Álvaro Benito regresa al abismo donde todo terminó en Madrid con 19 años: "No podía ejercer de ser humano normal"
El comentarista estrella de Movistar Plus echa la vista atrás y recuerda en 'El Vestuario' de Quique Peinado cómo cambió su vida cuando una lesión rompió el sueño de triunfar en el Real Madrid.
La vida de Álvaro Benito da probablemente para contarla en un documental. Una parte de España, la futbolera, le conoce por la calidad de sus comentarios en las retransmisiones del fútbol en Movistar Plus + y la Cadena Ser. La otra también identifica su rostro, pero por su faceta musical, de la que se confiesa un absoluto enfermo. Lo cierto es que nada de esto se hubiera desarrollado, probablemente, si el destino no hubiera querido hace más de 25 años que el que entonces era ya jugador del Real Madrid se tenía que quedar sin el sueño de triunfar en el fútbol. Una triada le dejó en la cuneta con 19 años, cuando un tipo de lesión de esta envergadura no tenía el tratamiento que 'disfruta' ahora. Ver a sus compañeros ganar títulos mientras él llevaba una bolsa de hielo pegada a la pierna se hizo insoportable, y Álvaro tomó entonces otros caminos que, con los años, no han podido llegar a mejor puerto. De todo ello ha hablado con Quique Peinado en la segunda temporada de 'El Vestuario' de Relevo, donde no parece que se haya dejado nada en el tintero. Lo que vas a leer a continuación es solo un fragmento de toda la conversación que, prometemos, no tiene desperdicio.
Una cosa que se pregunta a los niños es el qué quieren ser de mayores, o qué somos, qué es un poco nuestra profesión. Tú, ahora, ¿qué eres? Entrenador en paro, comentarista, músico... ¿Qué eres?
Yo soy futbolista. El que nace futbolista muere futbolista. Por circunstancias de la vida he tenido que recorrer otros caminos, muy bonitos. Al final yo creo que la vida a veces te lleva por desvíos inesperados y hay que intentar ser feliz. Yo creo que es un proceso donde primero tienes unos objetivos, llámalos sueños, que creo que son un motor. Pasan los años, a veces llegan las decepciones o las frustraciones y hay que lidiar con eso y buscar la felicidad. Ahora ya estoy mirando por el retrovisor, ya no miro hacia adelante en los objetivos vitales, busco la felicidad en las pequeñas cosas, aunque obviamente hay pequeños objetivos que quieres ir cumpliendo, pero los grandes parámetros están conseguidos. Tengo 47 años, cuando llegas a esta edad, es lo suyo.
O sea, no haces mucha ucronía de 'qué hubiera sido de mi vida si....
Quique, ¿sabes lo que pasa? Que tenía dos opciones: el haber sido una persona autocompasiva toda la vida, el "pobrecito yo, ¿por qué me ha pasado esto?" Pero cuando tenía que seguir con mi vida hacia adelante, elegí el segundo camino. Yo soy muy de mirar hacia adelante siempre, de cerrar etapas y mirar hacia adelante.
Sí pero, hoy que tienes 47 años y puedo entenderlo porque es un análisis maduro de una persona de cierta edad. Pero cuando esto te pasa a ti con 21 o 22 años que el fútbol se te acaba con 21 o 22 años...
Con 19. Yo me lesioné a punto de hacer 20 años, ahí se acabó el fútbol.
Hostia, es un... Es decir, que tú me digas esto hoy lo puedo entender porque eres una persona con unas vivencias, pero un niño de 19 años…
A ver, yo te hablo la lectura del día que decidí dejarlo.
Qué tenías ahí, ¿20?
