"Rafa, ¿por qué no te dopas?": aquellos años en los que Nadal era mirado con sospecha
Hubo un tema que siempre incomodó al manacorí, que siempre lo puso a la defensiva las acusaciones de dopaje. Nadal nunca ha dado positivo.
Mejor dejar de entrenar sin camiseta, mejor cubrirse. Y mejor dejar de hablar con tanta franqueza, mejor no decir que los políticos deben hacerse un test antidopaje. En su muy extensa carrera, Rafael Nadal debió sortear muchos obstáculos, algunos que parecían imposibles y otros que preanunciaban el final, sin apelaciones. Pero hubo uno que siempre estuvo, que siempre se le cruzó para incomodar, ponerlo a la defensiva e incluso irritarlo: las acusaciones de dopaje, las afirmaciones de que eso que él hacía raqueta en mano no era normal, no era posible sin ayudas prohibidas.
- Rafa, ¿por qué no te dopas?
Diciembre de 2006 se escurría, Nadal tenía 20 años y venía de una nueva temporada para el recuerdo, con el segundo título de Roland Garros y la final de Wimbledon como hitos. El número dos del mundo captó sin dificultades el sentido de la pregunta en aquel salón vacío de "Sa Punta", el restaurante familiar en Porto Cristo, uno de los tantos rincones mágicos de la isla de Mallorca. No se le estaba proponiendo una transgresión, se le estaba preguntando por lo opuesto, por algo más profundo, por su filosofía de cara al doping.
- ¿Por qué no te dopas?
- Porque yo no entiendo el deporte de esa manera. El deporte es competir dando lo mejor que uno tiene, no lo que uno no tiene.
Entrenado a fondo en la polémica y el debate feroz en incontables sobremesas familiares, Nadal supo responder pese a su juventud, pero ese mismo día y en los años posteriores perdería la calma más de una vez ante los insistentes cuestionamientos y sospechas. Porque siempre fueron eso, cuestionamientos y sospechas, nada en firme: Nadal nunca ha dado positivo en un control antidopaje.
En aquella conversación franca en Porto Cristo, Nadal dejó claro su hartazgo por las insinuaciones en torno a la "Operación Puerto", que comenzó prometiendo mucho y terminó dando bastante menos, con el ciclismo quejándose de haber sido el único con deportistas sancionados.
Eufemiano Fuentes, el médico de las Islas Canarias que manejaba el suministro de doping a los deportistas involucrados, insinuaba en conversaciones privadas que había también futbolistas y tenistas involucrados, e incluso lo dijo con todas las letras en una entrevista con el diario francés Le Monde.
La sola mención del tema incomodaba a Nadal. Mucho. Ante la pregunta sobre Fuentes y Le Monde, el español reaccionó como suele hacer cuando prefiere no hablar de algo: negó estar al tanto.
- No, no escuché nada, no escuché nada.
- ¿Nada?
- No.
- ¿Nada?
- No.
Y entonces se soltó. Claro que había escuchado algo, había escuchado todo.
"Es que la verdad que no me preocupan mucho todas estas cosas, y ya está comprobado que son poco creíbles todas las cosas que salen en ese periódico".
Con "ese periódico", Nadal se refería a lo publicado por Le Journal du Dimanche en mayo de 2006. El diario francés relacionó al mallorquín con el doping sin aportar más que comentarios anónimos de otros jugadores.
Aquello también ayudó a que los Nadal se convencieran de que en Francia no los quería, idea con visos de verdad inicialmente. pero que se enterró para siempre en la notable victoria de Nadal en los cuartos de final de Roland Garros 2022 sobre Novak Djokovic.
Los guiñoles y el juicio ganado a la ministra francesa
Los Nadal tenían razones para molestarse con Francia, aunque sea injusto meter a todo un país y sus ciudadanos en una misma bolsa. Alcanza con recordar dos historias más.
"Estos de los guiñoles son tontos, eh", le dijo el rey Juan Carlos a Nadal en la recepción por el título de la Copa Davis 2011 con victoria sobre Argentina en la final. Se refería a los muñecos de Canal+ que mostraban a un Nadal hipermusculado y con una jeringuilla gigante.
