Las cinco mayores incógnitas de La Vuelta se resolvieron con giros de guion y una revelación en Red Bull

Fran Reyes

Publicado9 de septiembre de 2024, 21:22 h

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La imagen del podio final suele ser representativa de cómo ha sido una carrera por etapas, y La Vuelta cumple con esa norma general. Efectivamente, Primoz Roglic fue el centro y eje de la carrera: el hombre que todos creían que ganaría, pese a estar diezmado por una lesión de espalda. Efectivamente, Ben O'Connor apareció por la izquierda para erigirse protagonista con su cabalgada de Yunquera. Efectivamente, Enric Mas fue quien más cerca rodó del campeón esloveno, y aun así estuvo sensiblemente por debajo.

La gran ronda española ha sido emocionante en su desarrollo, pese a no serlo tanto en su conclusión después de quedar sentenciada en Moncalvillo. La incógnita de O'Connor añadió una línea argumental de gran interés al Roglic contra todos, y la apuesta de Unipublic por acumular dureza y desnivel en el recorrido resultó ganadora por cuanto sirvió de escenario para el brillo de decenas de ciclistas de gran estatura, incluyendo nuevas estrellas para el firmamento ciclista. Que Kaden Groves o Wout van Aert ganaran tres etapas cada uno entraba dentro de lo previsible, y sirvió para el deleite de los 'gourmets' de este deporte; que el Equipo Kern Pharma hiciera lo propio mediante Pablo Castrillo y Urko Berrade no tanto, y prendió a una afición siempre ávida de ídolos.

Hace una semana, en Relevo nos planteábamos cinco preguntas de cara a la resolución de La Vuelta. Contestarlas es la mejor manera de trazar un balance de la última gran ronda de la temporada.

Como Sepp Kuss en 2023, el australiano se convirtió en dueño de La Roja y hombre a derrocar de la cima de la general gracias a una escapada en la sexta etapa. Su pedigrí como 'vueltómano' estaba fuera de toda el duda (4º en el Tour de 2022 y en el Giro de 2024); sin embargo, los distintos escalones del podio están muy lejos del suelo, y encaramarse a ellos no siempre es sencillo. Mantenerse en el cajón requirió gestión de esfuerzos y sufrimiento; también un gran trabajo por parte de todo el Decathlon-Ag2r La Mondiale. A la postre, aquellos seis minutos y medio obtenidos en Yunquera se demostraron imposibles de enjugar para Enric Mas, Richard Carapaz y compañía; Primoz Roglic, por su parte, hizo lo justo y necesario para retirárselos día a día.

Enric Mas ilusionó a la afición española con sus excelentes prestaciones cuesta arriba. En la jornada reina de Granada, por ejemplo, pareció estar un nivel por encima de todos sus rivales. Sin embargo, la realidad acabó por devolverle a ese puesto de 'best of the rest' que le ha correspondido en las últimas Vueltas, ya sea tras Roglic, tras Evenepoel o tras los Visma. Mikel Landa, por su parte, no tuvo "las piernas del Tour" y acabó por pagarlo donde más podía doler, en casa. Carlos Rodríguez dice completar "contento" esta Vuelta, encadenada con un Tour que acabó "arrastrándose", diezmado por el Covid. Es la primera vez que encadena dos 'grandes': el beneficio no es el 10º puesto (cuatro de cuatro top10s posibles en rondas de tres semanas), sino el crecimiento para el futuro.

Se impuso. El equipo de Primoz Roglic no era el mejor de la gran ronda española por nombres, pero sí ha sido el que mejor ha sabido gestionar todas las eventualidades de la carrera: desde las circunstancias estratégicas hasta las enfermedades, incluyendo el virus intestinal del último fin de semana. Ni Daniel Martínez ni Aleksandr Vlasov estaban en su mejor versión, pero se demostraron útiles para el bloque. Sin grandes demostraciones de poderío más allá de Moncalvillo, Red Bull-Bora-Hansgrohe hizo todo lo necesario para aupar a Roglic al primer cajón del podio de Madrid.

A la postre, los 24,6 kilómetros entre Distrito Telefónica y Gran Vía no cambiaron gran cosa en la general: sólo Mattias Skjelmose adelantó a David Gaudu para ponerse 5º. La pelea por La Roja había quedado definida en Moncalvillo, y el podio no se movió ni en Picón Blanco ni en las calles de Madrid. La cita sólo sirvió para que Stefan Küng rompiera su maldición en grandes vueltas y para que el público disfrutara de los protagonistas de la carrera, uno por uno.

A la postre, nueve de las diecinueve etapas en línea de La Vuelta se resolvieron con una escapada. Esta dinámica de competición con dos carreras paralelas, una por el triunfo parcial y otra por la general, es una seña de identidad de la gran ronda española. Sólo un equipo que no hubiera ganado antes logró anotar victoria en la última semana (Groupama-FDJ, con Stefan Küng), lo cual resalta cuán importantes son las dinámicas en una ronda de tres semanas: especialmente, si es la última de la temporada.

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