El Madrid montó dos murales con fotos históricas de la Copa... ¡y se le colaron dos intrusos!

Resulta complicado imaginar el fútbol sin superstición. También sin rutina. Cuando un club está acostumbrado a ganar, cada detalle de su hoja de ruta cobra especial importancia. El Real Madrid consiguió, en La Cartuja y ante Osasuna (1-2), su vigésimo trofeo de la Copa del Rey. Con un Rodrygo estelar, que se coronó como MVP al finalizar el tiempo reglamentario, los blancos se vieron 'obligados' a contenerse en una celebración que se convirtió en estímulo para afrontar la primavera y sus secuelas. Carletto y los suyos reciben, este martes, la visita de un viejo conocido. Pep Guardiola y su Manchester City se vestirán de corto para tratar de combatir la historia en el Estadio Santiago Bernabéu, un escenario en el que lo imposible deja de serlo al son de un himno que transforma a los merengues en inmortales.

Centrémonos en la celebración de Copa y en su intrahistoria. La resaca del triunfo frente a Osasuna dejó imágenes como la de Eden Hazard, relegado a un plano secundario, posando sonriente con el título. También la de Jagoba Arrasate, llorando y siendo ovacionado al mismo tiempo. Y, entre toda la alegría propia del que vence y la tristeza habitual en el que no ve su esfuerzo recompensado, una trampa. O despiste, según cómo se mire.

Es habitual con Carlo Ancelotti que en partidos de este tipo el vestuario se llene de fotos e imágenes icónicas. En los murales de La Cartuja se recogieron momentos especiales de la Copa del Rey y todos los títulos logrados en la historia del torneo del 'K.O'... aunque este caso incluyeron fotos que no corresponden a esta edición o a pasadas de la Copa del Rey.

De entre el carrusel de imágenes por el que optó el Real Madrid para alentar a sus jugadores antes del partido contra Osasuna, se vislumbra la celebración de la Copa del Rey 2010/11, marcada por el cabezazo de Cristiano Ronaldo en la prórroga, la carrera de Gareth Bale en 2014, también ante el Barça, o la final entre el primer equipo y su filial, el Castilla. También figuran históricos como Di Stéfano, Alfonso Pérez Muñoz con Ramón Mendoza (final de 1993 contra el Zaragoza), Chendo y Martín Vázquez (final de 1989 ante el Valladolid), Santillana o el propio Santiago Bernabéu. Pero hay dos intrusos: en la imagen de la parte izquierda, justo encima del trofeo, la imagen de Marcelo corresponde a un título de LaLiga Santander y, ya en la parte superior derecha, ocurre lo mismo con Guti. 

Trampa o despiste, este pequeño detalle no cambió el desenlace de una final que acabó como suelen hacerlo prácticamente todas siempre que el Real Madrid es el comensal: Karim Benzema, capitán este curso tras la marcha de Marcelo, subió al palco para ofrecer a la afición merengue su nueva conquista, bajo el nombre de la Copa del Rey 2022/23 y el lema "queda mucho por lo que luchar", que retumba hoy con más fuerza en las entrañas del vestuario blanco.

Sin Marcelo y Guti, pero con la dupla de los brasiniños  entonada, Osasuna sucumbió ante la entereza blanca, acostumbrada a resistir cada golpe como si de un ligero empujón se tratase. En Champions, con la afición entregada y un equipo a priori invencible enfrente, no habrá murales, pero sí un aroma a noche mágica, especial y épica que persistirá, al menos, hasta la vuelta de las semifinales, el próximo miércoles 17 de mayo.