El nuevo Nadal contra el estigma de "pasabolas" y aquel tuit de un diputado de Podemos: "Tiene que acortar los puntos"
El campeón de 22 Grand Slam regresa este martes a la tierra 682 días después. Se medirá al italiano Cobolli (sobre las 16:00 horas en Movistar y Teledeporte).
El 4 de junio de 2018, unos días antes de que Rafael Nadal conquistara en París su undécimo título de Roland Garros, un diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid escribió un tuit criticando al balear. El tenista había pedido que se volviera a votar en España después de los ajustados resultados que se dieron en las elecciones generales de abril y el político se irritó.
"Nadal quiere elecciones. A mí, sin embargo, me gustaría que dejase de practicar un tenis soporífero, defensivo, hipermusculado y pasabolas", escribió en Twitter Isidro López. Con el tiempo, el político se acabó borrando la cuenta de la red social. Con el tiempo, Nadal, el del tenis soporífero, ganó seis Grand Slam más y ahí sigue, al borde de los 38 años, volviendo una vez más de una lesión y con la ilusión intacta. Este martes se enfrentará a Flavio Cobolli en Barcelona, en lo que será su primer partido en tierra batida en 682 días.
[Nadal - Cobolli, en directo: sigue el resultado del partido del Conde de Godó]
A Nadal siempre le ha perseguido cierta fama de pasabolas y es cierto que en sus inicios era un jugador insoportable para sus rivales en ese sentido. Llegaba a todo, corría como un gamo por la pista y muchas veces ganaba los puntos por pesado, por poner una pelota más en la pista. A aquel Nadal de piernas frescas había que ganarle siete veces cada punto. Su físico era una barbaridad.
Con el paso de los años, con tanta lesión y con unos rivales que pegaban cada vez más fuerte, Nadal fue adaptando su estilo de juego. Cuando Carlos Moyà se incorporó a su equipo técnico a finales de 2016, uno de los asuntos que puso el campeón de Roland Garros 1998 encima de la mesa fue que Nadal tenía que acortar los puntos. Tenía que ser más agresivo y guardar energías. Ya no había necesidad de tener un desgaste excesivo y de exponer su cuerpo de esa manera a las lesiones.
"Cuando tienes buenas piernas no tienes la necesidad de acortar los puntos. Nadal siempre ha trabajado el punto, siempre ha jugado con mucho orden", decía a finales de 2022 a Relevo Marc López, uno de los entrenadores de Nadal. "Las piernas ya no son las mismas y el tenis ha variado en estos 20 años que lleva de carrera. Ahora es todo mucho más rápido y todos tiran más fuerte. Nadal ha sabido adaptarse a eso y se ha dado cuenta de que puede y debe jugar más valiente".
Esta imagen muestra la tendencia de los peloteos de Nadal en base al análisis de 272 partidos que jugó entre 2005 y 2022. Como se puede observar, Nadal juega cada vez más puntos de uno a tres golpes y menos de cuatro o más. La tendencia ha sido extraída del siguiente gráfico.
PELOTEOS DE NADAL POR AÑO
Aunque pueda sonar a una contradicción después de tantas lesiones, gran parte del éxito de Nadal ha residido en su fortaleza física, sobre todo en tierra batida. Aguantar la intensidad de Nadal en un partido a cinco sets en arcilla está al alcance de muy pocos. De los 140 partidos que ha disputado en esas condiciones, sólo ha perdido tres: dos ante Novak Djokovic y una ante Robin Soderling.
Esa fortaleza puede convertirse ahora en su talón de Aquiles. Y es que el cuerpo de Nadal no para de darle avisos. A punto de cumplir 38 años -lo hará el 3 de junio- y tras haber jugado apenas tres partidos en los últimos 16 meses, su físico es una incógnita. En enero en Australia, en su regreso tras un año fuera, se lesionó en el tercer partido. Consecuencias de la alta competición.
Por eso, antes de que arrancara el año en Brisbane, Nadal y Moyà se volvieron a sentar en la pretemporada y hablaron de continuar por esa misma línea. A estas alturas de su carrera, a Nadal no le interesan ya los peloteos eternos. "Técnicamente no hemos cambiado nada, pero él sabe que tiene que ser agresivo, intentar no atascarse en peloteos largos y acortar los puntos. Llevamos tiempo trabajando en ello. Puede que ahora necesite todo eso más que antes, pero va a llevar tiempo", decía el propio Moyà en una entrevista con L'Equipe a principios de enero.
Tal y como están las cosas, cuanto menos tiempo pase en pista será un regalo para su cuerpo. Y más en torneos como el de Barcelona, donde el balear apenas tendrá descanso entre partidos: si llega a la final del Godó, Nadal habrá disputado seis encuentros en seis días. "Hay que convivir con la incertidumbre y ver las cosas de manera positiva. Quiero disfrutar de estar en casa, aquí estoy, eso es mucho".