El Barça también gana cuando le falla la puntería

No le hace falta a este Barça sentirse un gran dominador para arrollar. Arrancó contra el Getafe sin someter y pronto se encontró con el 1-0. Luego empezó a brotar el fútbol. Los de Bordalás, recibiendo el primer gol tan rápido, no tuvieron argumentos sólidos para inquietar a Iñaki Peña. Aunque al final hicieron sudar a los culers. Hansi Flick ve cómo sus pilares cada vez son más férreos. La pareja que forman Iñigo y Cubarsí, los goles de Lewandowski, la potencia de los laterales o el engranaje de Marc Casadó y Eric Garcia. Tampoco le da motivos Lamine para pensar en darle descanso. Solo la falta de puntería puso nervioso al Barça.

El Barcelona se encontró con el partido del Getafe sin apenas haber tenido tiempo de reparar en ello. Entre la goleada en Villarreal, la resaca emocional de la lesión de Ter Stegen y el fichaje exprés de Szczesny, que se hará oficial próximamente, los de Bordalás se presentaron en Montjuïc con el objetivo de probar la confianza de Iñaki Peña. Saltaron los culers con una camiseta de apoyo a su capitán y luego se centraron en el balón.

Inició la grada cánticos de apoyo a Iñaki y los siguió con los habituales de Ter Stegen. "Mucha fuerza, capi", rezaba una pancarta en el fondo de animación. Sin Dani Olmo y con Pedri descansando, el fútbol blaugrana reposó en Eric Garcia, Marc Casadó y Pablo Torre. Delante, un Getafe que aguardaba sin dejarse relajar. El Barça empezó acercándose a David Soria antes de ser capaz de controlar el partido, síntoma de las toneladas de pólvora del ataque blaugrana.

No tuvieron que pasar ni 20 minutos para que los locales abrieran el marcador. Eric Garcia encontró a Lamine en profundidad y Koundé, atrevido a la hora de doblarle, recibió un balón al espacio que centró y Soria no pudo blocar. En la escena del crimen, como viene siendo habitual, apareció Robert Lewandowski. Uno más para el polaco. El 1-0 marcó diferencias también en cuanto a juego. En una arrancada de Balde, Raphinha, que recibió el MVP del mes antes del pitido inicial, tuvo el segundo. El brasileño sigue siendo el mismo en cuanto a actitud. Ahora revestido por un rol que le potencia, se ha convertido en uno de los ídolos de la afición. A pocos les puede quedar mejor el brazalete.

Fueron pasando los minutos y el juego del Barça empezó a aletargar a los getafenses, demasiado lejos de Iñaki Peña como para amenazar al contragolpe. A Eric se le notaron los minutos como mediocentro, cada vez más habituado y cómodo. También a Casadó, cumplidor como pocos. El Getafe llegó al descanso con principios de amenaza que no llegaron a convertirse en disparos. El Barça, con la sensación de que podría haber hecho más sangre.

Los primeros minutos del segundo tiempo los firmó Lamine. El Getafe elevó la intensidad y a los 'palos' el canterano respondió pidiendo el balón, sin rebotarse y hasta replegando como último hombre para recuperar el esférico. No hay nada que despiste a este Barça. La primera ocasión fue precisamente de Lamine. Una rosca desde el tiro del área, una jugada cada vez más suya, la desvió Soria con la punta de los guantes.

A pesar del 1-0 y del dominio, Flick no quería que el equipo se relajase. Aun pudiendo dar descanso al tridente, sustituyó a -un buen- Pablo Torre para dar entrada a Ferran. En el 70', Montjuïc ovacionó la amarilla que González Fuertes mostró a Arambarri. Más tarde se llevó otra Raphinha, el capitán y autorizado a hablar con el árbitro, por criticar su permisividad. Sobre el verde, Soria sacó otra buena mano, esta vez a Raphinha, y un disparo desde la frontal de Lamine se marchó susurrando al larguero. Los de Bordalás seguían sin asustar, pero el Barça no lograba tampoco encarrilar el encuentro. Aun así, Flick optó por dar descanso a Lewandowski.

El Getafe se agarró al argumento de la dureza para intentar desquiciar al Barça, con una grada cada vez más caldeada. Los últimos minutos fueron una prueba a su madurez, futbolística y mental. El talento de Lamine empujaba al equipo hacia el 2-0, en una actuación que convierte cualquier pensamiento de dejarle en el banquillo en un atentado contra el fútbol y contra el espectáculo.

El gran susto de los visitantes lo solventó Iñigo con un enorme tackle, aunque el Barça acabó el partido defendiendo. El vasco ya lleva 15 partidos de Liga consecutivos ganando, la mejor marca actual en Europa. Junto a Cubarsí, edifican un equipo con unos acabados únicos, sus delanteros. Este Barça se ha acostumbrado a ganar, aun sin tener un gran día de cara a puerta. Siete de siete y a un partido de igualar su mejor marca histórica.