Otra historia es la que involucró a Roselyne Bachelot, durante tres años ministra de Deportes francesa. Se destacó al poner en caja a la selección tricolor e incluso hacer llorar a los jugadores durante una huelga en pleno Mundial de Sudáfrica 2010, pero también por perder un juicio con Nadal.
"Nos tratan como delincuentes, y es una cosa a tener en cuenta, porque no veo que los políticos pasen controles antidoping ni nada de eso. ¿Y por qué los deportistas sí?"
Fue en marzo de 2016, casi diez años después de aquella conversación en Porto Cristo. Bachelot comentó los siete meses de ausencia de Nadal por lesión entre 2012 y 2013 con una frase para el asombro, dada su experiencia política, con casi diez años al frente de Ministerios: "Sabemos, más o menos, que la famosa lesión de Rafael Nadal, que le llevó a estar siete meses fuera de competición, se debe casi con toda seguridad a un test positivo".
Nadal demandó a Bachelot por difamación y pidió una indemnización de 100.000 dólares. La justicia francesa le dio la razón, pero solo 10.000 dólares, que el español donó a obras sociales en Francia.
"Lo único que lamento es que no haya sido mayor para poder llegar a un mayor número de organizaciones que atienden a personas con algún tipo de necesidad", dijo Nadal, que en aquellos meses lidiaba con otro frente relacionado con el dopaje: las TUE expuestas por los "Fancy Bears".
Las TUE son las "Exenciones de uso terapéutico", sustancias cuyo uso está prohibido en el Código Mundial Antidopaje, pero que pueden consumirse si se comprueba que las receta un médico por una cuestión de salud del deportista.
Los "Fancy Bears" eran un grupo de hacker rusos que penetraron en los servidores de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y descubrieron dos TUE obtenidas por Nadal: una en 2009, la otra en 2012, ambos esteroides para desinflamar sus castigadas rodillas, que años después serían tratadas con plasma enriquecido por el médico Mikel Sánchez en Vitoria.
Las TUE disparan la imaginación de cualquiera que se encuentre con historias referidas a ellas, y es conocida la asombrosa prevalencia de asmáticos en determinados deportes, condición que les habilita a consumir sustancias que de lo contrario tendrían prohibidas.
Los controles antidoping a los políticos
En aquellos primeros años de febril lucha contra el dopaje, liderada desde la AMA por el canadiense Richard Pound, España estaba en la mira (por buenas razones). Y si España estaba en la mira, Nadal también.
Pound, exnadador olímpico y sagaz miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), tenía sospechas inocultables acerca de lo que sucedía en el deporte español y lanzó incontables advertencias y pullas a las autoridades del país. Si luchar contra el dopaje no interesa en España quizás entonces tampoco haya que darle la sede olímpica a Madrid, dijo.
Madrid nunca albergó los Juegos y Nadal nunca dejaría de quejarse por lo que consideraba una mala implementación del sistema de control antidopaje.
"Cuando has firmado el papel te siguen hasta que vas al baño, te miran. Te vas a duchar y tienes que ducharte con la cortina abierta. Increíble, cosas que son de juzgado. (Sucede) en el circuito, pero en mi casa también. Una vez que firmas estás controlado, por si cambiases, no sé…".
"Nos tratan como delincuentes, y es una cosa a tener en cuenta, porque no veo que los políticos pasen controles antidoping ni nada de todo eso. ¿Y por qué los deportistas sí?".
"Me parece patético que Cañas fuese al US Open y no le dejaran pasar. ¿Por qué? ¿Ha matado a alguien, ha violado a alguien? A lo mejor se tomó una aspirina que no sabía que no podía tomar"
Someter al antidoping a los políticos es una de esas típicas ideas que se lanzan al vuelo en un debate acalorado entre amigos o en la sobremesa familiar (¿la de los Nadal?), aunque nadie esperaba que saliese de los labios de uno de los deportistas más famosos del mundo. Al fin y al cabo, él y su familia también estaban acostumbrados a tratar con políticos en España y al nivel más alto.
