ELECCIONES RFEF

El fútbol elige presidente (con AFE como árbitro) entre un favorito condenado y un tapado con fe y jirones

La Asamblea de 141 miembros vota este lunes entre Louzán y Gomar. El gallego asegura que goleará y el valenciano confía en el 'sorpasso'. Merchán, que era también candidato, ha terminado renunciando.

Louzán, Merchán y Gomar son los tres que pugnan por ser presidente de la RFEF. /MONTAJE RELEVO
Louzán, Merchán y Gomar son los tres que pugnan por ser presidente de la RFEF. MONTAJE RELEVO
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

La previa de un encuentro de máxima transcendencia suele llevar al que la redacta a rescatar unas cuantas líneas históricas de los contrincantes, por contextualizar debidamente, y dibujar su estado vital desde hace una semana para centrarse en la actualidad, con sus últimos resultados, pronósticos y el parte de altas y bajas. Con las elecciones que se celebran este lunes a partir de las 12:00 en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que es la final de finales porque su resultado afecta a la imagen de todo un país, habría que cambiar el paso y acudir a la hemeroteca, poniendo el foco más en las páginas de sucesos que en las deportivas. Así podremos entender de dónde venimos, hacia dónde vamos y qué se juegan los equipos en un triangular casero entre Territoriales. El nuevo Papa será Rafael Louzán (Galicia) o Salvador Gomar (Comunidad Valenciana). Merchán, que también tuvo los avales para presentarse, finalmente ha decido bajarse de la carrera

El favoritismo se lo lleva Louzán (Ribadumia, Pontevedra, 1967). Y no sólo porque haya proclamado una goleada a los cuatro vientos para mantener las líneas prietas y que nadie se confíe o relaje. Sobre todo lo es porque lleva un año maniobrando en la Federación estratégicamente a la sombra del inhabilitado Pedro Rocha. Su candidatura, anunciada hace sólo una semana de forma oficial, arrancó en el momento en el que consiguió que LaLiga y la RFEF tendieran puentes después de que Luis Rubiales los hubiera dinamitado. Su papel en la cercanía entre Rocha y Javier Tebas fue fundamental, así que se vio con tal peso en el cambio de rumbo que él mismo se autoproclamó heredero en caso de que el extremeño no lograra una medida cautelar que le permitiera concurrir a los comicios y arrasar. Cuenta con los votos de los clubes profesionales. Así, y fruto del consenso que sí generaba Rocha, unas veces se ha servido del continuismo como táctica para hacer ver que será igual de conciliador aunque en otras ocasiones, más en privado, reconoce que tiene su propia hoja de ruta.

El día que, por primera vez, se conocieron públicamente sus aires de capo en la RFEF fue en aquella comida destapada por Relevo en la que ya, sin Rocha, ejerció de presidente ante otros nueve barones. En ese encuentro en Torrelodones del pasado 28 de noviembre dejó claras sus intenciones de presentarse a estas elecciones. Y ya de paso, y tras un careo solicitado por Gomar al día siguiente, otro de los presidentes que quería dar el paso, jugó sus cartas para debilitar a la oposición y empezar a aglutinar apoyos en busca de la victoria. Aunque fuera con cierto juego sucio impulsado por escuderos que deberían ser neutrales por su condición de trabajadores y adjudicando la sombra de Rubiales al enemigo. Sin importarle ni acomplejarle que él carga con la cruz de estar inhabilitado para cargo público durante siete años por prevaricar como presidente (del PP) de la Diputación de Pontevedra hace 12 años y sin temor a que el Consejo Superior de Deportes (CSD) sueñe con tumbarle. Su programa, compartido el viernes, gustó mucho entre los trabajadores.

Configuración de la Asamblea General de la RFEF que debe elegir este lunes presidente.
Configuración de la Asamblea General de la RFEF que debe elegir este lunes presidente.

