El legado de Nadal es un arma de doble filo para el tenis español: ya no hay Verdascos, Felicianos o Robredos
La retirada del campeón de 22 Grand Slam cierra una etapa maravillosa, marcada también por una clase media que ahora ha desaparecido.
El 6 de febrero de 2004, el día que Rafael Nadal debutó en la Copa Davis siendo todavía menor de edad, el tenis masculino español gozaba de una salud increíble. El ranking ATP mostraba hasta 17 jugadores nacionales en el top 100, y siete de ellos estaban entre los 50 mejores del planeta. Es el récord absoluto, igualando registros de 2001 y 2003. Nunca más se ha vuelto a ver un número igual.
Veinte años después, Nadal se ha retirado como tenista profesional y el ranking ATP muestra una realidad bien distinta: apenas hay seis españoles entre los 100 primeros y solo uno de ellos, Carlos Alcaraz, aparece entre los 40 primeros. La cifra se ha reducido a mínimos. Y aunque España es todavía el quinto país con más tenistas -le superan Francia, Estados Unidos, Italia y Australia, cada uno con nueve-, su gran problema es que apenas tiene jugadores de clase media alta. Ya no hay Verdascos, Felicianos, Robredos, Almagros o Carreños.
A esa situación se le añade ahora la amargura de la retirada de Nadal, el mejor tenista y también deportista que ha habido nunca en España. El campeón de 22 Grand Slam deja un legado enorme: miles de niños, como en su día Alcaraz, sueñan con ser tenistas gracias a su inspiración. Pero ese legado es un arma de doble filo: ha colocado la vara de medir a una altura en la que cualquier cosa sabe poco ahora.
Alcaraz tiene 21 años y ya ha levantado cuatro títulos de Grand Slam -dos Wimbledon, un Roland Garros y un US Open-, pero gran parte de la afición le está pidiendo ya el quinto y cada vez que sufre una derrota recibe unas críticas exageradas en la mayoría de los casos. Aunque Nadal ha jugado un puñado de partidos en las dos últimas temporadas, el balear concentraba muchos focos en su figura. Ahora esos focos se dirigirán inevitablemente a Alcaraz y al resto de tenistas españoles.
Alcaraz: «Voy a intentar no frustrarme»
¿Es eso una presión extra? "La verdad es que para los jóvenes que venimos por detrás y que tenemos muchos años por delante, ha sido una suerte poder vivir la etapa de Rafa, de Federer y de Djokovic, de vivir esa lucha entre esos tres gladiadores. Son jugadores que no son de este planeta", respondía el propio Alcaraz esta semana en Málaga, una vez consumada la retirada del 14 veces campeón de Grand Slam.
España termina la temporada 2024 con cuatro finalistas diferentes en el circuito ATP y solo una en la WTA: es el peor dato en lo que va de siglo
"Pero también voy a decir al mismo tiempo que al final han dejado a mucha gente con esa ilusión de ver qué va a llegar. Y en cierto modo, si los que estamos ahí, los jóvenes o los que venimos por detrás, no llegamos a ese nivel, va a ser como una frustración o decepción para el mundo del tenis", continuaba el pupilo de Juan Carlos Ferrero. "Yo voy a intentar no tomármelo así, voy a intentar simplemente dar mi mejor nivel día a día. Como ha dicho Rafa, que él ha dejado su carrera contento y satisfecho de saber que lo ha dado todo, desde el primer hasta el último día de su carrera. Y es lo que voy a intentar hacer".
"Voy a intentar dar lo mejor de mí, voy a intentar ser la mejor persona y el mejor jugador que pueda. Día a día, torneo a torneo y año a año. Y veremos a ver al final de mi carrera. Si es la mitad de lo que ha hecho él, me iré más que contento. Va a ser muy complicado también seguir lo que han hecho estas bestias".
Alcaraz, una luz en la oscuridad
Alcaraz es ahora mismo el único rostro al que se puede agarrar el aficionado más exigente. El murciano ha levantado este año cuatro títulos (Roland Garros, Wimbledon, Indian Wells y Pekín) y solo un español más ha acabado con una copa en las manos. Se trata del veterano Roberto Bautista, campeón en Amberes. En las Finales de la Copa Davis, España ha vuelto a caer en primera ronda.
EL GRÁFICO QUE MUESTRA EL DECLIVE
En este gráfico se muestra el número de finalistas españoles por año desde la temporada 2000. En este 2024 ha habido cuatro finalistas ATP (Alcaraz, Bautista, Carballés y Nadal) y si ampliamos el foco al tenis femenino solo aparece Paula Badosa, finalista y campeona en Washington. Es el peor dato del tenis español en lo que va de siglo y la tendencia está claramente a la baja. Atrás quedaron ya los tiempos en los que el tenis masculino, además de una estrella internacional -véase Nadal-, tenía una serie de escuderos de lujo. En la última década estaban los David Ferrer, Fernando Verdasco, Pablo Carreño, Roberto Bautista, Tommy Robredo, Feliciano López, Nicolás Almagro o Albert Ramos, por citar algunos.
Varios años antes de esa generación, en 2001, hubo 12 tenistas diferentes que alcanzaron una final. Era la época en la que había cuatro jugadores peleando entre los mejores -Alex Corretja, Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyà y Albert Costa- a los que se sumaba una enorme lista de secundarios de alta gama como Pato Clavet, Fernando Vicente, Galo Blanco, Félix Mantilla o Beto Martín.
Las esperanzas detrás de Alcaraz
En el actual top 100 del ranking ATP sólo hay cinco nombres españoles detrás de Alcaraz: Pedro Martínez (41º), Roberto Bautista (46º), Roberto Carballés (57º), Alejandro Davidovich (62º) y Jaume Munar (63º). El más joven de ellos es Davidovich, que tiene 25 años.
Para buscar una esperanza de futuro hay que irse un poco más atrás en el ranking, al puesto 156, con un Martín Landaluce que a sus 18 años ha celebrado recientemente su primer título en el circuito Challenger. Campeón del US Open júnior en 2022, el pupilo de Óscar Burrieza y Esteban Carril arrancó la temporada en la posición 450.
Detrás de Landaluce, hay varios tenistas menores de 21 años que albergan grandes esperanzas: Dani Mérida (314º de la ATP con 20 años), Alejo Sánchez Quilez (550º con 19 años) o Rafa Jódar (883º con 18 años y reciente campeón del US Open junior).