Distrito Olímpico vuelve al baloncesto mientras espera el cobro del Gordo: "Una chica se quedó con todo el taco de papeletas"

Han transcurrido 21 días desde que los niños de San Ildefonso cantaron aquello de "72.480... 400.000 euros" y el CD Distrito Olímpico, un club de baloncesto del distrito madrileño de San Blas-Canillejas, descorchó el cava en su sede. Pero este domingo 12 de enero, en los pabellones del Centro Deportivo Municipal de San Blas, ya no hay fiesta, sino regreso a la competición para diputar los partidos locales de la primera jornada de 2025.

A primera vista, parece un domingo cualquiera del extinto 2024, cuando las familias del club no se sabían ganadores de al menos 40.000 euros por cada papeleta. "Pero se nota una alegría tremenda en las caras de las chicas, están todas con una sonrisilla… No nos veíamos prácticamente desde entonces", comenta uno de los padres que contesta a Relevo mientras ve a su hija jugar.

Él —que ha preferido mantener el anonimato— es uno de los agraciados con el primer premio de la lotería de Navidad, como las más de 5.000 personas vinculadas a Distrito entre cuerpo técnico, jugadores y familiares que han resultado beneficiados. En total, el club ha repartido 324 millones de euros, pero, pese a su esfuerzo, el proceso de entrega está siendo más lento de lo que todos imaginaban, entidad y agraciados.

"No descarto escribir un libro sobre esto. No hay referencias de algo así, una infraestructura para pagar más de 324 millones de euros entre más de 5.000 personas. Es de una dificultad enorme", relata Ángel Iglesias, vicepresidente y uno de los fundadores del club.

"Es una maravilla el premio para todos, por supuesto, pero al final es mucha responsabilidad y las gestiones han sido complicadas. El día 23 fuimos a Logroño recoger la lotería sin saber cómo funciona, fue un viaje en balde, pero por lo menos vimos que los décimos eran reales. Hasta Año Nuevo no pudimos iniciar los trámites", confiesa Raúl Torres, técnico del Nacional femenino y responsable de la dirección técnica del femenino. "Entiendo que la gente se pone muy nerviosa, porque al final es dinero, y a mucha gente, y más en este barrio, le hace mucha falta, pero las gestiones pensábamos que iban a ser mucho más sencillas de las que realmente están siendo", confirma.

"La espera es bien recibida, no nos quejamos", resume Ignacio Molina, segundo entrenador del Nacional y técnico del Júnior Oro femenino A que también contaba con alguna participación. Han sido pocos los premiados impacientes, si bien hubo un minoritario runrún con la demora y con el impuesto de Hacienda, el cual tenía que aplicarse sobre los décimos comprados por el club antes de entregar el premio a los compradores de las participaciones, lo cual convierte la recompensa por cada una de ellas en 32.000 euros.

"Creo que ha sido el desconocimiento, porque no te toca la lotería todos los días", apunta el presidente. Para llevar a cabo el pago han creado incluso un sistema informático propio para gestionar el cobro. Este lunes harán las primeras pruebas de cobro mediante cheques y a partir de ahí se iniciará el pago: "Intentaremos atender al máximo de personas al día y que todo tenga un final feliz", desea.

Volviendo a las canchas, todo parece igual. Las mismas equipaciones de hace cuatro años, zapatillas nuevas que pueden ser regalos de Reyes, otras con algo más de solera, y una grada repleta de jugadores, familiares y amigos, muchos de los cuales se reencuentran por primera vez desde aquel mágico 22 de diciembre. Es el momento de informarse bien sobre cuál ha sido el impacto del premio en el barrio.

"Lo mejor de todo es que está hiperrepartido, que es lo que hace falta aquí en San Blas. Estamos hablando de que probablemente cada familia tenga una o dos papeletas de media, que es lo que creemos", observa el técnico del primer equipo femenino de Distrito.

"A mí me han contado historias de gente muy humilde que ha cobrado una cantidad importante. Una chica que se quedó con todo el taco de papeletas —a razón de 30 participaciones el taco—, no los repartió, lo pagó y se lo quedó", explica uno de los agraciados con los que charla Relevo.

El día del sorteo, Diego Guijarro, jugador del Tercera FEB, contó a este medio que estuvo a punto de quedarse sin participaciones. No fue el único, tal y como descubrimos el domingo en este pabellón circular de San Blas.

Gonzalo explica que su hija Celia, jugadora del Júnior Plata y canterana, la temporada pasada fichó por el Moratalaz. Por suerte, aquel fue el único año que no compraron lotería. Esta temporada regresó a Distrito y con ello llegó el Gordo: "Era buen año para cambiarse, desde luego", comenta con una sonrisa de oreja a oreja. "Habíamos comprado varias papeletas y también mi familia: mi familia, la de mi mujer… Y también intercambiamos cupones con gente del Estudiantes, que mi hijo juega ahí".

En su mismo equipo está Paula, quien sólo lleva cuatro meses en el equipo. "El año pasado jugaba en el Alcorcón, pero estaba muy lejos y nos vinimos más cerca. El otro equipo ahora está jugando en Oro y tiene papeletas para jugar la Final Four, así que por ese lado da rabia. Pero, por otro lado, aquí compensa más económicamente, ¡te aseguro que compensa!", se ríe su padre Alfredo. "Piensas que nunca va a pasar, lo ves siempre por la tele, te dices 'que día más alegre para todo el mundo' y bueno… nos ha tocado", continúa.

Tres semanas después del shock de saberse "millonarios", con las cifras asimiladas y los ánimos más reposados, ya saben a qué destinarán ese premio que pronto recibirán. "Quitarte la hipoteca", "algún viaje", "para las carreras de nuestros hijos"... van confirmando con Relevo. "¡Tampoco nos va a cambiar la vida!", sostiene Alfredo.

"Hormiguitas y ahorrar", asegura el entrenador del Júnior Oro: "Que nos haya tocado el Gordo no hace que no tengamos que llegar el domingo y facturar. Seguimos trabajando igual de humildes… a ver si igual que nos ha tocado el Gordo, esta temporada tenemos suerte deportivamente".

Los jugadores y jugadoras del CD Distrito Olímpico vendieron más de 11.000 papeletas. El club ha recaudado en torno a 7.000 euros, resultantes del euro del donativo de cada participación, menos el precio del bono de fisioterapia que se sorteaba en la rifa. Además, a esa cifra habrá que añadir las papeletas que se quedó la entidad, de las cuales no confirman número a falta de imprevistos que pueda haber. La entidad desea que El Gordo también repercuta "en la pista".

"Esperemos que sea lo máximo posible para poder tener un colchón económico y que la temporada que viene lo haga de una forma más tranquila. Haremos la inversión para mejorar la calidad de los entrenamientos, que las 900 licencias que tenemos estén en las mejores condiciones deportivas. Si nos quedara más para hacer inversión de infraestructura, se haría, porque el club, la gente, nuestra forma de entrenar, son nuestro patrimonio, pero no tenemos pabellón propio, ojalá pudiéramos hacer algo, pero lo dudo", concluye su vicepresidente.