DOPAJE

Un perdón de la Federación Internacional de Atletismo a Jordan Díaz evidencia las grietas del sistema antidopaje mundial

Relevo ha accedido a documentación confidencial que acredita que World Athletics hizo una "excepción" fuera del reglamento para evitar la sanción al deportista.

El atleta español Jordan Díaz celebra el oro en la final de triple salto masculino en el marco de los Juegos Olímpicos París 2024. /EFE/ Julio Muñoz
El atleta español Jordan Díaz celebra el oro en la final de triple salto masculino en el marco de los Juegos Olímpicos París 2024. EFE/ Julio Muñoz
Natalia Torrente

Natalia Torrente

 El sistema mundial antidopaje funciona mal. Tras meses de trabajo en colaboración con la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), Relevo ha podido comprobar la ausencia de voluntad para resolver expedientes fraudulentos a pesar de que el organismo internacional fue conocedor de que, bajo su responsabilidad y supervisión, la aplicación de su reglamento era absolutamente arbitraria en muchos casos por parte de las federaciones internacionales y agencias nacionales.

La estructura antidopaje mundial, financiada por el Movimiento Olímpico y los gobiernos, no protege a los deportistas que acaban siendo, al fin y al cabo, víctimas de un sistema que, lejos de trabajar por la salud pública, la justicia deportiva y la eliminación de las prácticas dopantes, genera una sensación de inseguridad, desprotección e incertidumbre en la forma de aplicar la política antidopaje. Un ejemplo claro es el caso de Jordan Díaz, sobre el que Relevo ha accedido a documentación confidencial que evidencia las grietas del sistema antidopaje.

'Expediente Jordan Díaz'

Jordan Díaz, uno de los deportistas españoles que tocó el cielo en París con la medalla de oro olímpica en triple salto, eludió una sanción de la Federación internacional de atletismo (World Athletics) en 2022 tras acumular tres controles fallidos, es decir, tres ocasiones en las que incumplió su localización ante la realización de forma sorpresiva de un control antidopaje que hubieran supuesto, según el Código Mundial Antidopaje, dos años de inhabilitación.

Sin embargo, el contexto que rodea a su primer problema con la localización evidencia la falta de sentido común a la hora de aplicar el Código Mundial Antidopaje. Se trata del mismo día en el que Jordan Díaz se exilió en España aprovechando una concentración de la selección cubana de atletismo. Razón más que suficiente para no encontrarse en Oslo (Noruega), donde viajó el equipo cubano sin él. Sin embargo, como no recurrió administrativamente aquella falta en su paradero, que coincidió también con que un agente se acercó a hacer un control antidopaje, para la Federación internacional constaba un "fallido" en su expediente.

Relevo, que contactó con el deportista y su entorno para contrastar y compartir la información, encontró una incomprensible reacción por parte de su representante, Alberto Suárez, que lanzó a este medio una contundente amenaza: "Vais a estar vetados de por vida, por parte de Jordan y de cualquiera de los atletas a los que represento". Un par de horas después fue el propio Jordan Díaz quien compartió un mensaje sobre la información, que aún no estaba publicada, en su perfil oficial de X:

Pero volvamos a lo que nos ocupa para entender las grietas del sistema. Los deportistas incluidos por World Athletics en el grupo RTP (Registered Testing Pool), sobre los que se hace un seguimiento exhaustivo en materia antidopaje, acumulan un fallido si un agente aparece para la realización de un test antidopaje y no están a la hora indicada en el paradero que ellos mismos han incluido en ADAMS —el sistema de recogida y coordinación de la información de la Agencia Mundial Antidopaje—. Si suman tres en un periodo de un año desde el primero, la sanción que establece la Agencia Mundial Antidopaje es de dos años sin competir, tal y como se aplicó con Mo Katir.

Jordan Díaz, en cambio, no fue sancionado. El del hispano-cubano es un caso que evidencia que el sistema antidopaje no funciona y se aplica de forma arbitraria con pleno conocimiento de todas las instituciones, ya sea a nivel internacional como nacional, implicadas en la lucha contra un deporte limpio. Tanto la Agencia Mundial Antidopaje como la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) y la CELAD (Comisión Española de la Lucha Antidopaje en el Deporte), estuvieron al tanto de la gestión a Jordan Díaz por parte de la Federación internacional y no recurrieron.

