Jordi Arrese recuerda los inicios salvajes de Rafa Nadal en la Copa Davis: "Le daban calambres por celebrar con tanta energía"
El capitán que le dio la alternativa habla sobre los primeros pasos de Nadal. "Cuando tenía 13 años yo decía que iba a ser nº1 y algunos me decían que estaba zumbado".
Han pasado ya más de 20 años, pero Jordi Arrese lo recuerda perfectamente. Cómo no acordarse, claro, de aquel Rafael Nadal desbocado, que corría como una pantera de lado a lado de la pista y al que le salía la energía a borbotones por los poros.
"Le daban calambres de tensión porque es que celebraba con tanta energía... Y entonces le teníamos que ir frenando para que los calambres no fueran a más", señala en una entrevista con Relevo Arrese, que por aquel entonces era el cabecilla del G-3, el triángulo de capitanes de la Copa Davis que completaban Josep Perlas y Juan Avendaño.
Plata olímpica en los Juegos de Barcelona 1992, Arrese fue el capitán que le dio la alternativa a Nadal en la Davis, una de las competiciones que más y mejor explican quién es Nadal. El balear debutó en 2004 y suma cinco Ensaladeras, un palmarés que podría cerrarse la próxima semana con la sexta en Málaga. "Sería la despedida ideal", dice Arrese sobre la retirada del mejor deportista español de todos los tiempos.
¿Recuerdas cómo le comunicaste a Nadal que iba a jugar?
Lo primero que hay que decir que ahí se jugaba en una pista Supreme (un tipo de pista dura, muy rápida), y que los españoles nunca jugaban bien en Supreme. Además, no vinieron ni Moyá ni Ferrero. Por un motivo o por otro, ya no me acuerdo, no llegaron a estar ni en las listas iniciales. Y bueno, a nosotros Rafa nos encantaba, aunque no había ganado ningún partido de índole, que era muy joven y que tampoco había jugado así demasiada cosa.
¿Le conocías de mucho antes?
Ya llevábamos mucho tiempo siguiéndolo. Y los dos años anteriores le veíamos a unos niveles que sabíamos que era un jugador de Copa Davis. Tenía mucha energía, no tenía manías a nada, todo era positivo y desprendía una energía brutal. Estando en República Checa, vimos los entrenos y lo vimos muy bien, porque ahí él bajaba muy bien de piernas. Aunque era joven, flexionaba mucho y en este tipo de pista la bola liftada se levantaba un poquito. También tenía el saque de zurdo, y la verdad es que ahí pusimos a él y a Tommy Robredo y creíamos que era la mejor baza para fundir a Jiri Novak, que era el mejor de toda la serie. Sabíamos que si le poníamos tres partidos duros en tres días seguidos podía sufrir.
¿Y cómo reaccionó Nadal?
Antes de tomar la decisión hablamos también con Rafa, para estar convencidos de que él se veía. Nosotros sí que lo veíamos y estábamos convencidos de que iba a decir que sí. Pero nunca sabes, a lo mejor... siempre un debut así, pues tanteas a ver cómo se ve. Y todo era seguridad. También tenía el desparpajo de un chaval que confía mucho en él, de muchísima seguridad. Perdió con Novak en tres sets, pero fue un partido muy duro. Al día siguiente perdió con Robredo en el dobles otro partido duro, pero Jiri Novak pinchó y no pudo jugar el domingo. Le movieron mucho, Rafa hizo un partidazo.
Y luego llega el domingo...
Jiri se quedó tocado, los checos metieron a Berdych y nosotros pusimos a Feli y a Rafa con Stepanek. Veíamos que, por el tipo de juego que hacía, creíamos que tenía más posibilidades Feliciano que Tommy. Y eso es que Tommy había ganado el primer punto con Stepanek. En el vestuario, antes de salir, nosotros hacíamos siempre un canto, una canción para salir un poquito más relajados y cuando se acaba, estamos en silencio, nos damos todos la mano y de repente se escucha esa frase. 'Feli, por favor, tú gana a Berdych que el quinto lo gano seguro'. La verdad es que para un chaval que llevaba dos partidos perdidos dice mucho.
Me imagino que ahí ya veías que Rafa era un chico especial. Esa frase, más allá de la anécdota, demuestra también un poco el carácter de lo que es.
Con Rafa ya lo veíamos desde pequeño. Cuando tenía 13 años yo decía que iba a ser nº1 y algunos me decían que estaba zumbado. Imagínate la confianza que tendríamos. La verdad es que Rafa era diferente. Tenía muchísima energía, tenía un desparpajo acojonante. La verdad es que por eso ha sido Rafa ese tenista con esa mentalidad. Nosotros en España siempre hemos tenido muy buenos jugadores, pero no siempre respondían en la Copa Davis. Y con Rafa ya veías que precisamente en Copa Davis iba a dar más. No menos como la mayoría, sino más.
"Una cosa es levantar al público y otra es celebrar cada punto. Al final la tensión te lleva a acalambrarte. Por eso era mejor ir frenándole un poquito"
Excapitán de la Copa Davis¿Nadal había estado de sparring con vosotros antes?
No. La primera vez que va a una eliminatoria de la Davis fue en la República Checa. Es verdad que la memoria ya me falla un poco, que han pasado muchos años, pero en el año 2003, que hicimos final con Australia, ahí vino Tati Rascón. Rafa estuvo en la final de 2000 en Barcelona, pero no como sparring. Hay una foto en el que se le ve sosteniendo la bandera durante el himno.
Y me imagino que Rafa no tiene dudas en ningún momento.
No, no. Rafa en ninguna eliminatoria tuvo dudas. Ni en en República Checa, ni en la semifinal, ni en la final, ni en ninguna. Siempre se veía que era lo que necesitásemos, que él se veía totalmente seguro y bien y confiado. La verdad es que es lo que transmitía él. Es que ya lo veías en los entrenos, le veías cómo lo luchaba todo. Y la mentalidad que tenía siempre ha sido muy positiva. Entonces eso transmitía una onda de equipo muy buena.
¿Y no tenía a veces un exceso de impulso?
Te voy a decir algo que no se ha contado. Rafa, tanto en semifinales contra Francia, como en la final, tuvo calambres. Pero eran calambres de tensión porque es que celebraba con tanta energía... Y entonces le teníamos que ir frenando para que los calambres no fueran a más. Al final eran calambres tensionales de lo que hacía, no era algo físico, porque él físicamente no era malo. Pero, claro, aunque fueran calambres de tensión, de celebrar, es algo que tienes que ir domando y sin hacer excesos en las celebraciones porque no es lo ideal. Una cosa es levantar al público y otra es celebrar cada punto. Al final la tensión te lleva a acalambrarte. En esa eliminatoria en República Checa no tuvo calambres, pero sí que recuerdo que en Alicante en semis hubo unos puntillos, y en la final también, contra Roddick. Por eso era mejor ir frenándolo un poquito para que no celebrase tampoco todo. Que no dejara de ser él, pero que tampoco se volviera loco.
Han pasado 20 años de Nadal y ahora va a jugar su última Copa Davis. ¿Qué significaría que Rafa se despidiera ganando una Copa Davis?
Hombre, yo creo que sería lo ideal. No sé si está entrenando lo suficiente y no sé si jugará. Pero, bueno, que esté en el equipo, ya sea incluso para el doble y todo, está claro que es muy positivo. Vamos a ver si es capaz de verdad. Solo por personalidad, solo por aportar experiencia, siempre va a ser muy positivo Rafa.