La dura vida del número 574 del tenis mundial: "Si no ganas, estás jodido"
El español Miguel Damas cuenta cómo "sobrevive" un tenista que está tan atrás en el ranking. "Los que están arriba se olvidan de los de abajo, aunque Djokovic se implica por todos", dice.
Después de tumbar a Novak Djokovic en la final de Wimbledon, Carlos Alcaraz regresó a España con una copa bajo el brazo y un jugoso cheque en el bolsillo. El murciano se embolsó nada menos que 2,75 millones de euros, uno de los mayores premios monetarios a los que puede aspirar un tenista. En su muñeca lucía un Rolex de más de 30.000 euros.
Al día siguiente de la final de Wimbledon, en el pueblo cordobés de Pozoblanco, Miguel Damas caía en la segunda ronda de la fase previa de un Challenger y abandonaba el torneo con un talón de 360 euros. El mismo deporte, dos mundos.
Mientras Carlos Alcaraz, de 20 años, es el número uno del ranking mundial y una de las caras más cotizadas del deporte, Miguel Damas, de 23, ocupa la posición 574 de la clasificación ATP y sobrevive como puede para mantener el sueño de poder vivir algún día del tenis.
Pero, ¿cómo es el día a día un tenista que ocupa el puesto 574 del ranking? ¿Es económicamente sostenible? ¿Qué torneos juega y cuánto puede ganar a la semana? ¿Qué ocurre cuando se lesiona? "Si no ganas, estás jodido", responde Miguel Damas sobre la realidad del otro tenis, el que no se ve por televisión, lejos de los focos y cerca del barro. "En lo más profundo del tenis vas a perder dinero seguro", añade este jugador nacido en 1999 en Alcalá de Henares.
La diferencia brutal de premios
Miguel Damas alcanzó hace un año el puesto 525 del ranking, su techo hasta el momento. Sufrió después una lesión de muñeca y en su reaparición ganó en el Club de Tenis Chamartín su único título hasta el momento, un ITF Futures M15, la categoría más baja que existe en el tenis considerado profesional. Por encima están los M25, todos los Challenger y el ATP Tour. Por aquel título en Madrid se llevó 3.300 euros.
Pero, claro, aquello fue algo aislado. Es una suma muy parecida a lo que ha ingresado por los últimos siete torneos que ha disputado. "El tenis en estos niveles, estando 600 o 500, da para no perder dinero. Para poder vivir del tenis, necesitas estar entre los 250, cuando ya puedes jugar las qualies de los cuatro Grand Slam, que son los torneos que más dinero reparten", señala Miguel Damas. Un ejemplo: el premio para los tenistas que perdieron en la primera ronda de la qualy de Wimbledon 2023 fue de 15.000 euros. La cifra se multiplicaba por cuatro accediendo al cuadro principal.
"Si tú te lesionas, nadie te da dinero, nadie te cubre las necesidades. Esto no es como el fútbol o el baloncesto, que tienes un equipo"
Número 574 del ranking ATPEse mundo todavía está muy lejos de la realidad de Miguel Damas. "Lo más complicado es verte que no estás ganando mucho dinero, que cada semana juegas torneos que no son profesionales y que no están preparados para cuidarte bien", indica sobre el circuito Futures de la ITF, la Federación Internacional. "Se nota cuando subes a la categoría Challenger, porque hay más facilidades y la economía asciende mucho".
El coste de los hoteles, las comidas y los desplazamientos
Esas facilidades de las que habla Miguel Damas son palpables. Los tenistas que están en el circuito ITF tienen que pagarse todo: desplazamientos, alojamiento y comida. Lo normal es que los tenistas no salgan del país (en España hay unos 80 Futures masculinos y femeninos a lo largo del año) cuando están en este circuito, por lo que los costes son algo menores.
En el circuito Challenger, que tiene diez paradas en España, las cuentas empiezan a ser importantes. Porque hay que viajar al extranjero, con todo lo que implica a nivel de vuelos y alojamientos. "Pero en este tipo de torneos te pagan hotel y desayuno por lo menos", interrumpe Miguel Damas. "No te pagan comidas, cenas ni vuelos y lo de tu entrenador lo tienes que pagar tú. Al final, el prize money lo inviertes en eso. Si hace un buen torneo, te queda algo de dinero".
Miguel Damas, por ejemplo, viajó a mediados de junio a Polonia para jugar el Challenger de Poznan y perdió en la primera ronda de la fase previa. Se llevó un cheque de 290 euros, algo que seguro que no le dio para costearse el viaje y las comidas. Pero él está seguro de que está plantando semillas para el futuro. "Hay que tener mucha disciplina, ganas de mejorar todos los días, seguir a pesar de perder y perder y tener la esperanza de que si sigues entrenando y sigues trabajando duro, al final acabarás llegando", apunta el jugador madrileño. Hasta que llegue, parte del sueño lo costean sus padres.
No paga la ropa ni las raquetas
El mayor drama para un tenista que está en una situación como Miguel Damas es una lesión. Son semanas o meses sin poder entrenar, sin poder mejorar, sin poder jugar. Vas a perder puntos en el ranking y además vas a estar un tiempo sin ingresar un solo euro. Y no sólo eso: hay que pagar al fisio. "Si tú te lesionas, nadie te da dinero, nadie te cubre las necesidades. Esto no es como el fútbol o el baloncesto que tienes un equipo. Lo que ganas es lo que ganas", continúa el tenista.
Por lo menos hay algo que tiene asegurado y por lo que no paga: la ropa y las raquetas. "Hay dos marcas que me están ayudando mucho: Head en raquetas y Joma en ropa. El material es muy importante y si tienes algún contacto puedes acceder a ello. Te dan la ropa y las raquetas gratis, pero no te pagan nada. Eso es cuando estás entre los 200 del mundo".
El ejemplo de Djokovic
Miguel Damas no pierde la esperanza de verse un día en el selecto grupo de tenistas que viven de su pasión. Y si lo consigue, promete no olvidarse de donde viene. "La gente que está arriba se olvida de los que están abajo o dicen: 'Ese no es mi problema'", responde a Relevo antes de rendirse a Novak Djokovic y su lucha por ayudar a los estamentos más bajos del tenis.
El serbio ha lanzado un sindicato, la PTPA (Professional Tennis Players Association), que pretende mejorar las condiciones económicas de los jugadores, sobre todo las de aquellos que están lejos de los focos. "Hay decenas de miles de jugadores que compiten en todo el mundo y lamentablemente solo hay entre 400 y 500 que viven de este deporte, entre hombres y mujeres y contando singles, dobles y mixtos", lamentaba Nole hace unos meses.
"Djokovic se implica por todos los jugadores", sostiene Miguel Damas. "Está haciendo posible que se hagan cosas, que en los Challenger por ejemplo hayan subido un 60% los premios. Que haya iniciativas así por parte de tan buenos jugadores da esperanza".