Lo que no se conoce del debut de Vinicius en España: "Me voy a ahorrar lo que me dijo..."

Fue hace poco más de un lustro, pero parece una eternidad: Vinicius debutó en España un 26 de agosto de 2018 ante el filial de Las Palmas, a cuyo primer equipo se mide este sábado (16:15) como estrella consagrada del Real Madrid. De ese día hasta aquí ha cambiado todo. Desde su rango, pasando de ser una promesa criticada en Segunda B a alcanzar un valor de mercado de 150 millones, hasta su estética, transformado ya aquel Vini de sonrisa tímida y pelo rapado en otro de mirada desafiante y duelos todavía más calientes.

Curiosamente, el brasileño volverá a tener enfrente esta tarde en Gran Canaria a muchos de los rivales que amargaron su esperado estreno en nuestro país. El Castilla ganó con suficiencia aquel encuentro (2-0, goles de Jaime Seoane y Franchu Feuillassier), pero Vinicius pasó prácticamente desapercibido. Los resúmenes apenas recogen un tiro centrado a las manos del portero y un par de centros sin destino. "Si llegas a preguntar cuando terminó el partido si valía tanto dinero, algunos te hubieran dicho: "Pues yo no lo creo". No le conocíamos, pero no fue un buen día para él", admite Juan Manuel Rodríguez, entrenador de aquel Las Palmas Atlético y ahora miembro del Departamento de Captación y Formación del club.

Vinicius, siempre perseguido por los focos, tuvo muchas miradas encima en aquella mañana de domingo. Le pesaba lo que había costado, 45 millones, y que jugase en una categoría en la que ni los presupuestos de los 20 equipos del grupo sumaban lo que el Madrid había pagado por él. Y su debut, en un Di Stéfano semivacío, no convenció. "Me pareció un tío tímido, apático. Se le veía un chico que acababa de llegar, que no sabía el idioma, que estaba un poco separado del grupo de compañeros del Castilla… Iba más a su bola. Sus tiros eran suaves, flojitos. Quizá tuviese la presión de cumplir y no hacer el ridículo", reflexiona David Fondarella, lateral izquierdo de aquella UD.

Pocos adivinaron ese día el porvenir del delantero, completamente opacado por compañeros que después se han quedado por el camino. "Yo hubiese dicho que los 45 'kilos' los pagaría por Franchu Feuillassier, no por Vinicius. A mí me tocó marcarle (a Franchu) y lo suyo fue un escándalo. Sigo pensando que tiene un nivel muy parecido al de Vinicius, pero las cosas no le han ido igual de bien", dice Fondarella. Lastrado por una grave lesión de rodilla, Feuillassier juega ahora en el Diósgyőr de Hungría después de pasar por Eibar, Cartagena o Fuenlabrada, siempre condicionado por unos percances físicos que no le dejan respirar.

Aunque no brillase, el primer partido del atacante en España generó una expectación pocas veces vista en la categoría de bronce. Venía de deslumbrar en el Brasileirão con el Flamengo, pero Lopetegui prefirió que se cocinase a las órdenes de Solari antes de dar el salto. A la expedición de Las Palmas le pilló por sorpresa. "Vimos por cuánto lo había firmado el Madrid y nos extrañó que jugase contra nosotros", reconoce Juan Manuel, que tuvo complicaciones a la hora de trazar el plan de partido: Vini había destacado por la derecha y por la izquierda en Brasil y era una incógnita "hasta por qué lado se movería".

"Los días previos al partido fueron todo un acontecimiento. Se escuchaba que podía tener minutos, pero había dudas y se le dio un bombo mediático tremendo. Cuando llegamos a Valdebebas lo notamos muchísimo", recuerda Fondarella, que acaba de fichar por el Tenerife B. "No había público en las gradas, pero el volumen de cámaras era una locura. Se notaba en el ambiente que alguien importante iba a jugar", cuenta.

Una de las pocas acciones destacadas de Vini se cobró una víctima colateral: Jesús Fortes, el lateral derecho y encargado de cubrirle. "En un momento dado, Vini le tiró un caño en mediocampo y todo el mundo entonó el 'Oh' en la grada. Jesús es canario y tiene muchísima calidad, y le tiró un túnel espectacular de vuelta. En el 'Marca' salió el caño de Vini, pero el de Fortes no lo sacaron nunca (risas). Nos reímos mucho de aquello y le vacilábamos con que iba a aparecer en Deportes Cuatro", rememora. Fortes, que ahora juega en la Peña Deportiva de Ibiza, en Segunda Federación, tampoco se olvida del día en que secó a un crack mundial.

"La prensa estuvo muy encima. A mí me preguntaban un montón, al ser yo lateral y él extremo. El entrenador no hizo especial hincapié en él", afirma a Relevo, como corrobora Juan Manuel: "No podía decirle a los jugadores: 'Cuidado, que este de aquí costó 45 millones, que el otro costó tanto…'. No jugamos contra el dinero, jugamos contra personas". Fortes, eso sí, todavía tiene muy presentes sus charlas con Vini: "Llegué a entablar alguna conversaciones con él, pero no fue para nada amistosa. De hecho, me voy a ahorrar las cosas que me dijo… Íbamos a mil revoluciones".

Desde ese día, Vinicius sólo sabe lo que es crecer. Disputó cuatro partidos más con el filial (marcó contra Atlético B (2), Unionistas y Celta B y se quedó a cero ante la Cultural) y fue reclamado a filas por Lopetegui, con el respaldo final de Solari a final de temporada, las dudas posteriores con Zidane y el asentamiento definitivo a las órdenes de Ancelotti. En Gran Canaria se medirá de nuevo a cuatro futbolistas con los que coincidió en ese estreno en Segunda B: el portero Álvaro Valles (fue suplente), los centrales Álex Suárez y Eric Curbelo y los centrocampistas Kirian Rodríguez y Fabio González.

Los destinos de sus compañeros y rivales, sin embargo, han sido muy dispares. De aquel Castilla quedan futbolistas que ya están hasta retirados (el ingeniero de software Gorka Zabarte), que militan en Tercera Federación (Moha Ramos) o en Bulgaria (Ayoub Abou) y que han tenido más éxito, como Jorge de Frutos (Rayo) o Luca Zidane (Eibar). Jaime Seoane, goleador esa mañana, es suplente en el Oviedo.

"Todos no pueden llegar, pero es muy bonito poder decir que el primer partido de uno de los mejores jugadores del mundo fue contra nosotros", argumenta Fondarella, que después pasó por Colombia, el Marbella o el Orihuela. "Con el paso del tiempo te enorgulleces más", le respalda Fortes.

En cualquier caso, aquel inicio peliagudo le sirvió de lección a Vinicius: "Si quería brillar, le demostramos que iba a tener que trabajar mucho". Fue el preludio del camino que le iba a tocar vivir: una lucha continua contra sí mismo y contra las opiniones de los demás, que después de estrellarse contra el filial de Las Palmas dudaron de un futbolista que a sus 23 años ya ha decidido y ganado una final de Champions, suma más de 100 goles y presume de una decena de títulos. Contra los imberbes pío-pío empezó todo… y hoy buscará cerrar el círculo, liderando ante la ausencia de Bellingham y viendo las mismas caras que el día en el que comenzó a escribir su legado en Chamartín.