Pedro Rocha pierde su última baza y no podrá volver a ser presidente de la RFEF
El extremeño había apelado, tras no conseguir dos cautelares. Acaban de desestimar este recurso en la Audiencia.
La de este jueves era la última oportunidad que tenía Rocha, que en verano fue inhabilitado dos años por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) por extralimitarse en varias decisiones mientras presidía la Comisión Gestora de la RFEF tras la dimisión de Luis Rubiales. Tras ser sancionado por el TAD, Rocha solicitó la cautelar y el Juzgado central de lo Contencioso-administrativo 2 se la denegó a comienzos de septiembre. Hace unas semanas, tras la convocatoria de elecciones a la Asamblea General y la presidencia, volvió a la solicitarla. Pero el mismo juzgado denegó de nuevo la medida el 20 de noviembre.
Le quedaba un último triplazo que jugarse: un recurso de Apelación en la Audiencia, con otros jueces que pudieran valorar si no dejando en suspenso su inhabilitación, se le producía un daño irreparable. No han estado del lado del extremeño: Pedro Rocha, ahora sí, ya no se podrá presentar a las elecciones a la RFEF.
"Con la expresa imposición de las costas en esta instancia a la parte apelante", señalan los magistrados que, por tercera vez, tiran por tierra las esperanzas de Pedro Rocha de seguir en el cargo para el que le dejó bien colocado Luis Rubiales. ¿Podría recurrir de nuevo? Sí, pero no le serviría de nada. El auto hecho público hoy establece 30 días para una posible casación en la misma sala, pero lo que no está de su lado ya son los tiempo de la RFEF: antes de que termine el 3 de diciembre se tienen que haber presentado todos los candidatos presidenciales. No hay tiempo para que encuentre una solución judicial. La inhabilitación que le impuso el TAD se impone. Está fuera.
Empieza ahora el baile de los presidentes de las Territoriales. Tal y como desveló ayer en exclusiva Relevo, se reunieron en un restaurante de la sierra madrileña para trazar la ofensiva electoral. En este tipo de elecciones gana siempre el que ellos quieren. Sabiendo esto, ayer 10 de los barones pusieron las cartas sobre la mesa y todo apunta a la figura de Rafa Louzán, presidente de la federación Gallega, al ser el que parece estar aunando las voluntades de más compañeros. Aunque al cónclave de ayer solamente asistieron 10 de los 19 que tienen derecho a voto. Es decir: todavía hay margen para las sorpresas.
Parece una opinión bastante extendida que Louzán es la mejor opción, por preparación y bagaje, pero no así por situación judicial: sobre él pesa una inhabilitación de 7 años que tiene que confirmar el Tribunal Supremo. Aunque algunas fuentes sostienen que no le afectaría en caso de ser elegido presidente de la RFEF, la mayoría sí parece coincidir en que, con sentencia firme, su viabilidad en el cargo estaría muy comprometida.
Hay otras opciones: el presidente de la Valenciana Salvador Gomar también cuenta con el apoyo de unos cuantos barones (como no será extraño que varios cambien de bando con el paso de los días, es difícil ajustar una cifra concreta). Se siente fuerte y es una clara alternativa. Es la otra opción entre ellos, aunque hay una tercera dentro de la casa, el secretario general de la RFEF Álvaro de Miguel, que puede terminar siendo la única vía realista de que sigan controlando todo sin pasar por una guerra civil entre ellos.
De Miguel cuenta con el respeto de toda la institución. Es un abogado que conoce a la perfección el día a día de la casa y goza de un prestigio en UEFA y FIFA que es más necesario que nunca a pocos días de que se tenga que oficializar el Mundial de 2030. Sin embargo, para que su opción salga adelante, tiene que contar con el ok de los barones, porque no consigan entre ellos alcanzar un consenso. No es descartable que esto ocurra.
No va a durar mucho la incertidumbre y se esperan horas de mucho movimiento: el día 3 finaliza el plazo para que se presenten los candidatos y el día 16 de diciembre la RFEF tendrá nuevo presidente. Abrochense los cinturones porque esto va a empezar a moverse mucho. Ahora ya, definitivamente, sin Pedro Rocha.