CICLISMO

Joseba Beloki rompe su silencio sobre la Operación Puerto: "Fue una chapuza y un mal sueño"

El exciclista vasco, podio en tres ediciones consecutivas del Tour de Francia, recibe a Relevo en Vitoria para repasar su trayectoria.

Joseba Beloki, en Vitoria./Salvador Fenoll / Relevo
Joseba Beloki, en Vitoria. Salvador Fenoll / Relevo
Daniel Arribas
Salvador Fenoll

Daniel Arribas y Salvador Fenoll

Llega puntual, saluda y, antes de sentarse, halaga el oficio de quienes le acompañan, ese que cuenta las hazañas deportivas desde el otro lado, el mismo que, con sorprendente devoción, ejerce Joseba Beloki desde su retirada. Él, sin embargo, siempre quiso ser ciclista del Tour. No profesional, no. Ciclista del Tour de Francia, la carrera soñada, la que veía de niño en las revistas y la que años después acabaría brindándole sus mayores días de gloria. También, claro, su mayor desgracia, la caída en la que, descendiendo las laderas de La Rochette junto a Lance Armstrong, se quebró todo, incluido un país que, encandilado con aquel vasco que miraba de frente al villano, recibía los partes médicos por medio de Letizia Ortiz. Años después, ya con la periodista convertida en reina, y con el ciclista sin haber vuelto nunca a su nivel, llegaría la Operación Puerto, asunto del que el guipuzcoano, más maduro y padre de Markel —ya en el pelotón profesional, con 18 años—, no esquiva una sola pregunta. De aquellas, su nombre quedó vinculado para siempre con el dopaje, algo impensable para quien muchos años antes, aún en categorías inferiores, estuvo a punto de dejarlo todo antes de tiempo.

¿Qué pasó ese año 95?

De aquellas estaba en el Kaiku, donde no conseguía ganar carreras, pero sí lograr segundos puestos, terceros, cuartos, y meterme con los veteranos, manejándome bastante bien. Ese invierno, sin embargo, cambió todo. No estaba bien, andaba anémico perdido y fue horrible, un sufrimiento brutal. Me echaron del equipo, porque no veían resultados, firme por Café Baqué, donde tampoco me salió nada, y también me echaron. Por suerte, los médicos consiguieron cortarme ese proceso anémico, me cambiaron por completo la alimentación, me inculcaron una serie de cuidados y se pudo solucionar todo.

Tenías 22 años.

Entonces me llamó el equipo ACR, en el club Galibier, en campo sub-23, y estuve dos años con ellos. El primero no pude pasar a profesionales, pero el segundo ya era la definitiva: yo ya no estaba dispuesto a seguir otro año más en sub-23, iba a hacer 25 años y había tocado las puertas de la ONCE, del Vitalicio y de todos los equipos, pero no había manera de dar el salto. Recuerdo un día que Javier Mínguez, que estaba poniendo en marcha el equipo Vitalicio, vino a la Vuelta a Vizcaya a fichar a mi compañero de habitación, Ernesto Manchón, y me tiré un poco a la piscina, me llené de valor y le dije, Javier, ¿para mí no tienes un sitio?

¿Qué te dijo?

Que hablaría con mi tío, con el que había compartido equipo, pero que yo era muy pequeñajo para ser ciclista. El estereotipo que buscaban en aquel entonces era alguien rápido, como Freire, o alguien corpulento, con altura, como podía ser el caso de Ernesto o del mismo Pedro Horrillo.

Joseba Beloki, con el maillot del Euskaltel Euskadi.
Joseba Beloki, con el maillot del Euskaltel Euskadi.

Y tras ese ultimátum que te das con 24 años, fichas por Euskaltel-Euskadi.

Fue un movimiento político de la Diputación Foral de Álava, un tema de cupos por la ampliación presupuestaria: Álava tenía que tener presencia con dos corredores y yo fui el último en incorporarse al equipo. Eso sí, sentí en todo momento que ya era para quedarme. Imagínate, allí había gente de la talla de Haimar Zubeldia, Roberto Laiseka, Alberto Martínez, Aitor Quintana, Iker Flores...