Un perdón de la Federación Internacional de Atletismo a Jordan Díaz evidencia las grietas del sistema antidopaje mundial

World Athletics aplicó una "excepción" con Jordan Díaz que no recoge el Código Mundial Antidopaje, según señalan ellos mismos en la notificación que enviaron al deportista. Y lo que es más grave aún y evidencia la voluntad, únicamente, de anular la correspondiente sanción sin valorar las circunstancias del deportista: a pesar de que el plazo de alegación se había superado en más de ocho meses, cancelaron el primer fallido cuando ya se había cometido el tercero (lo que conllevaría según el reglamento a una sanción), en lugar de hacerlo cuando se cometió el primero dado el contexto que explicaba su ausencia. De ser castigado según el reglamento mundial antidopaje, muy probablemente Jordan Díaz no hubiera llegado a la cita olímpica. Vayamos paso a paso.

Primer fallido

29 de junio de 2021. Jordan Díaz no se encuentra en la localización que él mismo señaló en ADAMS en su hora de ventana, es decir, en la franja marcada por el propio deportista para que pueda aparecer, de forma sorpresiva, un agente para realizar un control antidopaje. Su ausencia fue comunicada por World Athletics el 9 de julio y un mes después, el 10 de agosto, le confirmó que acumulaba un "fallido" por incomparecencia de la localización.

Díaz, nacido en La Habana (Cuba), aprovechó una concentración de la selección cubana en Castellón el 28 de junio de 2021 —un día antes de su incumplimiento de localización—para desertar y, posteriormente, tramitar la licencia para competir por España. Así cumpliría los criterios obligatorios que exige World Athletics de llevar tres años sin competir a nivel internacional con el país de origen y tres años de arraigo en el país al que quisiera representar de cara a los JJ.OO de París.

Aquel día coincidió con la visita de una agente para realizar un control antidopaje, pero como era evidente, Díaz no se encontraba con el resto de la expedición cubana en Oslo porque acababa de desertar y estaba en España. La Federación internacional de atletismo registró un fallido, porque Jordan tuvo dos meses desde su deserción, hasta el 24 de agosto de 2021, para explicar su incumplimiento de localización, decidió no recurrir.

Segundo fallido

29 de enero de 2022. Un agente de control enviado por la misma Federación internacional de atletismo no localizó, por segunda vez, a Díaz para realizar un test antidopaje. Semanas después, el 9 de febrero, se comunicó al atleta su segundo "fallido".

En esta ocasión, World Athletics sí recibió respuesta del deportista. Fue el 23 de febrero de 2022, cuando confirmó su incomparecencia y declaró: "Asumo la comisión de un fallo de localización por mi parte [...], que se debió a un simple descuido que lamento, pero no a un intento de evitar un control antidopaje fuera de competición".

El 25 de febrero, siguiendo el procedimiento habitual, la Federación internacional le confirmó, por escrito, el segundo fallido. Además, le alertaron de que sería su segunda falta de localización en un período de 12 meses que comenzó con la primera: el 29 de junio de 2021. "Se le recuerda que, de conformidad con el artículo 2.4, un total de tres (3) faltas de localización en un periodo de doce meses puede dar lugar a que se le impute una infracción de las normas antidopaje", le advertían.

Tercer fallido

21 de abril de 2022. Jordan Díaz incumple por tercera vez su localización al no estar en el lugar señalado en el sistema cuando un agente se acercó para realizar un control antidopaje. Tras comunicárselo el 5 de mayo, dos semanas después la AIU (Athletic Integrity Unit) —quien coordina en la Federación internacional los temas antidopaje—, recibió del atleta una carta argumentando su ausencia. 

