Un minuto y la lesión maldita: el dramático giro en el futuro de Inma Gabarro en Inglaterra y un "shock total"

Al borde de los 22 años, te vas de casa, abandonas tu equipo desde los 11 años, escapas de tu zona de confort, coges un avión y te plantas en Inglaterra. Fichas por el Everton, cambias de idioma, de costumbres y hasta de fútbol, te metes de lleno en una de las mejores ligas del mundo. Con el objetivo de progresar, de seguir desarrollándote como futbolista, de elevar tu carrera. Frenas en seco: en la segunda cita del campeonato -en el minuto 10- te rompes el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha.

La desgracia de Inma Gabarro se cuenta sola. El Everton, su club, acaba de confirmar la peor de las noticias: la delantera española se perderá lo que resta de temporada y es la (pen)última víctima de la lacra que convierte en realidad las peores pesadillas de las futbolistas y de la que parece que tan sólo unas pocas afortunadas escapan. E Inma "está en shock", según cuentan a Relevo. No es para menos.

Y es que a la joven delantera le costó un mundo irse de Sevilla. Inma Gabarro era una de las señas de identidad del conjunto femenino del club sevillista. Su presencia en el cartel que acompaña la entrada a la ciudad deportiva del Sevilla -junto a Carlos Marchena, Sergio Ramos, Jesús Navas y Olga Carmona, también campeones del mundo (ella lo fue en categoría Sub-20)- lo dice todo.

La delantera rompió a llorar en el último partido en casa del Sevilla. Sentada en el banquillo, inconsolable y apoyada por Amanda Sampedro, que bien sabe cómo se siente una cuando se despide del club de su vida. "Me llevo este amor y sentimiento en esta nueva etapa de mi vida y nunca olvidaré de dónde vengo y cuál es mi casa", relataba en su lacrimógena despedida en X.

A su adiós le siguió el anuncio oficial de su fichaje por el Everton, el 29 de julio. "Soy una luchadora, una jugadora muy competitiva y siempre estoy buscando lo mejor y quiero traer todo eso aquí", afirmaba en su presentación. En el conjunto toffee las cosas habían empezado bien: dos partidos y dos titularidades. Hasta el minuto 10 del encuentro ante el Manchester United.

Inma Gabarro cae hacia el córner para recibir un saque de banda, choca con una rival, cae al suelo y grita de dolor. Katja Snoeijs -su compañera y la lanzadora del saque de banda- corre a consolarla. Pocos minutos después, Inma se retira del campo en camilla. La imagen eriza la piel.

Una lesión que emborronará su primera temporada lejos de casa y que le impedirá -al menos, a corto plazo- jugar en la Selección. La delantera había logrado hacerse un hueco en los planes alternativos de Montse Tomé y todo pintaba a que seguiría siendo así. Ahora, a levantarse.