Eusebio Unzué desvela el cambio de Enric Mas en su año más difícil: "Le ha salido el diablo del cuerpo"

Madrid.- Parece un sueño recurrente, pero no, como en cualquier tradición, Primoz Roglic aparece de rojo por la Plaza de Cibeles una vez al año. El esloveno conquistó este domingo su cuarto triunfo en La Vuelta por delante de Ben O'Connor y de Enric Mas, que con el tercer puesto de este curso suma ya cuatro podios en Madrid.

El mallorquín parece otro. Sonriente, amable y sincero en sus respuestas, la sensación que desprende es liberatoria, como quien se ha quitado un peso de encima. Así lo cree él y así lo cree el mandamás del Movistar Team, Eusebio Unzué, que atiende a Relevo desde la capital para repasar una carrera —y un año— de relativos altibajos en el seno del equipo.

Atrás quedan ocho victorias, mención especial para la lograda por Pelayo Sánchez en el Giro de Italia; pero también alguna que otra derrota, como la sufrida por el propio Mas en el Tour de Francia, donde, para dolor de la estructura telefónica, quedó fuera de cualquier lucha por la general tras la etapa del Galibier, en el cuarto día de competición. De todo ello habla Unzué, que el próximo invierno cumplirá 70 años, cuarenta de ellos al frente del Movistar Team.

Pues a ver, el objetivo de terminar en el podio se ha conseguido y creo que hace justicia por lo que ha mostrado Enric durante toda La Vuelta. Luego, a nivel de equipo, pues un poco penado, porque no hemos podido estar todos en las mejores condiciones posibles. Ha habido hombres que han pagado las consecuencias de las caídas [Pelayo Sánchez y Oier Lazkano entre otros], que es verdad que es algo que también han sufrido muchos otros equipos, pero a nosotros creo que es lo que no nos ha permitido dar esa imagen que creo que hubiésemos podido dar si nos hubiera respetado un poco la mala suerte. Por lo demás, creo que nos ha faltado una etapa, que hubiera sido merecida, sobre todo con Enric.

Sí, sí, como estuvo cerca dos o tres días más... Al final, ya se ha visto, hemos vuelto a pagar un poco las consecuencias de la fuga, igual que el año pasado con Kuss. Es lo que tiene dejar a corredores de este nivel con una diferencia tan grande. Aunque O'Connor ha ido perdiendo día a día, ya ves, no ha sido suficiente. Sí lo ha sido para Roglic, pero no para nosotros.

A ver, fue una etapa rapidísima y con un terreno que tampoco favorecía mucho el trabajo en equipo, pero a un hombre como él [O'Connor] no le teníamos que haber permitido adquirir esas diferencias. En la parte final hizo una auténtica exhibición, y claro, ya fue imposible, pero terminamos pagándolo todos, porque ya ves, ha sido líder hasta casi el final de la carrera.

A ver, el comportamiento de los corredores en carrera va también en función de sus rivales, y sobre todo, de sus características. Lógicamente, Enric nunca ha sido un hombre, pues eso, de los que cuando están todos al límite, tener esa capacidad de cambiar. Aun así, creo que de eso se ha hecho un poco una figura de él... Yo creo que hasta irrespetuosa.

Este año, en el primer día de examen en el Tour, allí en el Galibier, Enric saltó por los aires y de alguna forma ya estuvo condenado a pensar como no lo ha hecho casi nunca, metiéndose en determinadas fugas y buscando victorias de etapa. Yo creo que eso ha sido lo que le ha ayudado a cambiar, a liberarse de la responsabilidad que significa liderar un equipo como éste para la clasificación general.

Eso es, como si hubiera saltado un poco el tapón que tenía. Ha empezado a sentirse feliz y a recibir el cariño de la gente ya en el propio Tour, porque le veían atacando.

Exacto. La gente agradece esos movimientos, que ataque y que busque las fugas, pero es algo que, no olvidemos, ha podido hacer porque no estuvo el primer día de examen en el Tour para cumplir con su objetivo, que era la general, como en La Vuelta.

Bueno, eso le ha servido para cambiar, sí. Mentalmente le ha ayudado a dar un paso adelante y a ganar confianza en lo personal. Como consecuencia de ello, hemos tenido un Enric diferente en todos los sentidos, como si le hubiera salido el diablo del cuerpo. Ya no solo por su actitud en carrera, eh, sino por todo. Él se ha encontrado mejor aquí y mira, cuando está bien, no deja de ser uno de los grandes. Te puede gustar más o menos cómo lo ha conseguido, pero alguien que lleva tres segundos puestos y un tercero en La Vuelta, es alguien grande. Demuestra una regularidad muy importante.

Fíjate, a mí es la gran vuelta que más me gusta para que los corredores se estrenen, para que la hagan lo antes posible, porque creo que la orografía italiana y la carrera como tal conforman una gran experiencia para su desarrollo. Desgraciadamente, a Enric no lo hemos podido llevar precisamente por eso que comentas. Él no hizo el Giro en los primeros años con su equipo [el Quick-Step, donde corrió entre 2017 y 2019], y luego, cuando vino con nosotros, llegó ya en una condición de líder o casi líder, compartiendo galones con Alejandro [Valverde], y siempre enfocado al Tour y La Vuelta. Es verdad que el Tour se le ha resistido, pero yo estoy convencido de que terminará haciendo un gran Tour. Y sí, también creo que terminará haciendo el Giro.

Bueno, lógicamente tenemos que medir un poco los intereses comunes de todos. También es importante la curiosidad por parte de Enric, las ganas por descubrir esa carrera. Al final, es un hombre de grandes vueltas y en algún momento la tiene que hacer. No sabría decirte cuándo, pero pasará.