Según su escrito, Díaz abandonó Portugal, el lugar que había fijado ese día en su calendario de localizaciones, para dirigirse a su residencia en España ya que tenía problemas con una lesión y "necesitaba atención médica". Por ello, siempre según el atleta, modificó su localización a las 8:06 de la mañana cuando la franja de 60 minutos elegida por él había comenzado a las 08:00 h. y terminaba a las 09:00 h. Pero un agente apareció para hacer un control. Señaló, en cambio, que su nueva ubicación estaría en España e indicó una nueva franja horaria: de 21:00 a 22:00 h. Aunque los deportistas sólo pueden modificar su paradero y franja horaria, como mínimo, con 24 horas de antelación —para evitar precisamente la ingesta de agentes enmascarantes ante un posible control—, Díaz declaró que "su viaje a España se programó en el último minuto y que compró los billetes de tren a las 00:02 h. del día anterior".

Pese a sus explicaciones, la Federación internacional le imputó el tercer incumplimiento de su paradero porque consideró su planteamiento "incoherente" ya que "para cumplir las normas, su información de localización debería haberse actualizado con su dirección en España inmediatamente después de reservar el tren de Portugal a España y no 8 horas después de haberlo reservado cuando ya se había presentado el agente de control", dice la notificación. Sin embargo, en el documento, con fecha de 20 de mayo, la Federación internacional se refiere a un segundo incumplimiento y no un tercero, que acarrearía una infracción de las normas antidopaje. ¿Qué ocurrió para que "desapareciera" uno de esos fallidos del registro de World Athletics?

El movimiento que exoneró a Jordan Díaz

Según señala la documentación confidencial a la que ha tenido acceso Relevo, la Federación internacional hizo una excepción no contemplada por el reglamento con el primero de los fallidos.

El 5 de mayo, 14 días después de que Jordan Díaz se hubiera ausentado por tercera vez de su localización a la llegada de un agente para realizar un control antidopaje, World Athletics retomó el primer fallido, que podía haber anulado en su momento por la imposibilidad de que el atleta estuviera en Oslo aunque no lo hizo porque el atleta no recurrió. Según indica la notificación, la Federación internacional de atletismo recibió el 3 de marzo de 2022, más de ocho meses después del primer fallido y fuera de plazo —tenía hasta el 24 de agosto de 2021 para recurrir— una solicitud de revisión administrativa por parte del deportista. Según ha podido saber Relevo por parte del entorno de Jordan Díaz, fue la propia Unidad de Integridad del Atletismo quien le reclamó, tanto tiempo después, unas alegaciones justificando que ese primer fallido fue motivado por su deserción de la selección cubana. No les pareció razonable antes, pero sí después de acumular el tercer fallido que supondría una sanción por dopaje.

"El 29 de junio de 2021, mientras me encontraba en el aeropuerto de Valencia para volar a Oslo para la competición de los Bislet Games, me escapé de la expedición del equipo cubano de atletismo. Por lo tanto, no viajé a Oslo porque, antes de tomar el vuelo, decidí desertar del equipo cubano de atletismo. Por ello, no estuve en Oslo y, de esta forma, el agente de control antidopaje no pudo encontrarme en el hotel donde debía alojarme en la capital noruega", explicó el deportista.

"Hasta mi salida del equipo cubano de atletismo era la propia federación cubana de atletismo la que gestionaba mis datos de localización en ADAMS. Por mi parte, no existían claves para poder acceder a los datos de localización y no sabía cómo gestionar su actualización, ya que era una tarea que realizaba la federación cubana de atletismo. Sin disponer de medios (ordenador, teléfono con internet, etc.), no podía ponerme en contacto con la Federación internacional para todo lo relacionado con los datos de localización. Además, como no iba a poder participar en competiciones de atletismo en mucho tiempo debido a la deserción, pensé que enviar datos de localización era algo irrelevante en ese momento", relató.

¿Qué hizo entonces World Athletics? Aceptó las explicaciones que le pidió meses después a Jordan Díaz, en marzo, y le canceló el primer fallido, bajo la circunstancia de la deserción, pero cuando ya había cometido el tercero, el 5 de mayo. Es más, ese mismo día Jordan recibió dos comunicaciones: una para informarle de que había cometido un tercer fallido y otra en la que le trasladaban que hacían una excepción con su caso para cancelarle el primero. La Federación internacional de atletismo lo hizo en contra de su propio Código Mundial Antidopaje y su Estándar Internacional de Gestión de Resultados, que eludió dos veces.