No formaste parte de aquella marea naranja que inundaba los Pirineos cada verano.

De aquellas íbamos vestidos de azul y negro, de blanco o incluso de verde. Fueron los años en los que entró Euskaltel como patrocinador principal y Julián Gorospe sustituyó a Txomin Perurena en la dirección deportiva. Los que fuimos protagonistas en esos años 98 y 99 también hicimos cosas, pero no de naranja, cierto. Cuando el equipo se pasa al naranja, yo ya me había ido.

Al Festina.

Sí, y te voy a decir por qué. En el Euskaltel, recuerdo un día en el que Zubeldia y yo soñábamos con que llegase el lunes siguiente para conocer las invitaciones del Tour de Francia. Pensábamos que el equipo iba a estar, porque habíamos corrido bien y desde la dirección se habían movido para ello. Pero no lo conseguimos. Claro, yo me quedé un poco pensando, ostras, si tan de cara lo teníamos, si tanto nos habían prometido y al final no hemos ido al Tour, ¿qué va a pasar el año que viene? Fue ahí cuando tuve la oportunidad de ir al Festina, que me garantizaba correr el Tour, lógicamente con dos líderes, que eran Ángel Casero y Christophe Moreau. Fue mi primera experiencia allí y la disfruté muchísimo.

Jan Ullrich, Lance Armstrong y Joseba Beloki, en el podio del Tour de Francia 2000. Getty
Jan Ullrich, Lance Armstrong y Joseba Beloki, en el podio del Tour de Francia 2000. Getty

Tercero en París, solo por detrás de Lance Armstrong y Jan Ullrich.

Si te digo la verdad, no me acuerdo de nada de ese día. Me lo habían contado mil veces. Los Fernando Escartín o Abraham Olano, con los que me llevaba bien, me habían dicho, vas a sentir esto y lo otro, pero no me acuerdo de casi nada. Sí me llamó muchísimo la atención la entrada a los Campos Elíseos, porque yo pensaba que eran baldosas y aquello resulta que era pavé. Iba acojonado, tensísimo. Digo, a ver si voy a perder aquí todo lo que ganado en tres semanas. Luego, cuando crucé la meta me engulló por completo el protocolo. No lo disfruté en absoluto. No fui capaz en ningún momento de ser consciente de lo que estaba viviendo.

Volviste un año después.

Y lo disfruté el doble. Ahí al entrar en aquella carpa en la que nos cambiábamos dije, hostia, yo ya he estado aquí. Fue como un déjà vu en el que dices, ostras, esto no ha sido flor de un día, yo pertenezco a este lugar. Entonces, claro, te afloran muchísimos sentimientos. Para mí, ese 2001 fue muy especial.

"Armstrong y Ullrich estaban por encima de nosotros"

Joseba Beloki Exciclista

Calcasteis el podio del año anterior. Armstrong, Ullrich y Beloki. Ahí ya sí, como líder.

Sí, tenía más responsabilidad, pero líder no. Yo creo que en la ONCE había un único líder, que era Manolo Saiz. En ese equipo no nos pagaban por pensar, todo se maquinaba desde el coche. Al final, Manolo es el mejor director que he tenido con diferencia. Un aventajado a su tiempo. Tú como corredor podías tener una cierta intuición, incluso iniciativa en algunos momentos, pero cualquier decisión tenía que pasar por él. Yo, si acaso, tenía la responsabilidad de ser el capitán del equipo en el Tour. Eso sí, tenía las espaldas muy cubiertas. Sabía que el equipo no me iba a fallar.

Todo salió a pedir de boca: de nuevo tercero en París.

