Los contrastes entre Atlético B y Castilla: césped artificial vs. el lujo de Valdebebas, la calma de Torres y el genio de Raúl, algún salario disparado...
Los filiales llegan al miniderbi de esta tarde en el Cerro del Espino (15:30) en situaciones dispares.
Si un miniderbi de filiales siempre genera cierta expectación, el duelo entre Atleti B y Castilla de este sábado (15:30) reúne varias casuísticas que invitan a estar muy pendientes de lo que ocurra en el Cerro del Espino. El partido se retransmite a través de FEF TV, la plataforma de pago que ofrece la Primera Federación, y el club colchonero espera un ambiente animado en su centro de entrenamiento. Mientras que el primer equipo ni convence ni termina de arrancar, los chavales de Fernando Torres han dado ya varias alegrías y sueñan con replicar la gesta del ascenso a Segunda del 96. Desde el descenso posterior en el 2000, el filial colchonero jamás ha vuelto a pisar la categoría de plata (a diferencia de los de Real Madrid, Barcelona, Villarreal o Sevilla) y ha pululado incluso por Tercera.
Ahora, en la primera experiencia del Niño en un banquillo de profesionales, los directivos miran con otra cara a un 'B' que navega a sólo dos puntos de un playoff que internamente se marca como el objetivo, aunque ni Torres lo reconocerá ni el club lo hará para no cargar de presión a un vestuario joven y con joyas por formar. El pasado fin de semana ganaron en casa del Hércules (1-2), no pierden desde hace casi dos meses, cuentan con futbolistas de la talla y el talento de Víctor Mollejo (23 años) y se encuentran en un momento de confianza total. La otra cara la pone el Castilla: es penúltimo, sin fichajes que supliesen las bajas de Nico Paz o Mario Martín, sólo ha ganado un duelo de 10 y Raúl no deja de darle vueltas a la cabeza para tratar de remontar la situación. Parte del club, que le empuja fuera para abrir paso a Arbeloa, no le ayuda demasiado.
Contrastes
Atlético y Real Madrid han apostado esta temporada por modelos distintos para armar sus plantillas. En el filial rojiblanco llama la atención la presencia de Mollejo, un extremo con 142 partidos en Segunda, ocho en Primera y que debutó a las órdenes del Cholo ¡en 2019! La razón de que haya retornado a Primera Federación se explica en buena medida a través de su salario: el Atleti le renovó con una ficha que roza el millón de euros neto, le cedió de manera encadenada a Deportivo, Getafe, Mallorca y Real Zaragoza… y este verano, sin que ningún club se ofreciese a cubrir una parte relevante de su sueldo, la dirección deportiva prefirió quedárselo para que ayude al filial a luchar por el quinto puesto. Si para dejarle ir tenían que costear el 70, 80 o 90% de sus emolumentos, entonces preferían afrontar su contrato entero y tenerle a disposición del club.
Supone un caso especial, pero no el único de un futbolista que ha tocado el fútbol profesional y ha vuelto a bajar. Javi Serrano (2003), que disputó 45 minutos en el 4-0 de Champions en Lisboa del 2 de octubre, se marchó a préstamo a Ibiza (Segunda) y Sturm Graz (Austria, jugó la Europa League) y este año ha retornado al filial. Su sueldo tampoco es peccata minuta. Y este verano se fichó a Martín Pascual, central de ¡25 años! con 49 apariciones en Segunda entre Ibiza, Rayo Vallecano y Villarreal B. Joaquín González, firmado desde el Sanluqueño, tiene 24. Hay otro de 23, Pablo Pérez, y dos de 22, Alberto Moreno y Diego Bri.