24, yo creo. 24 o 25 máximo. Después de cuatro años y medio, con nuevas operaciones, los posoperatorios, el no poder estar de pie, con un sufrimiento terrible, físico y mental que me llevaron a esta conclusión de decir, pienso que mi vida ya no puede ir por este camino, que lo he intentado todo, hay otro camino esperándome, no sé cuál es. En el proceso sí que hubo momentos, obviamente, de no aceptación, de lucha terrible... mentalmente fue muy duro, yo siempre cuento que lo veía todo desde el escaparate: iba a rehabilitación cada día donde mis compañeros entrenaban, les veía vestirse, ir a entrenar, volver, bromear... iba al Bernabéu cada fin de semana a ver los partidos, no me cambiaba. He dicho también que me sentía un poco intruso en la celebración de los títulos, ¿qué iba a hacer? Yo no me sentía partícipe de nada, pero a la vez tampoco podía tener una cara de póker ahí, porque el equipo había conseguido un gran título. Entonces, fueron momentos muy difíciles a nivel emocional, como puedes imaginar, porque además hubo mucho tiempo donde yo no podía ejercer de ser humano normal, yo no podía darme un paseo, no podía estar de pie, tenía que estar siempre sentado, pegado a una bolsa de hielo, la incertidumbre de si eso se iba a solucionar, siempre en la búsqueda de una siguiente operación que se pudiera… Entonces, claro, yo te estoy hablando ya del momento de decir: "Bueno, punto y aparte, el fútbol no va a ser mi vida, será otra cosa.
Si te puedo hacer esta pregunta un poco de Broncano: ¿cuánto dinero habías ganado en el fútbol, o cuánto dinero tenías firmado en el fútbol cuando te lesionas?
No lo suficiente.
Claro, de aquella eran pesetas, podemos decir unos cuatro millones
Sí, yo creo que tenemos un contrato de alrededor de 50 millones de pesetas al año.
300.000 euros. Bueno, con la inflación sería algo más
Sí, que al final te queda la mitad. Estuve 7 años, porque yo firmé 5 años. Cuando juegas 10 partidos ya te hacen contrato profesional. Firmas 5 años y luego el Real Madrid se portó genial, tanto Lorenzo Sanz un año, como al siguiente Florentino. Me renovaron un año cada uno mientras yo estuviera todavía convaleciente hasta que más o menos la cosa se arregló.
O sea, no tenías la vida resuelta ni muchísimo menos
No, no, en absoluto.
Entonces claro, ahí hay dos cosas: un «no puedo jugar al fútbol», algo a lo que llevas dedicado desde que pequeño, algo además súper cruel, porque es que jugabas con Valdano, jugabas con Capello... pero claro, hay un punto de «mi vida económicamente tampoco está resuelta, y yo estoy cojo«, ¿no?
Sí, bueno, obviamente me dieron una invalidez, soy un pensionista, que bueno, que algo es algo.
O sea, a ti te dan una invalidez con 24 años
25 años.
¿De qué porcentaje? Eso entiendo que va así
Yo tenía la base máxima de invalidez para tu trabajo, no sé exactamente qué tipos hay. Fíjate que, con los abogados que llevé el caso, me dijeron que el procedimiento es que tú mandas una solicitud con tus pruebas, te lo deniegan sistemáticamente, luego vas a un tribunal y el tribunal ya decide en primera instancia, luego se puede recurrir. Y mi caso, y ellos habían llevado más de 400, fue el único que no fue ni a tribunal, me lo dieron a la primera.
Osea, no tuviste que ir allí a doblar la rodilla, ¿verdad?
Nada, porque era un caso tan claro. Yo hubiese ganado más dinero jugando en Segunda B que lo que me daban. Miran más casos de futbolistas ya con 33, 34, 35 que dicen: "Bueno, mi carrera está acabando, voy a ver si cojo una pensión". En mi caso era tan evidente y tan público que no hubo duda.
He de decirte que lo tuyo me parece... Porque si tú te llegas a lesionar cinco años después, tu carrera no hubiera acabado porque lo que te pasó a ti en la triada se trataba de una manera que poco tiempo después empezó a tratarse de una manera diferente y los jugadores empezaron a recuperarse mucho más que cuando te pasó a ti. Es que era una condena cuando te pasó a ti.