No se me había olvidado cómo había conseguido hacer tercero el año anterior. Recordaba los látigos, las caídas en Nantes, las etapas con lluvia en los Pirineos y la importancia de saber posicionarte. En el 2000 todo había empezado en la etapa del Aubisque, donde gana el difunto Javier Otxoa con el recordado final en Hautacam. A mí el equipo me pide entrar en la fuga y consigo meterme con Fernando Escartín, Pascal Hervé, Chava Jiménez, Triki Beltrán y Roberto Heras. Fue un órdago que nació desde el pinganillo y que funcionó. Yo me decía, por muy mal tiempo que haga, tiro hacia adelante. Aquello me fue posicionando en la general y salió bien. Claro, volver a vivirlo de nuevo un año después… Se vive de otra manera. Ya llevaba la lección aprendida.

Joseba Beloki explica su relación en carrera con Lance Armstrong y Jan Ullrich.D.A. / S.F. / RELEVO

¿Cómo eran Armstrong y Ullrich como rivales?

Armstrong estaba por encima de nosotros. Incluso Ullrich también. Mis posibilidades pasaban por salirme y que alguno de ellos griparan. No había otra.

¿Por qué?

Pues porque teníamos contrarrelojes de 56 kilómetros, por ejemplo. Claro, ahí a mí me caían dos minutos, dos minutos y algo. Si aparte en la montaña eran mejores que yo, porque Armstrong era mejor que yo, y con Ullrich podía estar ahí cerquita, claro, llegas a la conclusión de pensar ¿cómo les quito yo siete minutos en la general?

¿Era imposible?

Nosotros hasta el Tour de 2003 no fuimos conscientes de que quizás a Armstrong donde se le podía romper era con el trabajo en equipo, involucrando a todos, como aquella famosa etapa de Mende, en 1995, donde Zülle, Jalabert y compañía casi se la lían a Miguel [Induráin]. Esa era nuestra referencia. Queríamos prepararla. En algún avituallamiento, en los abanicos, donde fuera.

"En 2001, hacer cuarto hubiese sido un fracaso en el Tour"

Joseba Beloki Exciclista

Pero no se dio.

En cualquier caso, hacer tercero era prácticamente una victoria. Es más, y sé que decir esto no es políticamente correcto, pero creo que hacer cuarto ese 2001 hubiese sido un fracaso.

¿Por qué?

Porque yo estaba bien. Creo que luchar camino de Alpe d'Huez [en la décima etapa] después del golpe que nos asestó Armstrong nada más arrancar era difícil. Tuve un problema mecánico, además, llegué tarde a la cabeza y Ullrich nos tensó muchísimo a Óscar Sevilla y a mí. Al final Óscar se quedó y llegué a diez segundos de Jan. Ese año, que Sevilla me hubiese ganado o que Roberto Heras me hubiese ganado, hubiese sido un fracaso, porque yo tenía nivel para ser tercero del Tour.

¿Eras ganador?

No, y no lo era por una sencilla razón: no era rápido. Creo que era mi hándicap, ser extremadamente diésel. Yo era el aguantador. Funcionaba relativamente bien en contrarreloj, es decir, ganaba a los escaladores puros contra el crono, y luego era un aguantador. Pero ganador no. Además, cuando se está enganchado a la general, como era mi caso, era muy difícil. De haber sido otro tipo de corredor, que dices, mira, pues me da igual, hago décimo en la general y me filtro en fugas, pues creo que hubiese ganado alguna etapa en el Tour de Francia. Pero sí quieres ir a por la general es muy, muy, muy difícil.

Caída de Beloki en la 9ª etapa del Tour de Francia de 2003.TVE

Vamos a ese fatídico 2003.

Bueno [suspira], ahí se truncó todo.

¿Qué cambió?

Muchas cosas, y no solamente la caída dichosa. Creo que estaba siendo un año muy difícil para mí. Más allá de lo que se sabe, estaba siendo un año complicado, de inflexión. La guinda de todo aquello fue la caída. Una caída absurda, porque es una curva en la que se me sale el tubular y en la que cojo riesgos bajando cuando nunca los había cogido. Todo se complica y te rompes. Sientes que estás roto. Es lo que yo sentía en el suelo, que me había roto para siempre. El cuerpo no engaña.

"No me siento ganador del Tour porque no me lo han dado. ¿Por qué? Aún no lo sabemos"

Joseba Beloki Exciclista

Después de la caída dijiste que aquel iba a ser tu Tour.