En el Castilla no existe esta temporada ninguna figura que se encuentre muy por encima del resto ni en lo deportivo ni en lo económico. El staff señala como los futbolistas de mejor rendimiento al central Raúl Asencio (21) y el extremo diestro Víctor Muñoz (21) y argumenta que tira "con lo que puede". La afirmación, y el lamento, responden a la decisión de la dirección de cantera de no fichar a nadie este verano pese a sufrir bajas tan sensibles como las de Nico Paz (Como), Mario Martín (Real Valladolid), Álvaro Rodríguez (Getafe), Obrador (Deportivo) o Lucas Cañizares (Farense) y que César Palacios se rompiese el cruzado en la pretemporada. Como las últimas apuestas por las que se invirtió fuerte han pasado sin pena ni gloria por Valdebebas (Álvaro Leiva y Noel no disfrutaron de continuidad y Jeremy de León es ahora la última opción para el ataque), Raúl navega con refuerzos ascendidos desde el Real Madrid C y el Juvenil A y en la última jornada alineó de titular a Mario Rivas, hijo de Nano y defensa nacido en el 2007.
Por eso, mientras el Atleti fantasea con Segunda, el Castilla sabe que le tocará bregar para alcanzar el objetivo de la permanencia. Su falta de gol es alarmante (ocho en 10 jornadas) y Loren Zúñiga no convence como '9' único. El guion de sus partidos se ha repetido en las últimas jornadas: dominio, posesión, carrusel de llegadas… y hacer poco daño para que el rival, con menos, te iguale o supere. Le pasó la semana pasada contra el Algeciras (1-1) y en la derrota de hace dos en Alcorcón (2-1). El buen pie de los laterales David Jiménez (ojo en el balón parado) y David Ruiz, el don de la oportunidad de Gonzalo y el poderío de Fran González bajo los palos parecen otros de sus argumentos.
Estilos distintos
Torres y Raúl, dos leyendas, también manejan librillos distintos para dirigir. Si el "policía" Raúl está más nervioso de lo normal últimamente en los entrenamientos y acostumbra a ser un técnico visceral, con reprimendas cuando tiene que pegarlas, los jugadores del 'Niño' hablan de un entrenador más tranquilo, con mano izquierda y que corrige con susurro y a no través del grito. Los dos sí comparten algo: el cariño y la admiración de sus futbolistas y los aficionados. Leiva, que sólo tuvo 71 minutos en el Castilla en la 22-23, confesó a Relevo qué sintió cuando conoció al '7': "Ni me lo creía. Para mí era un ídolo. Me dio la mano y flipé". Dentro de la plantilla rojiblanca hay canteranos que crecieron con Torres como referente, como el campeón olímpico Alejandro Iturbe o el mediocentro Aitor Gismera, y otros que ni le vieron jugar y le tratan con un respeto casi reverencial, hasta el punto de que a alguno le da hasta vergüenza dirigirse a él porque ven detrás del míster al campeón del mundo y Europa que marcó 102 goles en LaLiga y 85 en la Premier.
Entre Atleti B y Castilla hay más diferencias: mientras que el Madrid se entrena a diario en campos de césped natural en el lujo de Valdebebas, el filial rojiblanco se conforma con ejercitarse sobre uno de los campos sintéticos del Cerro del Espino, a pesar de que los fines de semana juegue sobre hierba. La plantilla, que asume la situación, se queja de lo que sufren sus músculos y rodillas por el cambio de superficie. Hasta la fecha no han ganado ni un solo partido en casa (cero de cinco) y presentan números extraordinarios a domicilio (tres victorias y dos empates).
El Castilla, que puntúa el triple en el Di Stéfano que fuera, tratará de alargar la mala racha de su rival en el Cerro. Raúl suele darles una indicación a sus pupilos antes de los miniderbis: 'Yo puedo ir andando por Barcelona y la gente no me falta al respeto, pero como los del Atlético de Madrid me vean, me dicen de todo. A esos cabrones no se les puede perdonar'. Torres, pese a llevar el sosiego metido en la sangre, les habrá dicho algo parecido a los suyos. Un derbi siempre es un derbi… y el de este sábado tiene alicientes de sobra como para echarle un ojo.