Bajón en piragüismo: las parejas de K2 y C2 se quedan a las puertas de las medallas

No hay un deporte que le haya dado tanto al deporte español en unos Juegos Olímpicos como el piragüismo. A lo largo de la historia, es la disciplina que más medallas acumula nuestro país y ayer jueves llegaron las dos últimas con el C2 500 masculino y el K4 -500 masculino encabezado por Saúl Craviotto. Y hoy había dos oportunidades más, posiblemente las últimas en aguas de París.

Las primeras en disputar la final fueron Antía Jácome y María Corbera, una pareja de zurdas que ha firmado un ciclo olímpico de menos a más y que se plantaron en la última carrera con todas las opciones del mundo, aunque en meta llegaron sextas tras desfondarse en los últimos metros. El plato fuerte era el K2- 500, a donde España llegó con dos parejas a semifinales, aunque solo Marcus Cooper y Adrián del Río se plantaron entre los ocho mejores.

El abanderado español era uno de los componentes del K4 que se colgó el bronce 24 horas antes. La pareja era clara candidata al podio. La dupla australiana formada por Van der Westhuyzen y Green parecía inabordable, pero a partir de ahí las opciones se abrían para todos. Una final en la que un buen día te podía dar la plata y uno malo, llevar al octavo puesto.

La sintonía de los españoles fue máxima desde el inicio, con una salida prodigiosa que los colocó en cabeza en las primeras paladas. Los oceánicos poco a poco fueron destacándose y por detrás la igualdad era máxima. Al ecuador de la prueba, Cooper y Del Río rozaban podio, pero quedaba lo más complicado: rematar.

Pese a que hicieron una remontada en los últimos 50 metros, los dos españoles acabaron una meritoria cuarta posición, muy cerca de los subcampeones (Hungría) y el bronce (Australia). Muy por delante llegaron los alemanes, dominadores de principio a fin. Una pena, porque las esperanzas eran máximas.

Una de las imágenes de la jornada llegó en la final de consolación del K2 femenino. Ahí, Ouzande y García Otero volcaron su piragua cuando marchaban en la lucha por la tercera posición de la prueba. Felizmente, no hubo que lamentar ningún daño físico en las deportistas, que volvieron a tierra sin mayores problemas. Eso sí, empapadas.