Sí [sonríe]. Quizás ahora no lo hubiese dicho, pero en ese estado de rabia, de impotencia, te sale. Creo que ese Tour de Francia no lo habría ganado. Seguro que no. Pero sí pienso que se habría visto un Joseba Beloki diferente. Al final, en Alpe d'Huez rompí otra vez con esa famosa barrera de la valentía, y aunque tampoco me salieron las cosas, le plantamos cara a Armstrong hacia arriba. Le dimos un poco el beneplácito a Iban [Mayo] de ganar la etapa, y la ganó con todo merecimiento, pero aquello era ya un cara a cara entre Armstrong y yo.

Un año antes, en 2002, terminaste segundo, pero Armstrong fue desposeído del triunfo por dopaje. ¿Te sientes ganador de ese Tour?

No, porque no me lo han dado.

Joseba Beloki recuerda su caída en el Tour de Francia de 2003.D.A. / S.F. / RELEVO

¿De forma injusta?

Sí, pero no me lo han dado y es lo que hay. Es algo que no depende de mí, ni de Ullrich, ni de Fernando Escartín, ni de ninguno de los ciclistas que hubiésemos dado un salto adelante en la general con lo de Armstrong. Fíjate los que fueron cuartos si lo habrán pensado o no. Me consta, de hecho, que ha habido gente que lo ha reclamado, pero a nosotros nadie nos ha dicho cómo está el tema de Armstrong ni sabemos el porqué de dejarlo en blanco. Es la única vez que se ha hecho en el deporte profesional. ¿Por qué? No lo sabemos.

Las expectativas con tu vuelta tras la lesión se dispararon, pero nunca volviste a ser el mismo.

Yo no estaba bien, ni física ni anímicamente. Tenía claro que mi pierna derecha no iba a funcionar.

No terminaste de reencontrarte.

No, nunca. Todavía hice un buen trabajo en La Vuelta de 2005, donde ganamos con Roberto Heras y donde, creo, mi papel tuvo su aquel, pero yo sabía perfectamente que entrelazar dos puertos a tope ya era imposible para mí. Era incapaz de llegar a meta después de semejantes esfuerzos. Estaba destrozado. Destrozado. Ver que 20 tíos se te van para adelante y que eres incapaz de seguirlos es muy duro. O que el equipo te pide un esfuerzo más y no puedes dárselo. Muy, muy duro. Al final, estaba mal y lo sabía. Los hierros me daban problemas, tenía heridas que me hacían los tornillos y no me podía caer, iba con muchísimo más cuidado del habitual. Fue muy complicado. Sufrí mucho, pero al fin y al cabo sabía lo que había. En ningún momento perdí la percepción de la realidad.

Joseba Beloki reflexiona sobre su 'no' victoria en el Tour tras la suspensión de Armstrong.D.A. / S.F. / RELEVO

Y llega el año 2006. ¿Recuerdas cómo supiste por primera vez de la Operación Puerto?

Sí, a mí me llama… Íbamos de concentración con el equipo a Puente Viesgo [Cantabria] y me llamó Herminio Díaz Zabala. Me dijo, Joseba, date la vuelta que no hay concentración, se ha suspendido, ya os llamaremos y os contaremos un poco qué es lo que está pasando. Y a partir de ahí, me fui enterando de todo por los medios.

¿Qué es para ti la Operación Puerto?

Una chapuza y un mal sueño. Algo que nos tocó y que a mí personalmente me quitó el sueño. Me llevó a vivir malos ratos, como por ejemplo el tener que ir a testificar como testigo. Para mí fue durísimo. Durísimo. El tener que ir ahí a contar algo, que yo creo que estaba muy acreditado cuál era mi situación en esta historia, y que me hagan ir a un juzgado allí… Horroroso. La experiencia del juzgado fue horrorosa. Tener que ir aquí a Vitoria a testificar fue horroroso. Un mal sueño. Yo lo llevé muy mal. Muy mal. Me hizo tirar la toalla y decir, aquí os quedáis, se acabó.