Pero la reflexión era oportuna: en aquel diciembre de 2006 circulaba la historia del programa satírico italiano "Le Hiene" (Las Hienas), que había realizado controles involuntarios a unos 50 parlamentarios. En varios de ellos detectó rastros de consumo de cannabis, e incluso de cocaína.
Nadal abrió los ojos asombrado al escuchar sobre la experiencia italiana. Se sintió, quizás, reivindicado. "Bueno, pues a lo mejor tendría que haber más. Porque no puede ser que nos traten como delincuentes, no me parece correcto. No sé cómo los deportistas lo permitimos".
"Yo estoy dispuesto a hacer algo por todo lo que nos hacen pasar. Porque nos tratan como delincuentes, me parece patético que (el argentino Guillermo) Cañas fuese al US Open y (en 2005) no le dejaran pasar. ¿Por qué? ¿Porque ha matado a alguien, ha violado a alguien? A lo mejor se tomó una aspirina que no sabía que no podía tomar. Y, entonces, ¿esto qué es?".
Esa misma efervescencia nadaliana se advirtió cuando el francés Richard Gasquet dio positivo por cocaína. Según él, por darle un beso a una modelo en una fiesta en Miami. Nadal lo defendió con pasión, casi con furia. Para aquellos que no lo querían, en especial en el mundo anglosajón, una buena razón para marcarlo como sospechoso.
La famosa foto de Australia 2008
A veces, el propio Nadal ayudaba a disparar esas sospechas, como en enero de 2008. Una imagen suya durante uno de los entrenamientos previos al Abierto de Australia daba la vuelta al mundo: si el increíble Hulk jugara al tenis, cualquiera hubiera dicho que en esos días se había reencarnado en el mallorquín. Sólo le faltaba ser verde.
Las fotos son instantes, nunca la película verdadera, pero lo cierto es que la imagen sacudió a muchos y asustó al "clan Nadal", consciente de que esos músculos sin límites, ese dorsal gigantesco y esa mirada fiera en un rostro pétreo instantes antes de pegar un revés excitaría las mentes de aquellos que siempre insistieron en que el físico del español no era normal, en que allí había ayudas externas.
Paul Crock, australiano, era en ese entonces fotógrafo de la agencia francesa AFP y el autor de aquella impactante imagen. Recodaba bien el momento. "Fue uno de esos días realmente calurosos que hay en el Abierto de Australia y Rafa estaba en una de las canchas traseras entrenándose sin camiseta. Tomé esa y otras imágenes y eso fue todo".
En los años siguientes, Nadal se cuidaría mucho de volver a entrenar sin camiseta. En una de sus reflexiones de aquellos años, el zurdo explicó por qué cree que en el tenis hay poco dopaje.
"Casos de positivos hay muy pocos. Y que conste que no es porque no pasamos controles. Pasamos los mismos que la mayoría o más. No creo que el dopaje en el tenis tenga sentido. Tiene sentido en los deportes que dependen exclusivamente de aguantar más o de resistir más. Hay más cosas en el tenis, tanto técnicas como mentales".
El sueco Mats Wilander, ex número uno del mundo, buscó una explicación más filosófica al hablar del dopaje y de por qué existe.
"El mundo está lleno de 'junkies'. Algunos son adictos a la adrenalina, otros, a las endorfinas, otros a las drogas, otros al alcohol, otros a la velocidad. Algunos son adictos al juego. Es así, está lleno de adictos, de 'junkies' buscando estar bien arriba. No hay un solo jugador de tenis que no busque esa sensación, la del 'subidón'. Eso es algo que puedo asegurarte al cien por ciento. Y ese 'subidón' no viene de las drogas, viene de la adrenalina, de las endorfinas, de la felicidad. Todos, muy probablemente el 90 por ciento de la población, es adicto a algo en la vida. A lo que sea. A veces es legal, otras veces, ilegal. 'Subidones' y 'bajones', de eso se trata la vida".