REAL MADRID CASTILLA

A mí me entrenó el "policía" Raúl: "A los delanteros les decía que eran malísimos, que él llevaría 30 goles..."

Varios futbolistas dirigidos por el actual técnico del Castilla radiografían su personalidad en Relevo.

Raúl, pensativo durante un entrenamiento de pretemporada./REAL MADRID
Raúl, pensativo durante un entrenamiento de pretemporada. REAL MADRID
June Lavín

June Lavín

En el Real Madrid Castilla, todas las miradas se concentran en Raúl. Por muchas cosas. El filial, decimosexto clasificado del Grupo 2, ha vuelto a caer derrotado, esta vez por la mínima (2-1 frente al Alcorcón), y no termina de carburar. Además, y en medio de la crisis de resultados que atraviesa, su continuidad sigue siendo objeto de debate. Mientras el técnico castillista se mantiene ajeno a las informaciones, cada vez más contundentes ("Raúl no seguirá en el Castilla", dijo Marca) y categóricas, el runrún es cada vez mayor. "Sigue en el Madrid porque él se siente en casa", desliza Guillem Rodríguez, lateral formado en La Fábrica, intentando radiografiar la personalidad del 7.

Raúl no se pronuncia sobre su futuro después de empatar ante el Yeclano.

La andadura de Raúl en los banquillos comenzó en 2018, cuando asumió las riendas del Cadete B del Real Madrid. Esa misma temporada también dirigió al Juvenil B, después de que el club blanco prescindiese de Álvaro Benito en mitad de temporada. Desde entonces, su etapa como técnico ha estado siempre ligada al Castilla, donde cumple su sexta campaña (empezó en la 19-20) y aguarda una oportunidad para dirigir al primer equipo, su gran anhelo. "Es muy buen entrenador. Yo siempre he respetado sus decisiones", aseguró Nakai, ahora en el Amorebieta, en una entrevista a Relevo. Aunque el equipo, hace dos temporadas (22-23), consiguió acariciar el ascenso a Segunda, después de caer de manera cruel ante el Eldense en la final del playoff, siempre ha estado discutido.

"Toda la gente le tenía mucho respeto por lo que ha sido y significado para el Real Madrid. Buscaba transmitirnos el ADN madridista, luchar hasta el final", añade Guillem Rodríguez, ahora sin equipo y recuperándose de una lesión de cruzado. Coincidió con Raúl dos años, compartiendo demarcación con jugadores como Sergio Santos, a quien Ancelotti hizo debutar con el primer equipo en 2021, y recuerda las 'manías' y normas del 7: "Siempre nos transmitía que, cuando íbamos otros campos, sobre todo a los humildes, no fuésemos con cosas caras de marca o que no saliéramos con zapatillas de marca. Siempre todos vestidos del Madrid, sin ninguna tontería. Nos decía que era una falta de respeto al rival que unos chavales fuesen con cosas así de caras. Nos insistía en que teníamos que darle valor a eso, a jugar en el Madrid, y respetar a todo el mundo".

Diego Altube, portero que se formó en las categorías inferiores del Real Madrid (ahora milita en el Zamora de 1RFEF) y al que Raúl dirigió en el Castilla, desgrana: "Es un entrenador muy disciplinado. Cuando llegó, implantó sus normativas. Siempre teníamos que llevar mochilas del club, ropa del club, nada de mochilas de lujo. Él quería tener buenos jugadores, pero sobre todo buenas personas... Está creciendo a pasos agigantados".

La exigencia, una de sus señas de identidad

Raúl, consciente de la importancia de formar personas además de futbolistas, adoptaba, en algunas ocasiones, el rol de "policía". Exigía el máximo a los jugadores, tanto el apartado físico como mental, algo que Iván Morante, ahora en el Burgos, explica con precisión: "Con él mejoré mucho mentalmente. Es superxigente. También en los entrenamientos, que son superfísicos, con muchos circuitos de fuerza... Raúl combina muy bien ese apartado con el balón, y por eso el Madrid tiene grandes jugadores, con mucho talento".

"Me dio la confianza que necesitaba para ir hacia arriba como un tiro", mencionó Sergio Santos en una entrevista a Relevo. El técnico del Castilla, con la exigencia como principal seña de identidad, "sabe lo importante que es que sus jugadores sientan que confía en ellos". Sergio Arribas, del Almería, se convirtió en el líder del filial durante tres temporadas consecutivas, con Raúl como su principal valedor: "Ha sido muy importante para mí. Me ha ayudado mucho a nivel personal y futbolístico. Me ha dicho las cosas claras. Lo que tenía que hacer".

