La lucha por el pichichi en la Liga F: Alba Redondo vs. Kundananji

Dos de los equipos revelación de esta temporada se veían las caras ayer en Buñol. El Levante, que lidera junto al Barça la clasificación como local, donde ha ganado todos sus encuentros menos el empate ante el Real Madrid, se llevó por la mínima el encuentro ante el Madrid CFF.

El conjunto dirigido por Sánchez Vera venció en un partido dominado por las acciones a balón parado por parte de ambos equipos y con una asistencia determinante de Alba Redondo, para que Alharilla pusiera el 2-1 a 15 minutos del final.

Levante y Madrid CFF. Alba Redondo y Kundananji. En una liga con dominio del Barça y en la que el club culé se ha llevado el pichichi ocho veces en las últimas 10 temporadas (en dos de ellas compartido), la lista de goleadoras la lideran hasta ahora la albaceteña y la zambiana.

Sus goles, 12 para Redondo y nueve para Kundananji, han impulsado que sus equipos, Levante y Madrid CFF, se sitúen segundo y quinto en la tabla en plena pelea por el sueño de jugar la Champions la próxima temporada.

Pero tanto Alba como Kundananji no sólo aportan tantos a sus equipos. La levantinista destaca sobre todo en la faceta ofensiva, con cinco remates por partido, dos pases clave en cada encuentro y casi 10 pases con éxito en el último tercio del campo. Su aportación en el ataque del Levante junto con Mayra Ramírez y Júlia Aguado, con quien se entiende a la perfección, es determinante.

Racheal, en cambio, a parte de los goles y su velocidad puntera - como Salma Paralluelo, dejó el atletismo por el fútbol -, sobresale en la faceta defensiva de su equipo. En la presión destaca con una media de 24 presiones sobre jugadoras rivales y, lo que es más importante, la recuperación tras la presión: 4 balones por partido.

Los centros exitosos (1,22), regates (2,67) y conducciones (30,23) hacen de ella una jugadora completísima, que está liderando al Madrid CFF en lo alto de la clasificación. Ya lo vimos ante el Athletic con los dos golazos que consiguió tras dos jugadas individuales partiendo de su propio campo. Desde luego que su velocidad y verticalidad son incuestionables.