DOPAJE

El dopaje cerebral salpica al tenis: el 'caso Verdasco' reabre el debate

El madrileño fue suspendido dos meses por usar metilfenidato, un estimulante cognitivo que dispara la concentración.

Fernando Verdasco golpea a la pelota en el Open de Australia de 2009, donde logró el mejor resultado de su carrera. /AFP
Fernando Verdasco golpea a la pelota en el Open de Australia de 2009, donde logró el mejor resultado de su carrera. AFP
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Melbourne, enero de 2009. Semifinales del Open de Australia. Rafael Nadal y Fernando Verdasco llegan al quinto y definitivo set con 4-4 en el marcador. Sirve el balear, que manda una derecha a la red. 0-15, Verdasco se relame. Revés largo de Rafa. 0-30. Más cerca del break, y a seis puntos de alcanzar su primera final de Grand Slam, el madrileño grita encendido, golpeándose el pecho con rabia. Nueve minutos después, su doble falta termina de decantar el partido para Nadal. Otra vez será.

En el tenis, juego de altibajos emocionales, summum de la soledad del deportista, los partidos se ganan por regularidad y concentración. Lo dice Rafael Nadal, ganador de aquel Open de Australia y de otros 21 Grand Slams a lo largo de su carrera: "No puedes ser genial en un punto y cometer luego tres errores seguidos", comentó ante los medios años después en el Conde de Godó.

Esa carencia mental mató a Verdasco. Tocando la victoria con la yema de los dedos, perdió ocho puntos casi consecutivos y dejó escapar la victoria más importante de su carrera ante Nadal. Del cielo al infierno en un chasquido, como un castillo de naipes.

Ahora, casi tres lustros después de la épica batalla ante Nadal, el madrileño, ya con 39 años, ha aceptado dos meses de suspensión por no haber renovado a tiempo el permiso médico que le permite tomar metilfenidato, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) con la que trata el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que tiene diagnosticado. Un olvido desafortunado que, lejos de caer en saco roto, ha abierto de golpe la caja de los truenos en el mundo del tenis.

"Este es uno de los mayores problemas de nuestro deporte", señaló el estadounidense Reilly Opelka, número 38 del ranking mundial, al conocer la sanción del español. "¿Por qué hay tenistas tomando Adderall [el medicamento más comercializado para combatir el TDAH en Estados Unidos] por primera vez en edad adulta? Es dopaje legalizado", denunció en su perfil de Twitter.

Fernando Verdasco se seca el sudor en las semifinales de Australia ante Rafa Nadal, en 2009.  AFP
Fernando Verdasco se seca el sudor en las semifinales de Australia ante Rafa Nadal, en 2009. AFP

Cada vez más peticiones de TUE

El metilfenidato, psicoestimulante detectado en el positivo de Fernando Verdasco, es una sustancia que, aunque prohibida, goza de un estrecho vínculo con el tenis. "Su consumo dispara la atención, mejora las habilidades cognitivas, reduce la impulsividad y potencia la velocidad con la que el cerebro procesa información", asegura Jesús Romero, jefe de Neurología del Hospital Quirón de Málaga.

Todo ventajas para el rendimiento del deportista, exigido a sobreponerse al esfuerzo físico para tomar decisiones claves en décimas de segundo. Ben Rothenberg, presentador del exitoso podcast No Challenges Remaining, aseguró que un tenista de la ATP le había reconocido que "cerca de la mitad del top-100 del ranking mundial está metido en esto... Quizás más. Y no precisamente por dificultades a la hora de hacer los deberes". Fuentes de la Agencia Internacional por la Integridad del Tenis (ITIA), encargada de las sanciones de dopaje, admiten a Relevo que cada vez son más los tenistas que buscan exenciones de uso terapéutico (TUE, por sus siglas en inglés) para rendirse a los encantos de los estimulantes cerebrales. Sin embargo, niegan que sea "cerca de la mitad del top-100".

Como cualquier medicamento, el metilfenidato también tiene su inconveniente. "El consumo de estos psicotrópicos altera el sueño, la estabilidad emocional y acentúa la pérdida del apetito y del peso corporal", explica Romero, que va más allá al otro lado del teléfono. "En un deportista sano, con toda la atención que eso conlleva para cuidar la dieta y el descanso, un medicamento así no cumple los requisitos de seguridad adecuados. Yo, como neurólogo, no lo puedo recomendar. O tienes un informe médico que demuestre un diagnóstico de déficit de atención o esto es doping".

Fernando Verdasco en el Challenger de Bérgamo, a comienzos de noviembre.  AFP
Fernando Verdasco en el Challenger de Bérgamo, a comienzos de noviembre. AFP

En Barcelona, Mariano Trillo, psiquiatra y fundador del centro Avanza, especializado en trastornos psicológicos, discrepa y no considera que el metilfenidato sea dopaje. Pero advierte. "Conozco el caso de un tenista que lo tomó durante una semana sin avisar a su entrenador. Al acabar ese periodo, le preguntó: '¿Cómo me has visto en los últimos días?'. El técnico no dudó: 'Como nunca en tu vida. Antes levantabas el polvo de la pista para llegar a los puntos y te faltaba control al devolverlos. Esta semana estabas esperando a la pelota cuando llegaba y la ponías donde querías'".

«Puede ser muy perjudicial»

Ante un beneficio tan evidente, la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA) se ha visto obligada a frenar el entusiasmo generalizado. "Nos tenemos que poner en contacto con todos los jugadores del circuito para recordarles que es necesario tener una exención de uso terapéutico (TUE) si quieren usar este medicamento", declaran a Relevo fuentes del organismo.

Por la naturaleza crónica del TDAH, la Agencia Mundial Antidopaje puede otorgar exenciones de uso terapéutico de hasta cuatro años en caso de que el deportista demuestre que el trastorno que padece es de larga duración. De lo contrario, no habrá TUE. Y sin TUE, hay sanción.

Consciente de los efectos inmediatos de la sustancia, la AMA ha dejado clara su postura al respecto: "Para los pacientes con TDAH diagnosticado, no hay necesidad de suspender el tratamiento durante los periodos de competición". Es más, aclaran, hacerlo podría tener una serie de efectos negativos, multiplicando los "comportamientos de riesgo" de los deportistas y "aumentando las situaciones de conflicto, como los altercados con los árbitros".

No es para menos. El metilfenidato es un psicotrópico, y como tal, requiere la indicación de un profesional médico. "Es de cajón", dice Trillo. Consumirlo sin necesidad puede disparar el riesgo para la salud del deportista. "Hay peligro, claro. Sobre todo para aquellos que tengan problemas no diagnosticados de ritmo cardiaco. Puede ser muy perjudicial y acarrear consecuencias graves para la salud", sentencia Romero desde Málaga.

Hay pacientes que, incluso sin sufrir problemas cardiovasculares, no tolerarán bien el medicamento. Está en su naturaleza. "Se puede dar un efecto paradójico en su consumo, como en cualquier otro psicofármaco. Para que nos entendamos, hay personas que toman un tranquilizante y, por efecto paradójico, disparan su nerviosismo. Con el metilfenidato puede suceder lo mismo", dice el neurólogo del Hospital Quirón. Y concluye: "Habrá pacientes que puedan sentir un embotamiento cognitivo, una mayor lentitud cerebral... No creo que a un deportista de élite le convenga correr ese riesgo".