Cuando Nadal debutó en la Davis con 17 años salvando a España: "Feli, por favor, tú gana, que del quinto me encargo yo"
Nadal regresará a la Copa Davis cinco años después. Su debut fue en febrero de 2004 en República Checa. "Fue una demostración de cómo es él", recuerda ahora Feliciano.
En febrero de 2004, el ranking ATP mostraba a 17 tenistas españoles entre los 100 mejores del mundo, una auténtica barbaridad. Juan Carlos Ferrero era el segundo de la lista, mientras que Carlos Moyà ocupaba el séptimo puesto en una época en la que se iba una generación -los Corretja, Costa, Mantilla...- para dar paso a otra que acabaría revolucionando todo con Rafael Nadal a la cabeza.
Hacer una convocatoria para la Copa Davis en aquel entonces era una tarea bastante complicada porque había muchos nombres entre los que elegir. En el banquillo español se sentaba el bautizado como G-3, un triángulo de capitanes formado por Jordi Arrese, Juan Avendaño y Josep Perlas. España, subcampeona en 2003 en aquella famosa final -la de himno de Riego- que se perdió en Australia, visitaba a República Checa en la primera ronda de 2004 en busca de su primera victoria a domicilio en cinco años.
Desde la primera Ensaladera en el año 2000, España había perdido en sus tres salidas: Países Bajos (primera ronda de 2001), Estados Unidos (cuartos de final de 2002) y Australia (final de 2003). El último triunfo lejos de la tierra batida había sido en la repesca de 1999 en Nueva Zelanda.
Pese a la excelente nómina de jugadores que había en España, el G-3 tuvo que hacer malabares para viajar a República Checa con un equipo de garantías. La fecha, primera semana de febrero justo después del Abierto de Australia, era un engorro. Y además había algunos jugadores con molestias físicas. El caso es que de los cinco españoles mejor posicionados en el ranking, los capitanes sólo pudieron contar con Tommy Robredo. El equipo lo completaron Feliciano López -de 22 años y que había debutado dos meses antes en el dobles en la final de Australia-, Beto Martín -59 de la ATP- y un niño de 17 años que no había jugado la Davis todavía llamado Rafael Nadal.
"Rafa era muy joven y nunca había ganado un partido indoor, pero a nosotros nos encantaba. Llevábamos un par de años viéndolo a unos niveles que sabíamos que era un jugador para la Davis. Desprendía una energía brutal", recuerda en una conversación con Relevo Jordi Arrese. "Tenía una seguridad tremenda, el desparpajo de alguien que confía muchísimo en él".
Aunque los expertos ya venían avisando que ese chico melenudo iba a ser muy bueno, Nadal era todavía un desconocido para el gran público. Ocupaba el puesto 40 del ranking y aún no había ganado su primer torneo. Pero aquel fin de semana en el Brno Exhibition Center, Nadal sorprendió a todos. Fue el principio de su legendaria trayectoria en la Davis.
"Fue una eliminatoria muy complicada. Estaba Moyà en activo y había tres o cuatro jugadores delante de nosotros en activo que no fueron. Y las condiciones eran tremendas. República Checa, pista rapidísima, era casi hielo, un momento del año complicado después de Australia, Moya estaba lesionado… Y acabamos yendo Rafa, Robredo, Beto Martín y yo", recuerda en una conversación con Relevo Feliciano López.
"Yo lo miraba y pensaba: 'Pero vamos a ver, vamos 2-1 abajo, has perdido los dos partidos que has jugado y los has perdido fácil, tienes 17 años, estamos en Brno...' Pero mira lo que pasó. Al final eso es una demostración de cómo es él"
"Empezamos la eliminatoria y el primer día debuta Rafa y pierde fácil con Jiri Novak y al día siguiente pierde también fácil el dobles con Robredo. Habían jugado algunos juntos, pero pierden", añade Feli, que por aquel entonces tenía 22 años. No le falla la memoria: Nadal dio el pistoletazo a la eliminatoria, cayendo 7-6 (7-2), 6-3 y 7-6 (7-3) ante Jiri Novak y acto seguido Robredo igualó el marcador con su 7-5, 3-6, 7-6 (7-4) y 7-6 (9-7) sobre Radek Stepanek.
Al día siguiente, en el dobles, Nadal y Robredo perdieron casi sin opciones ante Novak y Stepanek por 6-4, 7-6 (8-6) y 6-3. La situación era límite para los españoles, que necesitaban ganar los dos singles del domingo para superar la eliminatoria. El G-3 apostó por Feliciano López para el primer punto porque le tenía tomada la medida a Jiri Novak y para el quinto y definitivo se entregó a Nadal. Sin embargo, República Checa descolocó a todos quitando a Novak, su número uno, para dar entrada a un Tomas Berdych que ya apuntaba maneras.
"Antes de salir a la pista, me acuerdo perfectamente de estar en el vestuario para jugar contra Berdych, imagínate, joven, pista dura, un tipo que pegaba durísimo... Y me dice Rafa: 'Feli, por favor tú gana a Berdych, que del quinto me encargo yo después'", rememora Feliciano López. Y Arrese lo confirma: "Nosotros cantábamos una canción para salir más relajados y cuando se acaba, estamos en silencio, nos damos todos la mano y de repente se escucha esa frase. 'Feli, por favor, tú gana a Berdych que el quinto lo gano seguro'".
"Yo lo miraba y pensaba: 'Pero vamos a ver, vamos 2-1 abajo, has perdido los dos partidos que has jugado y los has perdido fácil, tienes 17 años, estamos en Brno...' Pero mira lo que pasó. Al final eso es una demostración de cómo es él", añade Feliciano López. Lo que pasó fue que Feli hizo caso a Nadal y ganó a Berdych por 6-4, 6-7 (2-7), 6-3 y 6-2 antes de que el balear se encargara de Stepanek por 7-6 (7-2), 7-6 (7-4) y 6-3 para dar a España el billete a los cuartos de final.
Nadal, pura Copa Davis
Aquel fin de semana en Brno fue el comienzo de una historia apasionante. Porque España acabaría ganando la Ensaladera en Sevilla con Nadal de protagonista inesperado -derrotó a Andy Roddick en la final- y porque fue el debut del balear en la competición por equipos. En total, el campeón de 22 Grand Slam ha conquistado cinco veces el torneo (2004, 2008, 2009, 2011 y 2019) y cuenta con un 37 victorias y un casi pleno en los partidos individuales, un 29-1 en el que el único rasguño fue la derrota en Brno con Novak.
"Ese palmarés... es que la Copa Davis es Rafa Nadal, es una competición que le va como anillo al dedo porque a Rafa le encanta competir en equipo. Yo lo he vivido con él y es algo que le encanta, le gusta estar en grupo, es un jugador de equipo y se involucra como el que más", señala Feliciano. "En un deporte como es el tenis, que es tan individual, muchas veces no es fácil encontrar jugadores a los que les encante jugar en equipo y eso es muy bonito".
"Además, su forma de ser... Es que pega mucho con la competición. Un tío que no se rinde nunca, que soporta la presión como nadie… Nadal y sus emociones representan a la perfección todos los valores de una competición como la Davis", añade Feli, director ahora de unas Finales que tendrán en noviembre a Nadal como principal protagonista. Será, casi seguro, el último servicio de Nadal por el equipo español. La última página de un libro que empezó hace más de dos décadas, en Brno en febrero de 2004.