FÚTBOL

Takuhiro Nakai y las dificultades de ser el primer japonés en la historia del Real Madrid: "Me costó... Tuvieron mucha paciencia conmigo"

El centrocampista, todavía propiedad del club blanco, se convirtió en uno de los canteranos más mediáticos de La Fábrica.

Takuhiro Nakai, durante un partido del Castilla. /INSTAGRAM
Takuhiro Nakai, durante un partido del Castilla. INSTAGRAM
June Lavín

June Lavín

"No me hagas preguntas muy difíciles, eh", entona entre risas Takuhiro Nakai 'Pipi' (Ōtsu, Japón, 2003). Se sienta frente al ordenador después de entrenar, ya completamente adaptado a Urritxe, su nueva casa, y al Amorebieta, su nuevo club. Luce una mirada cómplice que denota naturalidad, inocencia y cierto nerviosismo. Concede a Relevo una entrevista en la que promete ser espontáneo, "como soy yo", y hablar de todo, con un español fluido en el que todavía se aprecia algo del característico acento madrileño. Aterrizó en las categorías inferiores del Real Madrid cuando sólo tenía 10 años, acompañado por su madre y el sueño de convertirse en futbolista profesional.

Nakai y las pruebas con el Real Madrid.RELEVO

"Cuando hice las pruebas en el Madrid no sabía que eran unas pruebas del Madrid [risas]. Mi madre sabe que si me hubiera dicho que eran unas pruebas del Madrid, me habría puesto nervioso. Me dijo que era algo para disfrutar del fútbol, para tener una experiencia más", recuerda. De aquella primera vez hace ya más de 10 años. Llegó a La Fábrica siendo 'Pipi', como todavía algunos le conocen, y se marchó siendo Nakai, como espera hacerse un hueco en el fútbol profesional. Sabe que no será tarea sencilla y vive su segunda cesión consecutiva lejos de Valdebebas, todavía con el objetivo de triunfar de blanco y, sobre todo, seguir creciendo como persona.

En el Amorebieta y a las órdenes de Julen Guerrero ansía encontrar una regularidad que, por momentos, le ha faltado, ahora alejado del foco mediático que supone el Real Madrid. "El fútbol me apasiona, es mi pasión, por eso siempre sigo trabajando pese a no jugar", asevera. Lo tiene claro y así lo transmite.

Empiezas a jugar al fútbol muy pronto, ¿no?

Empecé a jugar a fútbol a los tres años, pero con un año ya tenía balones en casa. Tengo tres hermanos, yo soy el más pequeño de la familia, y mis dos hermanos mayores juegan al fútbol y en mi casa sólo teníamos balones de fútbol. Desde que tenía un año me dijo mi madre que ya tocaba balón. A los 3 años ya empiezo oficialmente.

¿Qué supuso para ti llegar a la cantera del Real Madrid?

Cuando hice las pruebas en el Madrid no sabía que eran unas pruebas del Madrid, porque mi madre, como sabía que me ponía nervioso, me dijo que eran unas pruebas para disfrutar del fútbol y tener una experiencia más. Fui a Madrid a hacer las pruebas para disfrutar. Y, de repente, teníamos dos amistosos y a las dos semanas de acabarlas me dijeron que era jugador del Madrid. Vine con un traductor y caí en que mi madre no me había dicho esto. Yo no lo sabía, pero fue una alegría. El Madrid es el mejor club del mundo. Ser jugador de ese club, de ese equipo, te da mucha confianza.

¿Qué te encuentras en el Real Madrid?

En el equipo en el que estaba en Japón no teníamos ni vestuario. Nos cambiábamos y ya directamente a entrenar. Y vas a Valdebebas y te encuentras una de las mejores instalaciones del mundo. Es el mejor equipo. Al principio estaba nervioso, porque yo venía de otro país y era la primera vez que conocía a gente extranjera que no fuese japonesa. No hablaba español, pero los compañeros me ayudaron mucho y me sentí muy cómodo.

Imagino que, de primeras, te costó adaptarte. ¿Cómo fue ese proceso?

Al principio me costó. Los primeros dos años me costó muchísimo. Iba a un colegio normal de allí, de Madrid, de nueve a cinco de la tarde. Ahí aprendía español. También en el vestuario. Pero no es lo mismo el español del colegio que el del fútbol. Muchas veces me confundía, pero los entrenadores y compañeros tuvieron mucha paciencia conmigo. Me ayudaron mucho. El Madrid no es sólo lo futbolístico, también es lo personal, lo que te enseñan para ser mejor persona, forman tu personalidad. El Madrid te enseña valores. Me sorprendió mucho, porque yo venía de fuera, de otra cultura. Sabes que de fútbol es el mejor club del mundo, pero que también te forman como persona, tu personalidad.

