La norma UEFA que condicionó a Míchel retrata la cruda realidad del Girona: "Lo he cambiado sin querer cambiarlo"

Cayó goleado el Girona en Eindhoven contra el PSV (4-0) en una noche aciaga para los de Míchel, arrollados por un rival físicamente superior y cargado de energía. Y energía precisamente es lo que falta al equipo gironí, asolado por las bajas y con muchísimos minutos en las piernas, demasiados, de sus futbolistas sanos. Y es que, a día de hoy, Misehouy, Danjuma, Francés, Iván Martín, Abel Ruiz, Portu, Solís, Tsygankov y Asprilla, además de Artero, del filial, están lesionados.

Se plantó, pues, el Girona en uno de los estadios más complicados de Europa -el PSV no pierde en casa desde el 12 de noviembre de 2023- con apenas doce jugadores de campo del primer equipo. El resto, del filial y del juvenil: Selvi, Kim Minsu, Enric García y Jastin García. Y tres de ellos, debutaron ayer en Champions. Dos de los noveles, por cierto, son juveniles y en condiciones normales deberían haber jugado contra el PSV, pero en la Youth League, como hicieron en anteriores jornadas europeas.

El centrocampista Selvi Clua, que acumula cuatro titularidades consecutivas en la medular, fue el único en el once y no desentonó ni mucho menos, según reconoció su entrenador en rueda de prensa: "A Selvi lo he cambiado sin querer cambiarlo. Ha sido uno de los mejores del equipo. Ha hecho un partidazo". La explicación del cambio forzado de Selvi está en una normativa de la UEFA que condicionó a Míchel: "No podíamos tener solo siete jugadores profesionales en el campo porque teníamos una expulsión y si metía a Jastin y a Minsu, nos quedábamos solo con siete y con el riesgo de perder el partido ya de una manera legal".

La expulsión de Arnau Martínez dejó al Girona con diez y en el momento de los cambios tenía el Girona nueve jugadores del primer equipo sobre el césped. De haber entrado Jastin y Minsu, si no salía Selvi del campo, habrían sido siete, lo cual entrañaba el riesgo de que hubiera otra expulsión y que el conjunto catalán incumpliera la normativa de tener, como mínimo, siete futbolistas profesionales sobre el césped. La situación y la sustitución obligada de Míchel retrata la cruda realidad de un Girona que lleva prácticamente un mes sobreviviendo con una decena de bajas. Incluso más en algunos momentos. Y con un calendario apretadísimo que le obliga a disputar siete partidos en apenas 21 días. Un infierno.

Jastin García es una de las grandes promesas de la Academia del Girona, un futbolista señalado en el club catalán desde hace tiempo que se lesionó a comienzos de la pretemporada y que, ante el PSV, casi seis meses más tarde, entraba en una convocatoria. "Es la gran noticia porque tengo muchas esperanzas puestas en él. Tiene un gran uno contra uno; lleva un año prácticamente sin jugar y necesitamos que vaya cogiendo la forma. Le he felicitado por jugar Champions, se lo merece y vamos a ver si a partir de ahora puede seguir creciendo en el equipo, que es un jugador que creemos que nos puede ayudar mucho", así se refirió a él su entrenador.

El otro canterano que debutó en Champions fue Kim Minsu, que no pudo jugar su primer partido ante el Slovan por apenas unos días, pues la normativa UEFA obliga a que los jugadores de la lista B inscritos en competición europea lleven al menos dos años en sus clubes. Y al surcoreano le faltaba muy poco.

Kim Minsu también es juvenil y brilló en las dos primeras jornadas de Youth League con un gol y una asistencia. "Tiene muchísima energía y capacidad de duelo individual. La mejor posición para él es la de interior alto, media punta. Puede ser extremo a pierna cambiada, no a pierna natural. Tiene motor. Tiene capacidad de duelo, de tiro… es un jugador en el que tenemos puestas muchas expectativas", dijo de él Míchel en su día. Como Selvi y Jastin, pese a la dura derrota, Minsu no olvidará la noche de ayer en Eindhoven, su primera de Champions.