Moreno Reina, el árbitro didáctico y viral que entrenó con Medina Cantalejo: "Hay que pasar desapercibido"

Francisco Javier Moreno Reina es el árbitro de fútbol sala más viral del momento. El colegiado sevillano y su pareja, Antonio Jesús García Robles, han sido los protagonistas de dos vídeos difundidos en las redes sociales de la RFEF en los que se realiza un pormenorizado seguimiento de sus actuaciones en dos partidos de Liga en Primera División. Aprovechando la retransmisión de los encuentros de la quinta (Jimbee Cartagena-Quesos El Hidalgo Manzanares) y la séptima jornada (Viña Albali Valdepeñas-Barça) en Teledeporte, la labor de la pareja andaluza, que fue microfonada previamente, pudo ser escrutada con una cámara personalizada. El contenido generado en los diferentes perfiles de la Federación fue ampliamente viralizado y elogiado por su manera de dirigir dos partidos de alta tensión.

Como reconoció en su perfil de X, García Robles es la posibilidad de vivir "un partido de Primera División desde las entrañas del árbitro" al tiempo que elogió la actuación de su compañero que, según este Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte da "una master class cada jornada en el 40x20". A diferencia de su pareja arbitral, que cumple su segunda temporada en la élite, Moreno Reina afronta su décimo sexta campaña en la máxima categoría del fútbol sala nacional y en 2017 se convirtió en el primer árbitro sevillano en lograr la escarapela FIFA. A sus 46 años, este ingeniero de Navegación Aérea es uno de los rostros más reconocidos del arbitraje español por su cercanía impartiendo justicia con autoridad, pero siempre de manera dialogante e incluso pedagógica.

Amigo personal de Luis Medina Cantalejo, durante muchos años era habitual verle entrenar junto a él en el Centro de Alto Rendimiento de La Cartuja cuando el presidente Comité Técnico Arbitral de la RFEF todavía estaba en activo. Tras ascender a Primera División en 2009, ya en 2013 la Liga Nacional de Fútbol Sala le escogió como mejor árbitro junto a su pareja de entonces, el cordobés Juan Ramos Marín. La ruptura de aquella dupla por motivos personales cortó su progresión y le dejó sin un compañero habitual con el que había brillado. Ha tardado tiempo en encontrar un nuevo acompañante fijo, en este caso sevillano como él, pero desde la pasada temporada su veteranía -en plena madurez arbitral- marida muy bien con la juventud de García Robles.

Son 26 años en el mundo del arbitraje al que llegó tras jugar al fútbol sala federado y después de muchos entrenamientos en los parques y zonas verdes del barrio de Montequinto, en Dos Hermanas, donde tiene su residencia. El CTA no autoriza entrevistas con medios de comunicación y denegó la petición realizada por Relevo, pero Moreno Reina habló en un programa del Comité Nacional de Fútbol Sala sobre la iniciativa de visibilizar su trabajo en la pista. "Lo que hace es acercar la figura del árbitro a todos los aficionados y si de alguna manera esto sirve para enganchar todavía más personas a nuestro querido deporte, pues bienvenidos", aseguró y reiteró que "al final el único objetivo del árbitro, por mucho que la gente lo intente interpretar de otra manera, es pasar desapercibido".

En los vídeos difundidos por la RFEF, Moreno Reina interactúa con los jugadores con cercanía, llamándoles por sus nombres y nunca recurre al número de dorsal. Con una exquisita educación, es capaz de conjugar firmeza y seriedad con templanza y empatía cuando el partido sube de revoluciones. Dos actuaciones tremendamente didácticas para entender que "intentamos darle un toque de cordialidad, un toque de normalidad a lo que es nuestra labor e intentar que el juego fluya", explicó el colegiado andaluz, para el que "aunque todas las reglas son importantes, las dos de referencia y que son la piedra angular de nuestro trabajo son la 12, que se refiere a faltas e incorrecciones y la 13, de tiros libres. Un alto porcentaje de las circunstancias que se producen sobre la superficie de juego versan sobre estas dos grandes reglas", finalizó.

Lo mismo le pide al pívot de Viña Albali Valdepeñas, Francisco Solano: "Que no me eches al público encima" en el Virgen de la Cabeza, que le recuerda a su paisano Alberto García que "nos conocemos desde hace muchos años, no me compliques el partido" o al barcelonista Álex Yepes cuando pide una tarjeta para un rival le mira fijamente y le advierte que "para eso estoy yo". Es capaz de frenar un duelo y espetarles a Tomaz Braga y a Juan Emilio Gil en el Jimbee-Manzanares que "estamos aquí delante, por favor, sin brazos, hoy no es el día, no te equivoques, los dos, estoy hablando los dos, venga, así que tranquilidad, disfrutad". En los descansos, nunca rehúye a los jugadores con los que debate camino de los vestuarios sobre las nuevas reglas y da explicaciones acerca de las decisiones arbitrales. "Tenemos que aprender el nuevo protocolo", asevera en voz alta y firme sin estridencias ante las protestas. "Estamos pasando un poquito de revoluciones, normal que el partido está bonito y estáis jugando bien", dialoga al tiempo que tranquiliza a Álvaro López del Pino. Dos vídeos para guardar y que visionen futuros colegiados bajo una premisa: la aplicación del reglamento no está reñida con la comprensión del juego.