Por casos como el mío, el mío fue un antes y un después, obviamente. Antes el menisco roto te lo removían, te lo quitaban y entonces si tu morfología era de determinada manera, estabas muerto, no había posibilidad. En la primera operación me quitaron el menisco, obviamente el compartimento externo. Al volver a entrenar, no habiendo menisco, cada vez el hueso se iba comprimiendo y hasta que el cartílago empezó a chocar yo tenía inflamaciones constantes, me tiraba 5 minutos de pie y la rodilla así (se la señala). Era un proceso que se repetía y se repetía. Para mí era una locura, una incomodidad, hasta que me hicieron un trasplante de menisco, que me tuvieron que cortar un trozo de hueso para ese compartimento, liberarlo. Bueno, es que fue una odisea que tampoco voy a contar ahora con detalle. Me hicieron el trasplante de menisco y por lo menos dejé de tener inflamaciones y volví a jugar al fútbol. Lo que pasa es que del Álvaro que con casi 20 años se lesiona aquel día con la sub-21 al Álvaro cuatro y pico años después que volvió, pues era el 50% de los días buenos. Y en el fútbol de élite, mira lo que le ha pasado a Ansu Fati: perder una milésima de segundo supone llegar antes o tarde al balón, pasas de ser un jugador de élite a ser un jugador mucho más normal.
Pero es eso, que hubiera pasado después, tu carrera posiblemente hubiera sido un año lesionado
Claro, sí, sí.
Ahora que estás en Movistar Plus + comentando y tienes trato diario con los futbolistas, ¿nunca hay un punto de decir: «Qué ganas tengo de estar ahí»?
No, se me ha pasado. Al principio sí, claro. Yo tuve una curación, yo seguía viendo fútbol, veía los partidos del Madrid, claro, pero corté relación con el fútbol.
¿Personal o incluso de verlo?
No, veía los partidos pero corté con el entorno, necesitaba sanar. Para un futbolista vives en un mundo aparte, en una realidad paralela y entonces me salí de ahí totalmente. No sabía hacia dónde iba a ir, pero me tomé un año sabático de pensar, de reencontrarme a mí mismo, de sanar las heridas y corté, corté. No iba a la ciudad deportiva, no quedaba con mis excompañeros. Veía los partidos del Madrid, pero digamos que corté bastantes relaciones con el entorno futbolístico que formaba, obviamente, parte de mi vida desde siempre. Y fue un proceso. Además, como la música emergió con fuerza y nos terminamos por convertir en un grupo profesional, al principio nos dieron mucha cera por el hecho de yo haber jugado al fútbol, y eso me alejó más del fútbol. Es como decir: "Yo quiero ganarme credibilidad en el mundo de la música, entonces no quiero nada que tenga aroma a fútbol en mi vida".
¿Y eso cuándo se retoma? ¿Hay un clic o es paulatino?
Con el tiempo volví a tener relación, nunca tan cercana porque eso nunca se recuperó, pero sí, con el tiempo, al final ya me dejó de hacer daño el fútbol. Cuando empecé a trabajar en los medios de comunicación y empecé a tener interés por el juego. Fue una llama que estaba en estado latente y que al volver al fútbol fue como: "Todavía el fútbol tiene algo que decir en mi vida", pero tuve que pasar un proceso de curación. Pedrerol fue el primero que me llamó y me insistió muchísimo porque yo al principio le decía que no todo el rato, precisamente por lo que te estoy contando. Me insistió, me insistió, me insistió, hasta que un día fui a Punto Pelota y empecé a hablar de fútbol. Aquella llama que estaba en estado latente empezó a emerger con fuerza, me empecé a sacar la titulación como entrenador y digamos que fue una cosa paulatina, empecé a trabajar ya en los medios. Luego fue la cadena SER, comencé a entrenar y entonces hice las paces otra vez con el fútbol.
¿Y había un comunicador ahí también de repente o no?