"Para mí, la Operación Puerto fue una puta mierda desde el inicio"

Joseba Beloki Exciclista

Se vincularon a tu nombre sustancias como EPO, parches de testosterona, hormonas de crecimiento, anabolizantes…

Sobre todo, la no posibilidad de defensa de todo eso, de todo lo que se habló. Para mí fue una puta mierda todo desde el inicio. Creo que se nos faltó al respeto por completo. Tengo mucha envidia de muchos países, de cómo tratan a sus deportistas en lo bueno y lo malo. Aquí ensalzar a alguien es muy fácil y el siguiente paso es cortarle la cabeza. No tenemos reparo. O sea, si yo hubiese demandado por cada titular… hubiese sido la hostia.

¿Por qué no lo hiciste?

Pues mira, no lo hice porque así me lo asesoraron, porque creo que más guerra... Hoy día les veo por las carreras y hay gente que no me saluda. Pues mira, dos trabajos tienen, pero ya vendrán, porque van a terminar viniendo. Hubo mucha gente que al final, bien adoctrinada o no, tiró por un camino en el cual todo aquello que oliera a Manolo Sainz era dañino. Fue todo un mal sueño. Por todo lo que mi familia tuvo que escuchar, por todo lo que ya traía yo en la mochila con el tema de la caída y porque al final mucha gente sabía que era lo que estaba pasando y cuál era la realidad de todo aquello. Fue una putada. Una verdadera putada.

Joseba Beloki analiza cómo le afectó estar implicado en la Operación Puerto.D.A. / S.F. / RELEVO

¿Sientes que tu nombre sigue manchado de aquellas?

A ver, yo creo que con el paso del tiempo se han aclarado muchas cosas. A mí lo que más ilusión me hace es cuando desde el extranjero me llaman para hacer entrevistas o hay gente que me comenta y, joder, no te voy a decir disculpar, pero sí que hay gente que dice, oye, mira, estaba equivocado. Pues es algo que yo acepto. Es lo que te digo, para mí es un mal sueño que ojalá termine pronto, porque va a perdurar mucho tiempo, pero bueno. Al final, no sé, prefiero que me siga la caída, que es lo que me sigue, que esta otra historia.

La Justicia certificó que no existía ninguna imputación contra ti por lo que se te juzgaba, que era un delito contra la salud pública [el dopaje aún no estaba tipificado como delito en España].

Y de eso no hubo titulares, en absoluto. Mira, yo desde el primer momento sabía cuál era mi historia. Yo fui a la Federación Española a por el dossier y a mí el señor Bermúdez, que estaba por aquel entonces en la federación, me dio el dossier y yo dije, a ver si resulta que va a haber algo aquí que yo desconozco… Pero para mí lo más duro, lo que más impotencia me dio, fue tener que ir a un juzgado donde, ostras, al final te esperaba la prensa sacando fotos. Porque tú vas a un juzgado y dices, si yo soy un puñetero don nadie aquí. Sobre todo de imagen, porque lo que digas o no digas, se va a quedar ahí, pero para mí la imagen es lo más impactante de todo, lo que más miedo me daba. Yo tuve suerte, de todas formas, de salir aquí [en Vitoria], donde nadie me tocó las narices. Testifiqué y ya está, pero fue humillante. Tener que ir a testificar y que me preguntasen a mí por Vicente Belda o por Jan Ullrich. ¿Pero qué vas a preguntarme a mí de Belda o de Ullrich, más allá de que hayan sido mis rivales? Pregúntame de mi equipo, de Manolo, de mis compañeros. Algo coherente, vamos, no un absurdo así. Fue una mierda. Una verdadera mierda.

"Si yo hubiese demandado por cada titular de aquella época, hubiese sido la hostia"

Joseba Beloki Exciclista

Anunciaste tu retirada en diciembre de 2007, tras más de un año sin competir. ¿Qué recuerdas de aquella rueda de prensa?

