carreras y las concentraciones, es muy difícil compaginar el ciclismo con la vida. Hay que encontrar un equilibrio. Yo misma me hice algunas preguntas después de ganar el Tour…" Se emociona. "Hablé con mi psicólogo, y con mi familia, y decidí parar un par de días antes del Mundial. Es muy necesario distraerse, pero resulta difícil cuando estás físicamente reventada".
Desde su nacimiento en 2016 hasta hoy, el UCI Women's WorldTour ha pasado de abarcar 35 días de competición a contar 76, que hubieran sido 81 de no haberse anulado el The Women's Tour británico. Sin embargo, la talla de los equipos no ha aumentado en consecuencia: la mayoría cuentan con 16 ciclistas, que era el máximo reglamentario hasta 2021 inclusive. No obstante, en 2022 se amplió a 20 y en 2023, a 22. Marlen Reusser, en particular, ha acumulado ya 39 días de competición esta temporada. El caso más extremo en primera división es la británica Claire Steels (Israel Premier Tech Roland), futura Movistar, que lleva 52. La normativa fija un límite de 75.
"Bravo por Marlen", proclamó la danesa Cecilie Uttrup Ludwig, sentada a la izquierda de Vollering con su bronce mundialista. "El ciclismo es un deporte durísimo y ahora mismo todas las ciclistas del WWT estamos exprimidas en lo físico y en lo mental. El calendario es muy amplio, y es una gran noticia que siga creciendo. Sin embargo, debemos de empezar a elegir qué corremos y aprender a decir basta. Es bueno que esta conversación llegue a la esfera pública".
En un evento privado celebrado la misma tarde de los Mundiales en Glasgow, la sudafricana Ashleigh Moolman corea el sentir de sus compañeras. "Es necesario que el crecimiento de los equipos y del talento se ponga al nivel del crecimiento de las carreras", reflexiona. "Que las plantillas sean más largas permitirá una periodización". Que las ciclistas puedan descansar en momentos determinados del año, y entrenar sin competir. "Yo misma no he parado en todo el año, y alargaré mi temporada para poder sumar puntos UCI para mi equipo". Efectivamente, Moolman afrontará desde este miércoles hasta el domingo la Vuelta a Escandinavia. Allí se encontrará con Uttrup Ludwig, así como con una Annemiek van Vleuten en plena gira de despedida. Marlen Reusser, mientras tanto, se encuentra de vacaciones… haciendo 'bikepacking'.