Los intocables de Luis Enrique

"Me fío mucho de lo que dan conmigo". Esa frase, pronunciada por Luis Enrique en la conferencia de prensa posterior a la lista de convocados, tiene mucho significado si se analizan los 25 jugadores escogidos para jugar contra Suiza y Portugal en este parón de selecciones. Hasta ocho futbolistas han ido a la Selección a pesar de disputar con sus clubes menos del 50% de los minutos en el tramo inicial de la temporada.

El seleccionador, después de muchas pruebas, ha conseguido formar un grupo sólido de jugadores que son intocables. El técnico asturiano, según cuentan quienes han estado a sus órdenes, es tan exigente como justo. En ocasiones a los futbolistas les cuesta dar lo que pide, porque suele ser muy específico, pero cuando entienden el mensaje es muy difícil que salgan de las convocatorias. Eso explica la llamada de algunos que cuentan con pocos minutos en sus clubes y la ausencia de otros que han acudido en el pasado y que han desaparecido de las listas a pesar de tener buen rendimiento en sus equipos. Esta es la situación de los ocho jugadores que han disputado menos del 50% de los minutos.

Su caso es excepcional, ya que es el capitán del Valencia y pieza fundamental para Gattuso. Sólo ha jugado el 27,4% de los minutos porque se perdió los cuatro primeros encuentros por sanción. El lateral izquierdo es una de las posiciones con mayor competencia en la Selección, pero su presencia en esta lista le da muchísimas opciones de estar en Catar. Lo normal es que la otra plaza se la disputen Marcos Alonso y Jordi Alba (sin olvidar a Cucurella) en función de sus actuaciones en el Barcelona.

Ahora mismo es el tercer lateral izquierdo del Barcelona (tiene a Balde y Marcos Alonso por delante) y su relación con el club no pasa por el mejor momento después de que intentasen su salida en los últimos días de mercado. Todo lo contrario ocurre con Luis Enrique: empezó sin contar para el asturiano (terminaron distanciados en el Barça) y ahora la confianza mutua es total.

Su verano ha sido extraño. Tuvo pie y medio en el Barça, aunque finalmente siguió en el Chelsea, donde es capitán. En este inicio de curso, también raro para el equipo londinense (Tuchel fue despedido), ha alternado titularidades con suplencias. Su polivalencia, regularidad y peso en el vestuario le convierten en intocable para Luis Enrique.

Protagonizó una de las sorpresas del verano al cambiar a última hora el Valencia, donde era fijo, por el PSG. Es uno de los que tiene su puesto para Catar en el aire, ya que en el equipo parisino tiene complicado jugar (al menos en estos primeros meses) y además le están utilizando en demarcaciones más ofensivas que la que tiene en la Selección. Es un puesto con mucha competencia (Merino, Brais…) y su situación es difícil.

No existe ninguna duda sobre Ferran: va a ir al Mundial si está disponible. Luis Enrique ya le mantuvo la fe cuando apenas contaba con minutos en el City y ahora va a seguir igual, porque en la Selección siempre da su mejor rendimiento. Este inicio de curso le ha costado, principalmente por una incómoda lesión en el pie que le hizo empezar con un mes de retraso.

El balear se juega el Mundial en esta semana y media: si rinde como espera Luis Enrique, va a ir convocado. El técnico terminó encantado con el rendimiento que dio en junio, entiende lo compleja que es su situación contractual (queda libre a final de temporada) y va a contar con él porque no tiene a otro extremo de su perfil.

El jugador del Villarreal no alcanza el 50% de los minutos porque tuvo unos problemas físicos que le apartaron de la ronda previa de la Conference League, aunque es fundamental en los esquemas de Emery. A Luis Enrique le gusta mucho por su verticalidad, en un perfil que perdió desde que no va Adama.

Pocos internacionales hay ahora mismo con el puesto más asegurado que él. Su regreso al PSG tras la cesión en el Sporting le ha perjudicado, porque Messi, Mbappé y Neymar le tapan el sitio. Fue la gran sorpresa en la lista de la pasada Eurocopa, ha rendido a gran nivel con España y va a estar en Catar.