A Louzán le avalaron 51 asambleístas —más los 23 que prestó a Merchán— y 14 de las 19 Territoriales. Todas excepto las cuatro que se declinaron por Gomar (Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Andalucía y Baleares) más la Vasca, que optó sin éxito por empujar a Juanma Morales. Desde entonces, hay alguna que otra que le ha empezado a bailar al gallego. Entre otras cosas porque, cuando le dieron su apoyo para poder presentarse (sólo se puede avalar a un candidato), no tenían el conocimiento de que lo haría Gomar y no deseaban quedar señalados. Y también debido a que su pacto con Miguel Galán por los entrenadores, anunciado en este periódico, no ha sentado bien en algunos sectores y podría incentivar el voto de castigo: porque el director de CENAFE ha sido un histórico adversario de la RFEF con sus continuas demandas y querellas y porque él fue determinante para echar a Villar, a Rubiales y ahora a Pedro Rocha. Con tal runrún, Louzán comió y cenó este domingo con sus fieles en Madrid (Merchán incluido) para unir fuerzas y, quién sabe, si para que no hubiera fugas de última hora.

Louzán: «Unidos por el fútbol». EFE

Últimos movimientos

Por estos y otros motivos, Asturias y Ceuta no se muestran tan firmes al lado de Louzán como las demás, con la influencia que cada Territorial tiene sobre todos los estamentos (clubes, jugadores, entrenadores y árbitros) más allá de su voto nato. Mientras, Navarra, con Rafael del Amo al frente, se mantiene fría (le avaló pero luego no se preocupó por subsanar el error señalado por la Junta Electoral). Madrid, presidida por Paco Díez, dice estar de su parte, pero con su lícita tendencia a ir y venir, nadie puede asegurar qué papeleta escogerá puesto que las ofertas a su institución y persona son varias y buenas. Marcelino Maté (Castilla y León) fue de los que también avaló al expolítico, pero siendo villarista no las tiene todas consigo de ayudar a un candidato que siempre estuvo en la oposición a su amigo Ángel y que tiene cuitas con la justicia que no le agradan.

Rafael Louzán.
Rafael Louzán.

Gomar (Valencia, 1965), por su parte, ha ido de menos a más hasta situarse en las nubes. Ha ido fluctuando desde retirarse de la pelea agobiado, tras un año en las barricadas, a volver a reengancharse para enfado de algunos barones por su secretismo y cambio de opinión. Desde ese 3 de diciembre, con 26 avales de los que validaron 25, ha gastado tanto tiempo en defenderse —con los jirones que siempre quedan como huellas— como en ir al ataque aferrado a las 164 propuestas de su programa electoral. En primer lugar, por tener que aclarar algunos asuntos pendientes de su federación que le achacaban y que aún siguen latentes en los tribunales. Y, sobre todo, para intentar demostrar que Rubiales no está detrás de su candidatura y que, aunque algunos digan y publiquen que se vio con él el fin de semana pasado en el NH Valencia, ese encuentro jamás existió y que sólo se difunde para desprestigiarle y acercarle a un Rubialismo del que, en realidad, han mamado todos.

Gomar sobre Rubiales. Relevo

A favor del valenciano, que ya ganó en 2018 en su territorio a David Albelda para ser presidente, juega el hecho de que se ha mostrado más activo en los medios de comunicación dando entrevistas a todo el que lo ha solicitado y más relajadas y cercanas que Louzán, favorecido por el hecho de que no tenía que invertir tiempo en justificar una condena pendiente de sentencia firme. Sin embargo, esto no son elecciones generales y habría que cuantificar cuántos de los 141 votantes están a la última de esta batalla. Uno de los golpes en la mesa de Gomar fue su viaje a Palma de Mallorca para negociar y sellar un acuerdo con José Tirado para cambiar las cosas en el fútbol sala, al mismo tiempo que la federación de Andalucía hacía su trabajo en el sur con Ceuta y los colegiados, donde el paisano Luis Medina Cantalejo está al frente de CTA. Como piedra en el camino, se encontró con Manuel Torralba, nuevo presidente de Aragón en sustitución de Óscar Fle. No quiso ni recibirle por el simple hecho de que se supiera que algún día se encontrarían. Gomar, que toda la semana ha estado recluido en un hotel a orillas de Madrid, esta noche previa a la votación la hace en Las Rozas. No sé sabe si para estar cerca del escenario de la final o porque ya se ve ganador y quiere ir aclimatándose al barrio cuanto antes.

