La historia del humilde club de baloncesto donde tocó El Gordo: "Si toca en un barrio obrero es mucho mejor que en otro sitio"
El CD Distrito Olímpico nació para ofrecer una alternativa a los jóvenes de un barrio que estuvo golpeado por la droga y la delincuencia.
Mercedes nos enseña la participación agraciada con El Gordo de Navidad en el móvil: el número 72.480. Cuenta a Relevo que no la ha traído porque no se fía: "Te las quitan". Su hija juega en el CD Distrito Olímpico y, como cada año, vendía participaciones que ha repartido en su colegio y a su familia. Costaban cinco euros y el comprador jugaba dos (el resto para el club). Esos dos euros se han convertido hoy en 40.000 euros de premio por papeleta.
La venta de participaciones de lotería es habitual en cualquier club de España. Se suele ofrecer algún otro premio como reclamo por lo imposible que parece que toque. En este caso, el club sorteaba un bono de 10 sesiones de fisioterapia. Esas sesiones han pasado a un segundísimo plano en el madrileño barrio de San Blas-Canillejas, hoy protagonista en primera persona de esa escena navideña del 22 de diciembre con la que todos sueñan.
"Es un club de barrio obrero y hay más de 700 familias involucradas. Mucha de la gente que le ha tocado, no voy a decir que esté necesitada, pero si toca en un barrio obrero es mucho mejor que en otro sitio. Me alegro mucho por toda la gente y por el club", recalca Iñaki del Castillo, director de operaciones del CD Distrito Olímpico.
El primer premio de la lotería de Navidad ha caído en este club de baloncesto que nació en 2004 como resultado de la fusión del CB Gran San Blas (1970) y CB Atenea 1982. El primero era un club masculino y el segundo, femenino, y los dos nacieron con un propósito común: ofrecer a los más jóvenes una alternativa de ocio sana en un barrio madrileño obrero, que en su día estuvo golpeado por la droga y la delincuencia.
"Hemos repartido 417 millones y estamos supercontentos. Imagínate lo que puede suponer para las familias de aquí, del barrio", señala Alejandro, uno de los entrenadores del club.
San Blas-Canillejas es un humilde distrito del este de Madrid, de 152.000 habitantes, reino de la princesa del pueblo, Belén Esteban, y cuyo pasado más reciente describe Alana S. Portero en su aclamada novela 'La Mala Costumbre'. El CD Olímpico cuenta con más de 700 jugadores, 55 equipos, medio centenar de técnicos y 400 familias de algún modo involucradas en su funcionamiento. Algunas de ellas se han agolpado hoy en la sede del club para celebrar El Gordo, como Javier, padre de Amaya, jugadora del club.
"No sabemos ni cuánto nos ha tocado todavía", asegura Raquel, su mujer, que reconoce que, como muchos, adquirieron varias participaciones. "Lo utilizaremos para tapar agujeros, abrir otros, volver a cerrarlos —explica Javier—. Lo mejor, el dinero repartido, en un barrio como este, que es el que es. ¡El deporte trae muchas alegrías!".
El club vendía dos papeletas, la agraciada y un número que quedará en el olvido: el 70.559. Las dos provenían de la administración número 6 de Logroño 'María del Carmen'. ¿Que cómo terminaron unos boletos de La Rioja en un club de baloncesto de Madrid? Nos lo explica el director de operaciones: un miembro del club compró en aquella administración y salió encantado. Desde entonces compran la lotería allí. "Le cayó muy bien… y ahora resulta que eran majos de verdad, habrá que volver", afirma con una sonrisa
Los Juegos Olímpicos y el origen del club
El CD Distrito Olímpico recibe su nombre a causa de la fiebre por las candidaturas de Madrid a los Juegos Olímpicos, las cuales trajeron nuevas instalaciones al barrio, que dejaba atrás buena parte de un pasado complicado, pero que no ha perdido su entidad obrera.
"Lo he comentado antes con algún jugador y alguna persona de la directiva, que es una locura para un barrio humilde como este. Hay casi 800 niños en el club, si sus familias se han visto beneficiadas, es una maravilla. Espero que sea un impulsazo para el barrio y una ayuda muy grande en estos tiempos tan malos que corren".
El que habla es Juanjo Simón, entrenador del primer equipo del club, el tercera FEB masculino —la antigua EBA—. Como todos en el club, no vive del baloncesto, sino de su otra profesión, en su caso, la de abogado. "Esto es un hobby y la lotería es la mayor alegría que me ha dado este hobby. Siempre digo que el club es una familia a todos los efectos. La gente es muy cercana, es un club para el barrio, pensado en el barrio, es un club que dentro de una liga como la Tercera FEB, donde hay muchos equipos con jugadores que viven de esto, es totalmente amateur, los jugadores no cobran".
Este año la competición se les ha complicado, y bromea con Relevo sobre la posibilidad de hacer fichajes gracias a lo que haya podido entrar en las arcas del club con la venta de El Gordo. Aunque lo mejor, sostiene, es el impacto que el premio tendrá en el vecindario.