La primera de ellas, al aceptar que el deportista no era el responsable de sus propias claves. Cuando se notifica a cualquier deportista que comienza a formar parte del RTP (Registered Testing Pool), se indica que es su responsabilidad la posesión y gestión de las mismas: "Eres responsable de mantener la confidencialidad de tu nombre de usuario, contraseña y cuenta, y de tomar las precauciones razonables para evitar la divulgación o pérdida accidental o no autorizada de tu nombre de usuario, contraseña o información de cuenta. No debes conceder acceso ni compartir tu nombre de usuario o contraseña con ninguna otra persona. Eres responsable de la actividad que se produzca bajo tu nombre de usuario/contraseña". No contempla, en cambio, que puede suceder algo como lo que explicó el deportista: que sus claves, a pesar de tener él plena responsabilidad, eran gestionadas por la federación de un país que le llevó a la deserción.

La segunda irregularidad por parte de la Federación internacional la señalan ellos mismos en la notificación: "Según nuestra carta de 10 de agosto de 2021, tenía hasta el 24 de agosto de 2021 para solicitar una revisión administrativa. Sin embargo, tras revisar su caso, hemos decidido excepcionalmente aceptar y revisar su tardía solicitud". Decidieron hacer una excepción no contemplada en el reglamento después de ser conocedores de un tercer fallido con la correspondiente sanción por dopaje, pero nunca antes para asumir, razonablemente, que una deserción implica un incumplimiento de la localización. El objetivo no fue nunca proteger y dar seguridad al deportista, sino evitar una sanción por dopaje.

Ante la arbitrariedad por parte de la Federación internacional de atletismo a la hora de aplicar el reglamento, tanto la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), como la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) y la Comisión Española de Lucha contra el Dopaje en el Deporte ("CELAD") tenían derecho a recurrir la decisión del tribunal administrativo. Lo recogía también el mismo documento. En copia de todas las notificaciones al deportista, las mismas instituciones también pudieron advertir de la lógica en el primer fallido que evidenciaba que, al haber desertado, era imposible que estuviera en la localización indicada. Sin embargo, todas lo dieron por bueno.

Raúl Chapado, presidente del atletismo español, vicepresidente de World Athletics y miembro del Consejo Rector de la CELAD, se refirió al cumplimiento de la normativa tras la sanción de Mo Katir. "Cumplir la normativa antidopaje es una responsabilidad de los atletas. Por mantener íntegra esta lucha, todos los procedimientos antidopaje que se establecen tienen como objetivo final mantener un deporte más justo y más limpio. Las normativas están ahí y hay que conocerlas. Más si has tenido algún problema previo con algún tipo de localización", dijo.

Raúl Chapado, presidente de la RFEA, dio una rueda de prensa sobre el 'Caso Mo Katir'. El Desmarque.

"Nosotros no debemos entrar. [...] Cualquier atleta que quiera participar en un campeonato de Europa tiene que hacer una certificación que hace la Federación que se llama Air Run Clean, que es una formación que les indica todos los riesgos del dopaje, cómo el dopaje puede influir en su salud y, además, los procedimientos que tienen que seguir. Es responsabilidad del deportista. Si nosotros estuviésemos injiriendo o interviniendo en ese proceso seguramente alguien pensaría que estamos intentando ayudar a los atletas", zanjó.

¿Podría haber competido Jordan Díaz en París 2024 si se le hubiera sancionado?

La sanción por acumular tres incumplimientos de localización asciende a dos años por una infracción grave de las normas antidopaje. World Athletics comunicó a Jordan Díaz que no consideraba sus alegaciones y por tanto acumulaba un tercer fallido el 20 de mayo. Tenía hasta el 3 de junio para recurrir la decisión, pero conocedor de que se le había anulado el primero días antes, no lo hizo.