Hay gente que no llega a adaptarse al 100%. ¿Por qué tú sí? ¿Cuál fue la clave?

Es complicada esa pregunta, eh [risas]. Yo estuve nueve años en el Madrid, sigo perteneciendo al Madrid y la personalidad y los valores que te enseñan son claves. Aunque seas muy bueno en el campo, si fuera no eres buena persona, no llegas hasta donde quieres. Hay que ser bueno dentro y fuera. Yo doy más importancia a cómo ser fuera que dentro. Con el balón haces lo que te salga, piensas cómo hacerlo mejor... Pero fuera no es tan sencillo.

Desde que llegaste al Madrid siempre has sido uno de los canteranos que más expectación ha generado. La masa social que mueves en redes sociales, por ejemplo, es tremenda. ¿En algún momento has sentido presión?

Si te digo la verdad, de las noticias y demás no leo. No me interesa. En Japón, por ejemplo, siempre han salido muchas cosas, pero yo quiero demostrar en el campo. Sigo siendo el mismo que empezó, sigo queriendo disfrutar del fútbol y no hago caso a esas cosas. Estoy a lo mío. Nunca he sentido presión. Es más, cuando me miran o enfocan a mí eso me da más confianza. Me da fuerza.

¿Recuerdas algún momento negativo?

He tenido no buenos momentos, para no decir malos. El idioma me costaba, nunca he sido un jugador que jugase siempre, no era un titular indiscutible. Mi familia me ha acompañado siempre, me siguen apoyando. Mi madre ha sido la que más me ha ayudado. Ha estado conmigo desde los 10 años, separándose de mi padre y viviendo los dos juntos. Luego conocí en el Cadete A a mi representante, que se llama Alfonso, y siempre me ha ayudado. Me hace sentir futbolista y me da confianza.

¿Quién ha sido la figura más importante en tu formación?

No sabría decirte uno. Todos los entrenadores que he tenido han sido muy buenos. De todos he podido aprender muchas cosas. Y de los compañeros, que he tenido muchísimos, igual. Venía gente nueva, entrenadores nuevos... Si tengo que decirte un entrenador, te diría a Tristán Celador, que lo tuve en el Cadete A. Fue el año que más he podido crecer como persona y futbolista. Es ahí también cuando conozco a mi representante, a Alfonso. Ambos me enseñaron muchas cosas.

Has jugado en muchísimas posiciones: pivote, interior, mediapunta, extremo, delantero...

He jugado de todo, sí. Si te digo por números, puedo jugar en las tres posiciones, de 6, 8 y 10. También me gusta jugar de extremo metiéndome por dentro, pero mi posición es 8 ó 6. No tan defensivo como el pivote ni tan ofensivo como el mediapunta, un equilibrio.

Debutaste con el Castilla en un partido contra el Badajoz, pero no llegaste a asentarte. ¿Qué falló?

El año que estuve yo en el Castilla, que fue el que debuté, teníamos muy buen equipo. Ganamos la mayoría de partidos, fuimos a playoff como segundos y, al final, cuando estás en una buena dinámica es muy difícil cambiar de jugadores, cambiar el once. Yo respetaba las decisiones de Raúl, que es muy buen entrenador. En mi posición estaban Arribas, Dotor, Théo... Son jugadores muy buenos, además de los capitanes, y era complicado. Yo seguí trabajando y currando, pero el equipo iba bien y las decisiones que toman los entrenadores siempre hay que respetarlas.

Nakai, sobre cómo se gestiona el hecho de no jugar.RELEVO

¿Dónde encontraste la motivación para seguir? Tiene que ser complicado no jugar y no bajar los brazos.

Me gusta el fútbol, es lo que más me gusta del mundo. Me apasiona. Aunque no juegue, siempre pienso que hay gente que quiere jugar al fútbol y no puede. Yo soy un privilegiado. Y, además, en el Real Madrid, que es donde quiere jugar todo el mundo. Hay millones de chicos que quieren estar donde estoy yo. Por respeto y agradecimiento, siempre he seguido trabajando. Es lo que me han enseñado mis padres. El simple hecho de llegar a Valdebebas, con esas instalaciones y los mejores del mundo, yo ya lo agradecía y lo disfrutaba. Es importante también mirar al futuro. Tengo claro qué quiero ser, qué quiero lograr... Y, aunque no estés jugando, nunca puedes dejar de trabajar.

En todos estos años has cambiado mucho. Y es un cambio que también se ha reflejado en el nombre: llegaste como 'Pipi' y ahora la gente se refiere a ti como Nakai. ¿A qué se debe ese cambio?

A ver, todo el mundo me sigue llamando 'Pipi'. Pero en la camiseta y en otras cosas quiero que me llamen Nakai. 'Pipi' es un nombre de niño pequeño y Nakai suena mejor para un futbolista. A mí me da igual, no tiene mucha importancia, pero es por eso.

