SELECCIÓN

Montse Tomé pasó del cielo al infierno en 163 días e ideó 'otra' Selección para lo que viene en 2025

La seleccionadora protagonizó un año agridulce: logró la Nations League y la clasificación para la Euro, pero se volvió sin medalla de los JJOO.

Montse Tomé, seleccionadora española, durante uno de los últimos partidos del año de la Selección. /EFE
Montse Tomé, seleccionadora española, durante uno de los últimos partidos del año de la Selección. EFE
Mayca Jiménez

Mayca Jiménez

La Selección y Montse Tomé han vivido una auténtica montaña rusa en el ya pasado año 2024. De un inicio glorioso a un final de dudas, con el fundido en negro que nadie quiere recordar en los Juegos Olímpicos y un equipo en el que ha habido y se esperan cambios. Aunque tanto en los éxitos como en las derrotas la seleccionadora se ha mostrado en calma. "Estoy tranquila con el trabajo", ha repetido como un mantra. Lo hizo tras ganar la Nations League. Y también lo hizo tras la dura derrota en Paris 2024. "Igual no era para nosotros este campeonato", admite que pensó sobre esto último en una reciente entrevista con Marca.

Lo cierto es que nadie apuntó a ella de manera contundente. Más allá del runrún mediático. Y de cuestionar alguna decisión en la gestión de vestuario. Sobre todo, el foco estuvo en la "fatiga". Tanto física como mental. Se desgastó el fútbol de España y, pese a que esto podría haber mermado el futuro de la seleccionadora, desde la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le dieron un voto de confianza. En medio, eso sí, de una batalla electoral que, ya resuelta, deja a Rafa Louzán como nuevo presidente. El gallego, por el momento, mantiende Tomé en el cargo con dos pruebas de fuego en el camino -Nations League y Eurocopa- y un contrato que acaba el próximo verano. Después de la cita continental en Suiza.

Echando la vista atrás, Montse Tomé puede presumir de lo mejor y de lo peor. De un periodo en el que ha vivido blancos y negros. Polémicas, errores en la gestión del vestaurio y también éxitos, correcciones que cuajaron y reconcialiciones por y para el fútbol. Aunque, sin duda, el no volver con medalla de los Juegos Olímpicos a los que España llegó como favorita lo dinamitó todo. Incluso sus planes en el vestuario.

Aunque vayamos por partes. O, mejor dicho, por fechas. De aquel 28 de febrero en el que España parecía enterrar todo lo malo -o "raro", como lo calificó Montse Tomé- en la Nations League al 9 de agosto, con la derrota frente a Alemania en la pelea por el bronce en los Juegos Olímpicos. De la gloria en la Cartuja al infierno en Lyon.

En lo primero, la inercia era clara. España se impuso a todo. Al ruido mediático por el Caso Rubiales, muy fresco en aquellos meses. A los problemas internos -hubo una cumbre en Oliva y Montse Tomé llegó al cargo con demasiado aroma a pasado-. Y a cualquier prueba de fútbol que se pusiera ante sí. Eran las campeonas del mundo y ni el cansancio por no dormir al estar en medio del conflicto con la RFEF impidió frenar su aura de campeonas.

La Selección ganó siete encuentros, incluida la semifinal ante Países Bajos y la final ante Francia, de la Nations League. Sólo falló en uno, ante Italia, y en un duelo que sonrojó a todas por una mala comunicación y gestión de una situación en el vestuario: fue aquel cambio que no se avisó de Aitana Bonmatí, con una jugadora menos en el verde.

La decepcionante derrota en los JJOO: "No nos divertíamos"

Pasada la página de la Nations League, España se sentía fuerte. Capaz de todo. Con esta sensación, que se extendió entre todos los que las miraban, llegó la Selección a los Juegos Olímpicos. Aunque el equipo ya no era el de antes. Algo había cambiado. "No nos divertíamos en el césped y nuestro fútbol no divertía. No desplegábamos nuestro fútbol alegre. Nos faltaba ritmo", confesaba Mariona Caldentey, una de las jugadoras que defendió a La Roja en Paris 2024 en su biografía publicada recientemente.

España sobrevivió a los primeros envites en los Juegos Olímpicos, pero algo no iba bien. Y ese algo estalló en el peor momento. En las semifinales ante Brasil y con una derrota que privaba a España de esa soñada final olímpica. Había que pelear por el bronce y, para eso, la Selección estaba k.o.. Mental y físicamente. No obstante, el duelo frente a Alemania no fue del todo malo y se vio condicionado por dos penaltis, uno acertado por ellas y otro fallado por las españolas en el último minuto del encuentro.

Montse Tomé pide "estabilidad" con una prelista de 60 en la Selección

Fue el final más cruel para la Selección, en la que ya se vislumbraban posibles cambios en el vestuario. Y estos retoques fueron llegando. Misa Rodríguez, en la que no confió Tomé pese a la fractura en la nariz de Cata Coll, se cayó de la lista para los siguientes amistosos. Y, junto a ella, se dejaron fueron a dos veteranas y leyendas de la Selección. Primero a Irene Paredes y, luego, a Jenni Hermoso.

Ahora, Montse Tomé tiene en su menta una nueva idea de equipo. "Está todo muy abierto. Los últimos amistosos nos han servido para ver jugadoras. Tenemos una prelista de unas 60 futbolistas. Hemos dado muchas oportunidades a jugadoras y hemos hecho una valoración. Todavía queda tiempo. Sí que tenemos una idea, pero no tenemos nada cerrado", confesó en Mundo Deportivo. Y, tras haber vivido entre altibajos, Montse Tomé lo tiene claro al lanzar un deseo para 2025 y, tal y como dijo en la entrevista con este mismo medio, al nuevo año le pide "estabilidad en la Selección".