Si se hubiera respetado el Código Mundial Antidopaje, el deportista, con dos fallidos en su expediente, podría haber recurrido el tercero. Entonces la AIU tendría que haber reevaluado su caso y, como no cumplía las normas, debería haber sancionado al atleta con dos años de sanción. En este punto, aunque el deportista hubiera llevado una estrategia colaborativa con el objetivo de minimizar el tiempo de la sanción y se hubieran agilizado los trámites lo máximo posible, hubiera llegado muy justo en el tiempo a la última prueba que le permitiera clasificarse a los Juegos Olímpicos de París.

Díaz se clasificó el 19 de febrero de 2024 al saltar la mínima olímpica en el Campeonato de España indoor de clubes. Sin embargo, la última fecha del calendario en la que el atleta hubiera podido clasificarse era el 30 de junio de 2024, en el Campeonato de España al aire libre en La Nucía. Teniendo en cuenta que tenía hasta el 3 de junio de 2022 para recurrir y exponiéndose a una sanción de dos años, hubiera sido muy difícil que, por tiempo, se clasificara para la cita olímpica en caso de ser sancionado.

La nacionalización de Jordan Díaz se concedió tras el segundo fallido

Jordan Díaz obtuvo el 1 de febrero de 2022 la nacionalidad española por carta de naturaleza. Sin embargo, no podía competir por España hasta recibir el 'transfer' de la Federación internacional. En un primer momento World Athletics señaló el 28 de junio de 2024 como primer día para que Díaz pudiera competir internacionalmente por España, poco más de un mes antes de los Juegos Olímpicos de París. Pero, a diferencia de otros casos —como el de Andy Díaz, que no vio adelantada su fecha y no pudo representar a Italia hasta el 1 de agosto—, fue en abril de este año cuando World Athletics adelantó la fecha al 7 de junio para que Jordan Díaz representara a España en el Europeo de Roma previo a la cita olímpica, donde fue campeón.

La Federación Internacional precipitó la fecha en la que el atleta, de origen cubano, podía competir con España. Finalmente participó en París y consiguió el oro olímpico el pasado 9 de agosto con una marca de 17,86 por delante del portugués Pedro Pichardo con 17.84 y el italiano Andy Díaz con 17.63.

La incomprensible reacción de Jordan Díaz y su agente al conocer la información de Relevo

Relevo se puso en contacto con Jordan Díaz en la mañana de ayer. Al no localizarle, fue su representante, Alberto Suárez, quien atendió nuestra llamada. En un primer momento aseguró que tanto Jordan como él no conocían el caso ni habían recibido documentación alguna sobre los fallidos del deportista. Minutos después, aseguró que "el primer fallido nunca existió" porque se dio dentro de un contexto extraordinario, el de su deserción. De hecho, fue Suárez quien reveló a este medio que la AIU, meses después y tras el tercer fallido, solicitó al atleta las alegaciones sobre el primer fallo de localización para cancelarlo y evitar así la sanción.

Después de aportar sus explicaciones y atender a nuestra información, Suárez lanzó algunas amenazas veladas sobre las consecuencias que la publicación de esta información podría tener para Relevo con una contundente advertencia: "Vais a estar vetados de por vida, por parte de Jordan en cualquier rueda de prensa, declaración o acto en el que participe, pero también por parte de cualquiera de mis representados, además de las correspondientes medidas legales que tomaremos por engañar y difundir una información falsa".

La reacción de Jordan Díaz dos horas después de la llamada y sin que esta publicación hubiera visto la luz fue ponerse, de forma inexplicable, la venda antes que la herida con un comentario en su perfil oficial de la red social X, donde ya avisaba de que, sin que hubiera sido publicada, la información era "falsa y difamatoria", además de que causaría "daños graves y perjuicios a mi persona y patrocinadores". Ni una referencia a la estructura antidopaje a nivel mundial que los desprotege y expone.

El 'Expediente Jordan Díaz' deja entrever las enormes fisuras del actual sistema antidopaje a nivel mundial, que se aplica de forma absolutamente arbitraria según el deportista con la connivencia de todas las instituciones. Aunque fue la Federación internacional quien decidió no cumplir el Código Mundial Antidopaje, tanto la Agencia Mundial como la Real Federación Española de Atletismo y la agencia española antidopaje (CELAD) miraron hacia otro lado y no recurrieron la resolución.