Después de 9 temporadas en el Madrid, sales cedido al Rayo Majadahonda.

Era mi primera cesión y no quería salir de Madrid. No quería hacer la mudanza, me quedaban dos años en el Madrid y el club me dijo que saliera cedido. El Rayo Majadahonda es un gran equipo y, estando en Madrid, entre mi representante, el club y yo decidimos que salir cedido allí era lo mejor.

En el Rayo Majadahonda aprendí muchas cosas. Las instalaciones no son las mismas que las del Madrid, pero están muy bien si las comparo con las del club en el que estuve en Japón. Y, nada, agradecido de poder aprender de otros equipos, compañeros... Es una experiencia que me hizo madurar muchísimo.

¿Agradeciste sentir menos presión o que menos focos te apuntasen?

Es que esa presión nunca la he sentido. De momento, nunca la he tenido. Cuando me miran o me enfocan a mí, eso me da más confianza. En el Rayo Majadahonda y ahora en el Amorebieta venían aficionados a vernos, animan, y eso tampoco es presión. Eso da confianza y fuerza.

Hace solo unos meses fichaste por el Amorebieta. ¿Cómo de importante fue Julen Guerrero en tu llegada a Urritxe?

Jugué dos o tres años con su hijo, Julen Jon Guerrero. Me llevaba muy bien con él [con Julen Jon] y al míster a veces lo veía, pero no lo conocía. Aquí es una leyenda, ha sido un gran jugador y es un gran entrenador. Al principio no tenía nada y, estando en Japón, me escribió Julen Jon y después me llamó Julen para preguntarme si quería estar en el Amorebieta. No me lo pensé. Hablé con mi representante y le transmití que quería estar en el Amorebieta con él, que quería mejorar como futbolista y como persona. Ha sido entrenador de la Selección española y sé que mi fútbol podía encajar con lo que él buscaba. Y me vine aquí con Julen.

Nakai habla de la influencia de Julen Guerrero en su fichaje por el Amorebieta.RELEVO

Y el objetivo es el ascenso, ¿no?

Individualmente, el objetivo es jugar el máximo de partidos posible y dar importancia a cada partido. Quiero dar mi mejor versión y mi mejor nivel. Nunca pienso en marcar goles o dar asistencias, sino en ayudar al equipo con lo que sea. Al principio tenía un poco de miedo de ir a otra ciudad, hacer la mudanza y vivir solo, que antes vivía con mi hermana. Pero toda la gente ha sido muy amable. Me han acogido muy bien y me han apoyado mucho. Me siento muy cómodo.

Yo he venido aquí a ascender a Segunda División. Aunque sólo hayamos ganado un partido de cuatro, esto acaba de empezar, quedo mucho por delante. El objetivo del equipo, tanto mío como de mis compañeros, es ascender. Es lo mejor que podría pasar. Lo más importante para mí es disfrutar del futbol, de lo que tienes...

Después de dos cesiones consecutivas, ¿sigues creyendo que puedes triunfar en el Madrid?

Sigo teniendo contrato con el Madrid y, obviamente, lo mejor sería volver a Madrid, jugar partidos y ojalá debutar con el primer equipo. Es el mejor club del mundo. Yo voy a seguir trabajando por si algún día pasa eso.

Nakai, durante un partido del Amorebieta. CEDIDA
Nakai, durante un partido del Amorebieta. CEDIDA

Llegaste a jugar contra Bellingham en un torneo sub-15.

Fue en un torneo de Francia en sub-15. Él venía con la selección inglesa y yo, con la japonesa, Jugaba con el 8, igual que ahora. Se le veía, con un control o un pase, una elegancia que marcaba la diferencia. Lo que recuerdo es que después del partido que jugamos me escribió por Instagram y estuvimos hablando un rato. Yo hablaba poco inglés, pero me comunicaba con él. Ya se veía que iba a ser un gran jugador. Lo que está haciendo en el Madrid es una locura.

Ahora vienen las preguntas más difíciles: un test rápido entre comida española y japonesa, que me han chivado que te gusta mucho el conejo al ajillo.

Uf, vale. Seguro que sufro más con estas preguntas.

¿Tortilla de patata o sushi?

Tortilla de patata. Es muy fácil esa. Con cebolla.

¿Paella o ramen?

Uf, ramen. Me gusta más el ramen. Empate a uno, sí.

¿Croquetas o takoyaki?

Takoyaki. Takoyaki porque es famoso en la ciudad donde nació mi madre, en Osaka. El takoyaki me gusta, esa salsita que le meten...

Y para acabar: ¿jamón serrano o wagyu?

Jamón. Cien por cien jamón. Me encanta la comida española.