FIFA da luz verde al cambio de reglas de la RFEF a dos días del comienzo de la Primera Femenina

El Comité Nacional de Fútbol Sala de la RFEF confirmó, mediante el envío de un correo electrónico a los clubes de categoría nacional, que finalmente se aplicarán en la presente temporada las modificaciones reglamentarias que hemos ido adelantando en Relevo. La imposición de estas enmiendas a las normas se ha fraguado en menos de dos meses sin el consenso de los clubes y entrenadores y finalmente se ha decidido su implantación en plena pretemporada.

El caso más flagrante es el de la Primera Iberdrola femenina, que arranca el próximo fin de semana con nuevas reglas, sin que ni siquiera hayan entrenado o jugado amistosos con algunas de ellas. La Segunda División B empezará el 14 de septiembre, la Segunda el 21 y el comienzo de Primera División se pospone hasta el 12 de octubre por la disputa del Mundial de Uzbekistán.

La primera vez que los clubes de Primera y Segunda División masculina tuvieron conocimiento del cambio de reglas fue en una reunión el 9 de julio. No volvieron a saber nada al respecto hasta el 16 de agosto, en otra reunión junto con clubes del resto de categorías nacionales. Más de un mes después y con la mayoría de equipos trabajando, el Comité Nacional de Fútbol Sala les volvía a reunir para explicarles con detalle las modificaciones que se iban a introducir.

El cambio más novedoso era que el saque de banda se podrá realizar con la mano o con el pie. El jugador tendrá la potestad de escoger como lo hace y podrá cambiar su decisión durante los 4 segundos que tiene para ejecutarlo. Es una propuesta trasladada desde España a FIFA, que se aplicará únicamente en nuestro país de manera experimental.

Cuando finalice la temporada, se realizará un análisis estadístico -solo con datos de Primera División- para que el máximo organismo del fútbol decida cómo reanudar el juego tras un saque de banda. La gran preocupación es que este experimento solo dure una temporada y FIFA, ante las presiones de otras potencias como Portugal o Brasil, decida que la experiencia piloto en España ha fracasado.

Uno de los primeros en pronunciarse fue el seleccionador brasileño, Marquinhos Xavier. Sin miedo a ningún tipo de 'represalia' no como muchos entrenadores españoles que optan por la equidistancia en público y la crítica en privado, expuso una opinión generalizada entre los entrenadores españoles. "Un saque de banda con el pie o con la mano es un retroceso", aseguró en su perfil de X.

El otro cambio afectaba a la relación entre los jugadores y jugadores y los árbitros. Los colegiados tendrán una zona de acceso exclusivo para los capitanes. Realmente, esta norma ya existía, pero a partir de esta temporada se aplicará de forma más activa o severa. El único jugador o jugadora que podrá dirigirse a la pareja arbitral será el que porte el brazalete.

Había otras dos medidas de mayor calado como que el saque del portero no pueda atravesar el centro del campo sin que el balón bote antes y que las tarjetas amarillas al banquillo se consideren acumulativas que quedaban en el aire para sorpresa y disgusto de los clubes y entrenadores. La realidad es que su aprobación dependía de FIFA y la luz verde llegó el pasado lunes "tras una gestiones" aseguró la RFEF y el Comité Nacional de Fútbol Sala ha decidido aplicarlas ipso facto.

Aunque el presidente de la Comisión de Árbitros de Fútbol Sala de la RFEF, Pedro Galán, señaló públicamente que lo más indicado sería ponerlas en marcha en la temporada 2025-26 dado que se desconocía la fecha concreta de su aprobación y aunque FIFA no ha hecho público nada el respecto, el Comité Nacional de Fútbol Sala ya lo ha comunicado de manera oficial a los clubes de categoría nacional.

Así pues, en el saque de meta, el portero o la portera no podrá pasar directamente del centro del campo con la mano. Si esto ocurriese, el árbitro indicará un tiro libre Indirecto en favor del equipo contrario. De igual manera, cualquier miembro del banquillo que reciba una tarjeta, ya sea amarilla o roja, por protestar, acumulará una falta a su equipo. La reanudación del juego será siempre conforme a la decisión previa tomada por el árbitro. Estas dos normas serán de implantación mundial por orden de FIFA.

El pasado 26 de agosto en una reunión de trabajo del Comité de Entrenadores de la RFEF, la mayoría de los técnicos asistentes votó en contra de instaurar esta medida en la presente temporada. Juanlu Alonso, técnico del Quesos El Hidalgo Manzanares y como representante de los entrenadores en el Comité Nacional de Fútbol Sala, aseguró a Relevo que "el timing no es el bueno. Puede que el fondo sea el correcto, pero se está fallando en las formas".

El Comité Nacional de Fútbol Sala hizo caso omiso. Su presidente, el murciano José Miguel Monje, ha dado plenos poderes a su asesor, Antonio García Plata, que ha sido el ideólogo de estas nuevas modificaciones reglamentarias, que serán impuestas por la RFEF de manera unilateral, sin ningún tipo de proceso participativo, análisis previo de las consecuencias, consenso o planificación.

Bajo el peregrino argumento de "la vistosidad del juego" y la populista idea de "recuperar el espectáculo", el martes 3 de septiembre, Antonio García Plata conseguía sacar adelante, a pesar de la improvisación y la precipitación, un cambio de reglas que no satisface a nadie. Su gran logro tal vez haya sido poner de acuerdo a la mayoría de clubes y entrenadores por primera vez en muchos años en contra de una medida que, aún así, no han podido evitar. Entre la impotencia y la resignación, asumen la imposición en privado: "Es lo que hay. Llueve sobre mojado".

El presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala, Javier Lozano, realizó una reflexión en su perfil de LinkedIn y aseguró que "sólo a alguien desvencijado de la realidad se le ocurre hacer un proyecto de cambio de reglas de juego en agosto, sin consultar a los entrenadores ni clubes, y encima sin estar confirmada por FIFA su aprobación. O sea, la alta competición como conejillo de indias de espabilados muy imprudentes que hacen jaimitadas con el trabajo de los técnicos y el dinero de los clubes".