Alemania le arrebata el bronce a una España que se desintegra en los JJOO

Batacazo final. España se vuelve de vacío tras sus primeros Juegos Olímpicos. La dura derrota ante Brasil no fue puntual y Alemania volvió a sacar las vergüenzas en el campo de un equipo hundido. Las de Montse Tomé no reaccionaron al doloroso golpe en semifinal y confirman una crisis en la que se esperan consecuencias. Y lo hacen tras un encuentro ante las alemanas, a las que nunca han ganado, en el que mantuvieron la calma al descanso (0-0) y terminaron consumiendo su debacle tras un error de Cata y un penalti fallado de Alexia -paró Berger- en el último suspiro del encuentro.

Montse Tomé volvió a Lyon con revolución tanto en su convocatoria como en su alineación. Entraron en la lista Elene Lete y Vicky López, dos de las reservas que no habían sido convocadas y que necesitaban serlo para optar a la medalla, y se cayeron Misa, Eva Navarro e Irene Paredes. Esta última con una lesión.

Por ello, Tomé citó a María Méndez, también reserva. Los movimientos no se plasmaron de primeras en su once, en el que introdujo cinco cambios, con Alexia Putellas y Jenni Hermoso juntas y la madrileña como punta. Sí, se puede. En el lado alemán, Alex Popp y Lea Schüller volvieron a la convocatoria tras sus molestias físicas. La primera, incluso como titular, siendo una de las mayores amenazas para España.

Con todo esto sobre el tablero, España y Alemania saltaron al campo con una calma tensa. Intensidad, pero imprecisiones, con un conjunto germano que parecía más cómodo. El primer disparo a puerta del partido se sumó en su casillero en el minuto 19, con un tiro de Bühl que atajó sin complicaciones una Cata Coll desenmascarada. La meta balear se quitó la protección que llevaba por su fractura de nariz y jugó sin nada. Seguidamente, llegó la primera declaración de intenciones de España: falta peligrosa y tiro al larguero de Teresa Abelleira, que firmó todo un partidazo.

Tras la gallega llegaron varios 'uys' de Salma Paralluelo, que sigue lejos de su mejor versión y mantuvo un vendaje en su muslo para este partido. Entre medias, Athenea cayó en fuera de juego en una gran jugada a la contra y Aitana Bonmatí estampó el balón en el travesaño tras un buen pase de Ona. El rechace le cayó a Jenni Hermoso, que buscó el gol y no lo encontró ante la aparición providencial de Minge. España, que fue de menos a más, cerraba así una primera parte con sentimientos encontrados. 0-0 en el marcador y la sensación de haber perdonado mucho en un duelo sin un dominador claro.

La Selección salió en el segundo tiempo recuperando su esencia, tomando aire en su juego y con varias ocasiones de Athenea y Salma Paralluelo. No obstante, en el minuto 65, el equipo de Montse Tomé recibió otro mazazo. Jugada a la contra de Alemania, uno contra uno de Gwinn con Cata y... ¡Penalti! La meta balear salió con miedo y la duda le condenó. Placaje a la atacante alemana, que no falló desde los once metros. Disparo a la izquierda, engañando a Cata y 0-1. España volvía a remar a la contra en un partido.

Del error a la salvación. La portera del Barça salvó con el pie un clarísimo mano a mano con Schueller. Gran intervención para dar esperanzas a su equipo antes de que Montse Tomé moviera el banquillo con la entrada de Olga Carmona y Mariona Caldentey, que había esperado en el banquillo después de ser una de las mejores jugadoras de España en este torneo.

La Selección intentó reaccionar: Jenni Hermoso tuvo un cabezazo que sacó a la mejor Berger bajo palos. Se fue consumiendo el tiempo con esa sensación de impotencia que ahogaba a España. Y Montse Tomé tiró de estrategia en busca de una solución: cambió a defensa de tres para poner toda carne en el asador. Y, hasta el último segundo, quedaron esperanzas. Con un penalti provocado por Lucía García por falta de Minge. Alexia Putellas asumió la responsabilidad y falló. Todo salió mal.

España se quedó sin tiempo y se marcha de los Juegos Olímpicos por la puerta de atrás. Con esa sensación de que podía con todo y no pudo con nada en estos dos últimos partidos. Irreconocible, aunque ante Alemania dio pistas de reencontrarse, las de Montse Tomé no lograron imponerse a su historia (nunca habían ganado a Alemania) y cayeron en su gran objetivo: ganar una medalla. No lo habrá, sucumbiendo a la presión y sin capacidad de reacción. Ni desde el campo ni desde el cuerpo técnico. Lo de Brasil solo fue el principio de un naufragio que terminó confirmándose en Lyon.