Precisamente esa exigencia se aprecia también durante los partidos, con el 7 inquieto en la zona técnica, dando indicaciones y corrigiendo errores constantemente: "Es muy exigente y competitivo. A la hora de entrenar, cuidarse... Y te exige también que seas humilde, como él, que podría ir de sobrado por la vida, pero no. Nunca se le ha subido a la cabeza", puntualiza Guillem. En los entrenamientos, además, era uno más: "Nos pegaba buenas collejas en los entrenamientos [risas] si no hacíamos los ejercicios como nos decía o como sabíamos que teníamos que hacerlos".

"Si hacía falta meternos un palo, aunque supiera que nos podía lesionar, lo hacía"

Mientras sus jugadores se ejercitan, él a veces aprovecha los partidillos para demostrar que su calidad sigue intacta... con alguna que otra pulla que sirve de motivación: "Tiene una definición increíble, su mítica cuchara la hacía siempre en los entrenamientos... Se reía de los delanteros, que en ese momento eran Hugo Duro, Marc Gual y Juanmi Latasa, y les decía 'que sois malísimos, venga, mirad esto... Me cago en la puta, si yo estuviera en vuestra posición llevaría 30 goles ya en esta liga'. Si hacía falta meternos un palo, aunque supiera que nos podía lesionar y no jugar el fin de semana, lo hacía. Metía agarrones, codazos... Iba a muerte". El curso pasado, cuando peor iban las cosas, decidió meterse a los partidillos para que sus jugadores vieran su compromiso, que sufría con ellos: "Acababa reventado".

Charlas distendidas y el derbi en el punto de mira

En cuanto los entrenamientos o partidos finalizaban, el Raúl más comunicativo y bromista aparecía: "Nos contaba su vida, cómo había conocido a su mujer, cómo trataba a sus hijos... Es un tío al que le gusta vivir la vida y disfrutar el momento". Además de "muchas historietas y anécdotas", insistía a sus jugadores en que recordasen la rivalidad con el Atlético de Madrid, en este caso en el derbi de filiales: "La semana del derbi contra el Atlético de Madrid siempre nos decía 'yo puedo ir andando por Barcelona y la gente no me falta al respeto, pero como los del Atlético de Madrid me vean, me dicen de todo y a esos cabrones no se les puede perdonar'".

"Le gusta mucho hacer planes de equipo, vida de equipo, comidas de equipo...", coinciden. El 7, consciente de la importancia de "hacer piña" y de la unión en el vestuario, suele aprovechar ese tipo de momentos para que sus jugadores "se conozcan mejor, porque luego eso se nota en los entrenamientos y en los partidos". En momentos así [fuera de Valdebebas], más informales, "se interesaba por nuestra vida, nos entendía en todo y hablaba con nosotros de todo".

"Gestionar el Castilla no es fácil... Son chavales jóvenes que se creen que han llegado al estrellato"

Ahora, con sólo ocho jornadas disputadas, todas las miradas apuntan a Raúl. El futuro del técnico sigue siendo una incógnita y, aunque no se descarta que continúe al frente del Castilla ("está cómodo en Madrid: su familia, hijos..."), tampoco tiene asegurada su continuidad en el banquillo del di Stéfano: "Su objetivo es el primer equipo, creo que deberían darle la oportunidad porque refleja mucho lo que es el Real Madrid". Además, algunos jugadores a los que ha dirigido y con los que coincidió en el Castilla ponen en valor su labor al frente del filial merengue: "Gestionar el Castilla no es fácil, son chavales jóvenes que se creen que han llegado al estrellato ya".

En el caso de Raúl, "su gestión del vestuario siempre fue buena", como el propio Altube recuerda, y, al tratar de explicar por qué encadena seis temporadas en el di Stéfano, pudiendo haber recalado en equipos como el Villarreal, Leeds, Schalke, Eintracht e incluso Sevilla, todos coinciden: "Sigue en el Castilla porque él se siente en casa". Mientras el debate por saber quién ocupa el banquillo del Castilla el próximo curso se aviva, Raúl se mantiene tranquilo. "En parte es su forma de ser", resumen.