ELECCIONES RFEF

Gerardo González Otero sigue firme en presentarse a la RFEF como el candidato de consenso si no le dan la cautelar a Rocha

El exsecretario general de Villar, al que dio un buen susto en las elecciones de 2004, ya ha comunicado su intención (desvelada por Relevo en febrero) a varios presidentes territoriales y afines.

Gerardo González, en una foto de archivo./
Gerardo González, en una foto de archivo.
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Las elecciones a la Asamblea General y a la Presidencia de la Real Federación Española de Fútbol echaron a andar hace una semana y tendrán su día culmen, en principio, el próximo 16 de diciembre si no hay impugnaciones y más enredos institucionales. Algo que parece improbable y que amenaza con llevar el proceso a 2025. Por eso la RFEF se ha apresurado a retocar sus propias reglas en connivencia con el Consejo Superior de Deportes. Y en este impasse en el juego de tronos, mientras Pedro Rocha se decide a solicitar medidas cautelares a su inhabilitación de dos años impuesta por el Tribunal Administrativo del Deporte, se mantiene firme la figura de Gerardo González Otero (Soutelo de Montes, Pontevedra, 1956).

El pasado 7 de febrero Relevo ya desveló la intención del exsecretario general de la Federación de presentar su candidatura. Y ahora, ocho meses después, ha podido confirmar que sigue más convencido que nunca en ese deseo y que, además, ya ha comunicado sus planes a varios presidentes territoriales y a sus colaboradores más afines. No sólo quiere presentar batalla sino que, además, se ve con opciones de victoria si, única y exclusivamente, Rocha no es capaz de lograr la cautelar en los juzgados. Quiere convencer a todos de que es un buen candidato de consenso.

A Gerardo González Otero (no confundir con Gerardo González Movilla, ex de AFE), mano derecha de Ángel María Villar y curiosamente su rival en las urnas en 2004, ni siquiera le ha importado tener estos días algún que otro problema de salud (nada grave) para dar un paso al frente. Si acaso, y como ha compartido con varias de sus personas de máxima confianza, tiene claro que no se va a desgastar ahora en presentar candidaturas para asambleístas en las primeras y protocolarias elecciones a la Asamblea de noviembre, donde los 142 miembros elegidos tendrá que votar después quién es el nuevo presidente. En sus primeros intentos de encontrar fieles para su causa -con la ayuda del histórico periodista Miguel Ángel López- no ha encontrado demasiado entusiasmo, pero confía en la decisión que cada presidente territorial tome en sus diferentes autonomías como guías de esos clubes, futbolistas, entrenadores y árbitros que quieran postularse en cada estamento. Su objetivo es que luego, los que sean elegidos para formar parte del máximo órgano directivo, estén abiertos a votarle en las elecciones a la presidencia o al menos a que estén dispuestos a sentarse con él para persuadirles.

El entorno de Gerardo González Otero asegura que ya cuenta con el apoyo de hasta ocho territoriales, algo improbable a estas alturas de partido. Entre otras cosas porque ahora mismo dentro de la RFEF hay más expectación e incertidumbre por saber qué sucederá con Pedro Rocha que certezas. Para muchos, el regreso del directivo extremeño sería el mal menor. Por eso, si es capaz de lograr una cautelar que presentará en breve y presentarse, las territoriales le apoyarán en bloque y, por tanto, Rocha no tendrá rival en las elecciones. Hasta el punto que sus posibles rivales en las urnas no tendrían sencillo ni lograr el 15% de avales (21 asambleístas) que son necesarios para presentarse una candidatura de oposición. En ese caso no habría ni que votar.

Otra cosa es si Rocha no puede salirse con la suya. Entonces sí, se abriría un proceso a todas luces beligerante dentro de la Federación por ver quién se pone al frente de la nave. María de los Ángel García Chaves, más conocida como Yaye, preside hoy la Comisión Gestora y ya le empujaron a presentarse en las anteriores elecciones a la presidencia que quedaron en papel mojado por necesidad de tener que hacer un proceso completo y no parcial. No parece tener opciones de repetir como mujer de paja para un mandato de cuatro años. Nadie sabe lo que hace en Las Rozas más allá de su rol de parche. Ahí se abriría una batalla entre los presidentes territoriales por suceder a Rocha. Interesados hay muchos, pero que no tengan muertos en el armario hay pocos. Y los que quedan se han desgastado en este año de crisis o, directamente, no quieren saber nada de sillones presidenciales. Pablo Lozano (Andalucía) ha visto que no tiene tantos apoyos como se pensaba, aunque mantiene la ilusión, y también ha comprobado que Tebas no le quiere ni en pintura. Por eso, hay quien dentro de la RFEF está buscando, sin mucho éxito, un perfil de la casa aunque no sea un barón. Los que saben de esto insisten en que las alternativas son Rocha o un presidente territorial. Nadie más. Se llame Rafael Louzán, Monge Carrillo o Salvador Gomar. Quien sea.

