OPINIÓN

Así se cocina un presidente de urgencia en la RFEF, mientras rezan por que pueda presentarse Rocha

Imagen de archivo de una reunión de presidentes de Territoriales en la Federación, con Pedro Rocha. /RFEF
Imagen de archivo de una reunión de presidentes de Territoriales en la Federación, con Pedro Rocha. RFEF

Siguen pasando los días y cada vez es más ensordecedor el silencio electoral que sigue reinando en la Federación. La calma peligrosa. Mañana se elige la Asamblea que nombrará al próximo presidente y, por ahora, han aparecido algunos nombres con pocas opciones de éxito, pero los pesos pesados que de verdad pueden terminar gobernando el fútbol nacional se mantienen al margen de los navajazos propios de estas contiendas. Por ahora...

La consigna es clara: esperar a ver qué ocurre con Pedro Rocha. Agarrarse como un clavo ardiendo a una opción que parece improbable, pero que para muchos no es tan complicada: que la Audiencia atienda el recurso de apelación del extremeño y pueda finalmente presentarse como candidato. De hecho, hasta que ese capítulo no esté del todo cerrado, no elegirán Papa con su fumata blanca y todo.

Pero el barro es el barro y algunos ya han enseñado la patita. Soteras tiene poco que perder, por edad y porque su gestión en Cataluña es insostenible, así que ha sido el primero en echarse al monte y llamar a sus colegas postulándose para el cargo. Muchas buenas palabras pero ningún compromiso. Muchas vueltas tendría que dar la vida para que fuera él.

Un par de contendientes ajenos a la RFEF: Gerardo González y Juanma Morales. Ambos con sobrada capacidad pero con pocas posibilidades de conseguir los avales necesarios para presentarse, sobre todo si se ponen de acuerdo los barones para dejarlos fuera. En realidad es muy fácil: se presentan tres y dividen sus apoyos. Y ya está. Ya tendrían casi imposible incluso concurrir a las urnas.

¿Y entonces? Pues a ver: la persona que sigue teniendo los galones de verdad entre los presidentes de territoriales, ahora mismo, sigue siendo Rafa Louzán (de la Gallega). Y seguramente tengan razón en que es la mejor opción por formas, preparación y hasta por sensatez, pero tiene un problema (casi) excluyente: está pendiente de que el Tribunal Supremo confirme una inhabilitación de siete años que le impuso la Audiencia Provincial de Pontevedra. Es decir: puede aunar voluntades, salir elegido y que en unos meses todo el proceso pueda volver a empezar.

¿Es descartable esta opción? Pues por rocambolesco que parezca, no. Entre los barones, ahora mismo, votarle a él puede evitar una guerra civil entre ellos. Y basta con poner de vicepresidente a otro primer espada que, en un momento dado, pudiera estar listo para coger poder manteniendo el status quo federativo. Un poco lo que pasa con Rocha... pero más preparado que el extremeño. Con ambos hay un riesgo cierto de que la Federación se vuelva a quedar sin presidente en unos meses. En el caso de Rocha porque, más allá de medidas cautelares, el juez llegará de verdad al fondo del asunto y puede confirmar (o no) su inhabilitación. En el caso de Louzan, por la ya mencionada espada de Damocles del Tribunal Supremo, que está al caer y en la que nadie parece ser muy optimista sobre sus opciones de esquivarla.

Hay más barones que ya están empezando a ponerse un poco nerviosos por si les toca saltar al ruedo: Murcia, Valencia, Andalucía... Todos ellos con alguna opción, pero siempre esperando a ser los últimos en enseñar la cara, por si acaso se la parten. Saben que las circunstancias pueden girar mucho en los próximos días y es mucho más rentable mantenerse en un prudente segundo plano.

¿Y alguna opción que no sea un barón? Sí, de hecho es la preferida por todos (menos por ellos mismos). El actual secretario general de la RFEF, Álvaro de Miguel, es la vía que más acerca a la casa a la renovación, pero desde un punto de vista tolerable para la oligarquía de las Territoriales... y de las que gozan ahora mismo en la Ciudad del Fútbol de una posición de poder y no quieren perderlo. Nadie le esperaba en esta quiniela, pero todos los consideran una opción que solucionaría muchos problemas.

Su perfil joven, profesional, preparado, conocedor de la parte jurídica y sus buenas relaciones en UEFA y FIFA le sitúan en otro nivel, electoralmente hablando, con respecto a otras opciones (ya solo con saber expresarse en inglés sería un escalón muy superior a la media...). Demasiado bueno, de hecho, llegando a generar cierta desconfianza de que su perfil renovador se les vaya de las manos y no puedan controlarlo... En cualquier caso, aquí no son tan importantes los méritos: esto no son unas votaciones normales. No es quién merece ganar... es quién puede ganar. Y sea quien sea el elegido al final, sólo llegará a la presidencia si tiene la bendición de los 19 de siempre. O de muchos de esos.

Quedan pocas horas. El siguiente match ball será el miércoles 27 cuando se conozca si de verdad Rocha está fuera de juego o no. Si puede presentarse todo será como una balsa de aceite y la pelea estará en saber quién va como vicepresidente... por si le inhabilitan. Si no puede... empezará el baile.