Salvador Gomar.
Salvador Gomar.

Dónde está realmente el partido

Con este escenario, la batalla final se libra en Madrid. Como en toda Guerra Civil. Ahí están las sedes de la federación madrileña, las de AFE, LaLiga y ProLiga. Tanto Louzán como Gomar saben que en la patronal dirigida por Tebas saltó hace tiempo por los aires la disciplina de voto y que es hora de pescar. También tienen asimilado que David Jiménez, mandamás de ProLiga, posee mucha importancia con los clubes no profesionales, por su llegada a Paco Díez (es su vicepresidente) y porque su nivel es tan elevado como gestor que valdría para cualquier puesto en la RFEF que le oferten. Pero, sobre todo, saben que los votos que tiene en su mano David Aganzo van a ser la clave.

Por eso son horas de propuestas, negociaciones y exigencias. Los teléfonos echan humo. El presidente de AFE esperará hasta el último segundo para ver cómo se mueven los candidatos en el momento de la verdad y, cuando lo tenga todo claro, se pondrá en contacto con su gente y no sólo con asambleístas, donde los hay muy ilustres. Morata, pese a que no vota y como capitán de la Selección, será informado al detalle de qué conviene más a los futbolistas y dónde debería ir la papeleta para que después, Carvajal, Unai Simón, Álex Baena y compañía, ejecuten el plan en representación de todos sus compañeros. Hasta el fin de semana había debate.

Sergio Merchán.
Sergio Merchán.

Teniendo claro que ningún candidato es del agrado general para los futbolistas, Gomar tiene como ventaja estar aparentemente limpio, y como punto en contra llevar a su lado a dos fieles de Rubiales como Pablo Lozano (presidente de la federación de Andalucía) y Molina Maza (vicepresidente) a los que ha necesitado y de los que no podía desprenderse. Louzán por su parte, tiene a favor ese aire de ganador al que todos quieren arrimarse —la erótica del poder— y en contra, que AFE tendrá difícil justificar ante su gente que apoya al mismo candidato que la patronal (LaLiga de Tebas). Y ésta no es una cuestión baladí ya que algún que otro jugador está mosca desde que Louzán se presentó en una reunión con ellos junto a Merchán —que partió como candidato títere y minutos antes de empezar se ha descabalgado, pues su labor ya estaba hecha—, y no por separado, más allá de que son conocedores de que el 5 de febrero hay opciones de que el gallego sea condenado firmemente por prevaricación y que el CSD le meta mano. Un ruido que volvería a producirse alrededor de la Selección con la Nations League encima. Sin embargo, a AFE tampoco le agrada que el Fufpro esté del lado de Gomar...

Lo mejor o peor de todo, según se mire, es que uno puede decir una cosa y hacer la contraria en el ejercicio de normalizar una Federación como no logró hacerlo el órgano inventado por el CSD que lideró, si eso el liderar, Vicente del Bosque. El voto es secreto. Y será vigilado con lupa por UEFA (con Thierry Favre, director adjunto de División de Asociaciones Nacionales) y FIFA (Emilio García Silvero, director de Legal, y Rolf Tanner, jefe de gobernanza), dos instituciones internacionales hastiadas con la RFEF tras cuatro elecciones en ocho meses en las que, de una vez, se abrirán las urnas tras impugnaciones, denunciadas y anulaciones. Hay tanto en juego que durante el domingo no hubo ni jornada de reflexión. Se necesita mayoría absoluta en primera ronda (71 votos si acuden todos, algo que no sucederá porque ya hay bajas confirmadas). O ya, con dos candidatos por la eliminación del tercero en la primera votación, mayoría simple en la segunda vuelta, o en tercera si hay empate, o sorteo incluso —por remoto que suene— si persiste la igualdad. Pero —repetimos dada la importancia— es secreto. Ésa es la llave maestra de este decisivo 'partido'. Y el temor del favorito y la esperanza del perseguidor.