El caso es que en este mar revuelto es donde Gerardo González Otero se ve con opciones de salir airoso. Conoce la institución mejor que la mayoría, pese a que hace muchos años que salió de ella y muchos barones de entonces ya no están. Óscar Fle, de Aragón, era su mejor socio. Eso sí, tiene relación con alguno de los que permanecen desde hace muchos años y a los que llama a diario, que al final son los que manejan el cotarro e influyen en el sentido del voto de los asambleístas que tiene bajo su protección. Su conexión con Javier Tebas, y por tanto con LaLiga, ha sido muy fluida desde siempre por el hecho de ser la única persona que en su día fue capaz de enfrentarse al todopoderoso Villar. Aunque el apoyo público que le dio a Rocha hace meses no le gustó nada. El contacto con AFE es cercano. Y, con los entrenadores, tendrá la ayuda de Miguel Galán (director de CENAFE), que no sólo le ayuda, anima y aconseja sino que, además, le mantiene como vicepresidente de la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte desde donde se han puesto la mayoría de denuncias y querellas a los distintos responsables de la Federación.

Siempre ha estado al quite

Gerardo González, para el que le haya perdido la pista fue, entre otras cosas, director del Gabinete de Prensa de la RFEF (1985-1990), director de Relaciones Externas (1990-92) y secretario general de la Federación (1992-2002) con Villar. Se enfrentó en 2004 al que había sido su jefe y confidente, sólo unos meses después de que fuera despedido de la organización entre otras cosas al chocar frontalmente con Juan Padrón, vicepresidente económico, consejero y pitbull del entonces presidente. En aquel careo, Villar (que entró en 1988) revalidó de nuevo su mandato ante 177 asambleístas presentes por 98 votos frente a los 78 de Gerardo González Otero, periodista de formación. Entonces quedó una sensación de traición que señala a los colegiados, a Joan Gaspart y a Victoriano Sánchez-Arminio (expresidente del CTA). Según varias fuentes, fueron los artífices de que el estamento arbitral cambiara decisivamente el sentido de su voto en el último minuto; favoreciendo un tanteo final opuesto, que parece mucho más abultado de lo que realmente fue.

Desde que Gerardo González Otero salió de la Federación, se ha dedicado a la consultoría deportiva y al desarrollo de otros proyectos empresariales sin alejarse nunca del deporte y de la política institucional (organizaba, entre otros muchos eventos, el famoso Partido contra la Pobreza) debido a las buenas relaciones personales que entabló durante tanto tiempo en la sede federativa de Alberto Bosch, que no de Las Rozas, ya que él dejó la RFEF poco antes de que las oficinas y sus trabajadores se trasladaran a la nueva sede.

Con aquella salida, Tebas -siendo ya vicepresidente de LaLiga- también se posicionó a favor de Gerardo elevando una la solicitud al CSD de una auditoría de gestión interna por presunto uso irregular de fondos en la Federación. Desde entonces se han dejado ver juntos en numerosos actos. Incluso cuando hasta 2022 mantenía una buena relación con Luis Rubiales. Hasta que Tebas y Gerardo fueron protagonistas, sin quererlo, a raíz de un polémico caso vivido, con grabaciones de por medio, con Miguel García Caba (extrabajador de LaLiga, el Real Madrid y ahora también de la RFEF) y con unas reuniones supuestamente clandestinas con Juan Rubiales, tío de Luis Rubiales que fue jefe del gabinete de presidencia de la RFEF. Justo por aquel caso, la Federación se tomó la revancha y despidió fulminantemente de su puesto a Susana Sánchez, la actual pareja de Gerardo González. LaLiga la rescató después como adjunta del director de Relaciones Institucionales, el exbaloncestista José Antonio Montero.