Pues la verdad es que eso, Quique, sinceramente nunca me lo planteé. Conmigo ha sido una cosa cero propuesta, cero trabajada, ha sido una cosa natural. A la gente le gustaba cómo lo comunicaba, cómo lo contaba. También me he formado mucho porque los seis años que estuve entrenando, si me pongo con algo me preparo mucho y digamos que mi obsesión era ser entrenador profesional con lo que todo el tiempo que podía al día lo dedicaba a intentar ser mejor entrenador, a comprender mejor el juego, a buscar soluciones para los problemas que te proyecta el juego, a aprender de otros entrenadores, leía mucho sobre liderazgo, liderazgo de grupos, etc. Entonces digamos que esto lo he aplicado, toda esta formación también lo he aplicado al comentario.
Y si a tu yo de 19 años, que le acaban de decir «tienes la triada, esto está muy jodido», o al tu yo de 5 meses después, o de 2 años después, le hubieras enseñado tu vida de hoy, ¿qué crees que hubiera dicho?
Pues no se lo hubiera creído seguramente, pero fíjate que siempre cuento una anécdota, que hace, yo qué sé, 10 años, 12 años, me encontré en un bar a una chica que vino a decirme: "No te acordarás de mí, pero yo te hice una entrevista cuando estaba estudiando periodismo, estaba de prácticas, y una de las preguntas fue si no hubiese sido futbolista, ¿qué te hubieras dedicado?" Y le contesté: "Pues seguramente tendría un grupo de música".
¿Sin haber agarrado una guitarra en tu vida?
No, yo no tenía guitarra, pero claro, eso era una cosa de puro hobby, pero para que veas que algo ahí estaba. Yo soy un loco de la música desde muy pequeño, mi padre toca la guitarra, entonces siempre ha habido algo ahí, y yo no puedo vivir sin música, yo estoy todo el día escuchándola, ahora soy un enfermo, todas las horas que tengo libre estoy estudiando guitarra.
Ahora mismo, si no te llega una oferta para entrenar, que creo que es un poco lo que te está pidiendo el cuerpo, ¿entrenar al alto nivel?
Pues no sé, Quique. La verdad es que cada vez tengo más dudas. Hace años lo tenía clarísimo. Cuando salí del Madrid pude retomar la música que llevaba seis años aparcada por mi proyecto vital de ser entrenador. Ahora va de puta madre. Lo disfruto muchísimo, muchísimo. Tiene que ser algo que no lo pueda dejar escapar. Me ha llegado alguna oferta estos años.
¿Oferta de primera división te ha llegado?
No.
¿De segunda división sí?
Si, si llega de primera división obviamente lo cogería. Es improbable porque obviamente llevo tiempo sin entrenar, tendría que ser una apuesta de alguien que se reuniera conmigo, que le gustara mi manera de ver el fútbol, de entrenar, mi concepto de juego. Y sería una apuesta arriesgada porque lo fácil es apostar por los que están ya en la rueda, que siempre son los mismos que van rulando equipo por equipo. Cuanto más pasa el tiempo es más difícil, pero ya te digo que no es ahora mismo una prioridad. Si llega algo que diga, es que lo tengo que coger, lo entendería todo el mundo, lo entendería la gente de mi grupo de música. El otro día se hizo muy viral lo del Betis, porque es un equipo de enjundia, es un equipo muy bueno, o el Valencia, o el Celta, o el Getafe. Te llaman al Getafe, ¿cómo no vas ahí? Tienes que ir. A eso me refiero, que es una oportunidad que dices, "esto lo tengo que coger en mi vida, ya veré si puedo volver a donde estaba el día de mañana". Pero bueno, creo que realmente lo haría bien, porque los años que estuve entrenando me había absolutamente capacitado para controlar lo que debe controlar un entrenador. Al final da igual la categoría, sinceramente da igual la categoría. Y hay buenísimos entrenadores en el fútbol formativo, buenísimos, lo que pasa que no tienen la oportunidad de progresar.
¿Qué te queda por hacer?
A nivel profesional, a lo mejor entrenar en el fútbol profesional, yo te digo que ahora mismo no es un objetivo, porque entiendo que en la vida hay que ser feliz, y ahora mismo no puedo estar más feliz, estoy muy feliz, estoy colmado.