Aquello fue una puerta que tenía que cerrar. La rueda de prensa la di un poco como reivindicación. Al quedarme en casa parecía que les estaba dando la razón a todos. Llegó un punto en el que estaba hasta las narices de dar entrevistas a todo el mundo, parecía que estaba yo con mi cantinela y que cualquier titular tenía mucha más fuerza que lo que yo decía. No quería vivir dando explicaciones. Me volví un picado, porque al final cualquier historia que sacaba uno, ya, pam, estaba ahí a morder. Me dije, tengo que dar una rueda de prensa para decir que todo aquello se acababa. Que mira, para mí hubiese sido mucho más fácil haber pedido un expediente de invalidez. Hoy en día sería pensionista, por mi caída, igual que otros ciclistas como Roberto Sierra, como Javi Mauleón, como Santi Blanco, que se les ha quedado una pensión por sus problemas físicos. Yo podía haber tenido una pensión alta de haber solicitado ese expediente antes del 31 de diciembre de ese año, 2007, porque seguía en activo. Y a mí nadie me podía decir que yo no tenía problemas para ser ciclista profesional con toda esta batería de titanio que todavía llevo. Pero no lo hice.

¿Por qué?

Pues porque siempre he sido coherente. No es un tema económico, es un tema de decir, ostras, yo lo quería seguir intentando. Y yo por toda aquella mierda no pude firmar por ningún equipo. Tuve la posibilidad, pero con todo aquello abierto, olíamos mal y no se dio.

Joseba Beloki, en Vitoria. Salvador Fenoll / RELEVO
Joseba Beloki, en Vitoria. Salvador Fenoll / RELEVO

¿Te arrepientes de haber terminado así?

Sí, sí, sí [suspira]. Yo tenía que haberlo dejado con la caída del Tour. Pero claro, eso es un pensamiento que tengo desde, yo que sé, desde 2010 o 2011, cuando ya me había asentado, ya estaba más tranquilo, mis hijos crecían y yo veía que mi condición física no iba a cambiar. Yo creo que lo más sincero para mí hubiese sido haber terminado en 2004. Ya me dijeron el diagnóstico, yo lo sabía, nadie me engañó, sabía que era un diagnóstico muy difícil, pero mira. Finalizando el 2003 tenía que haberlo dejado. En 2004 no tenía que haber arrancado.

No sé si te hubieras perdonado no intentarlo.

Me hubiese dejado su penitencia, seguro, pero creo que hubiese tenido otras satisfacciones.

"Hasta la época de Miguel, todo impoluto, llega Armstrong y todo se vuelve malo..."

Joseba Beloki Exciclista

¿Qué lección sacaste de todo aquello? Ya no solo para ti, sino también para Markel, tu hijo, que con solo 18 años ya es ciclista profesional.

Mira, ante la pregunta de si me gustaría que mi hijo tuviese el mismo ciclismo que yo, te digo que sí. O sea, fíjate si defiendo toda aquella época nuestra, que si ahora me dicen que si yo la quiero para Markel, yo te digo que sí. Es que me da rabia, joe, me da rabia que hablemos mal de aquellos diez años. Hasta la época de Miguel [Induráin], todo ha sido impoluto, ningún problema. Llega Armstrong y todo se vuelve malo, negativo, negro, oscuro. Se va Armstrong y se vuelve todo bueno, cuando gana Carlitos [Sastre] y cuando gana [Óscar] Pereiro. Luego vuelve Armstrong y otra vez se vuelve a la mala época…

¿Por qué pasa eso?

Porque somos así. ¿Qué tendrá que ver el resto del ciclismo con Armstrong? Y me da igual Armstrong que otro, no me estoy refiriendo al tema del dopaje, me refiero a los temas contractuales, al tema del espíritu del deporte… O sea, cuando se habla de aquella época, parece que no existe. En ningún aspecto. Y para mí, aquel 2004, por ejemplo, cuando entran las sociedades limitadas, me parece un cambio importantísimo. En el ciclismo tenía que haber ya una liga profesional, como la Euroliga o como lo que se está, digamos, gestando en el fútbol. Tiene que haber una liga profesional con condiciones para la élite. Y todo aquello empezó en el 2004. O sea, también hay cosas buenas que se estaban haciendo entonces.