Lo que se cuece en el Barça: no hay para el traductor de Flick fuera de Barcelona y todos alucinaron con Lamine tras el apuñalamiento

Hansi Flick, con cascos y barba de tres días, trató ayer de dar normalidad a su contexto al frente del Barça. Sólo dos refuerzos, Pau Victor y Dani Olmo, media docena de futbolistas que a esas horas aún no estaban inscritos (ahora ya sí, Iñigo Martínez, Pablo Torre, Marc Casadó), y Deco trabajando a destajo para poder vender algo y darle recursos al club para, primero y principal, reducir la masa salarial y, de paso, dotar de algo de liquidez para invertir en la primera plantilla.

Lo de los cascos, por cierto, tiene guasa y da idea de lo tieso que anda el Barcelona. De no mediar un milagro, hoy en Valencia, Flick seguirá hablando en inglés y sólo en inglés a menos que alguien le pregunte en alemán. La explicación es sencilla: no hay pasta para pagar a un traductor en los partidos que el Barça juegue como visitante. LaLiga, a diferencia de la UEFA con la Champions League, no obliga a ofrecer este servicio a los medios y en Mestalla, que tampoco están para dispendios como este, el técnico visitante no tendrá servicio de traducción. Es decir, que los que se quejaban porque Xavi respondía en catalán a las preguntas en catalán, ahora tendrán que saber inglés para entender a Flick. En casa, eso sí, como ayer. Traducción simultánea.

Hablando de Xavi. De vacaciones y sin hacer caso a ninguna de las muchas ofertas que ha recibido, sigue empeñado en disfrutar de un año sabático y, al mismo tiempo, sin entender por qué le costó el cargo la rueda de prensa del 15 de mayo dado que, tres meses después, sus palabras tienen plena vigencia. En estas condiciones económicas resulta difícil, dificilísimo, competir con los rivales que aspiran a los mismos títulos. La cosa es tan extraña que, por ejemplo, no ha habido presentación del flamante Olmo ante los medios. Dani salió a saludar en el Gamper y eso fue todo. No es normal, pero ni eso ni nada sorprende a Xavi, que quedó perplejo cuando se filtró que quería cepillarse a media plantilla, incluyendo a Pedri y Araujo, cuando lo cierto es que él, claro lo que se dice claro, tenía claros tres descartes Lewandowski, Joao Felix y Victor Roque.

El brasileño, que costó 30 millones y otros tantos en variables, es un caso increíble y un dolor de cabeza para Deco, quien pasó jueves y viernes en Oporto viendo si encuentra acomodo al delantero. Porto y Sporting de Portugal tienen interés en comprarlo, también el Everton, y hoy cuando el director deportivo llegue a Valencia revisarán su situación. La postura del Barça es radical: no quieren ni pueden perder ni euro y por tanto, está dispuesto a venderle a cualquiera que se acerque a los 30 millones que se pagaron al Atlético Paranaense. Y además, variables que superen esa cifra. Si no se llega a esa cifra, se aceptará una cesión siempre y cuando cubra la amortización.

El precio, viendo el rendimiento de Tigrinho en el Barça, parece excesivo, pero si uno mira Transfermakt, que es donde se cotillea la valoración de los futbolistas, resulta que está tasado en esa suma. Desconcertante porque, a menos que lo actualicen de urgencia, esa es la misma cantidad en la que se valora a Fermín y Cubarsí, que están a años luz del brasileño. Lo mismo que Lamine, que cotiza a 120 millones. Los tres están en la cresta de la ola por obra y gracia de Xavi que no le habrá dado muchos títulos al Barça pero sí patrimonio futbolístico de espectacular valor económico.

Y una cosa más. Lenglet, inscrito por el Barcelona en la LaLiga y por tanto apto para jugar hoy en Valencia, está con la mirada puesta en el Atlético de Madrid. El francés está de acuerdo en jugar a las órdenes de Simeone, pero el Barça no traga porque el defensa cuenta con que Laporta pague la mitad de su salario. Ahora mismo, visto así, habría que pagarle para que se fuera. Y no se puede. Como tampoco se puede compensar a otros transferibles. Uno de ellos, aunque no se admita oficialmente, es Gundogan, con quien Flick tuvo una charla personal el jueves. Gente que entiende de esto piensa que la llegada de Dani Olmo le ha puesto en el escaparate, pero cobrando lo que cobra… ¿dónde va estar el alemán mejor que aquí? Llegar al Barça es dificilísimo, menos para Vitor Roque, pero salir aún lo es más, incluso para Tigrinho. Esto es un circo.

Los tres responsables de comunicación del club, Alex Santos, Ricard Franco e Ignasi Castello, están de vacaciones desde hace días. Hoy en Valencia, sin traductor para Flick, estará Sandra Sarmiento. Todo muy lógico si tenemos en cuenta los días de tensión que vive el club.