REAL MADRID

Los problemas de Endrick en 100 días ya los vaticinaron en Brasil: "Tiene que madurar mucho"

Desde que marcó el golazo ante el Stuttgart, el brasileño suma sólo 53 minutos en 14 partidos. "Debes tener la cabeza fría. Si no, es complicado", declaró Savio.

Endrick, en el banquillo del Bernabéu durante el partido ante el Sevilla. /GETTY
Endrick, en el banquillo del Bernabéu durante el partido ante el Sevilla. GETTY
Sergio Gómez

Sergio Gómez

El Real Madrid no sólo llegó vivo a la frontera de Navidad, como rezaba Ancelotti en cada conferencia de prensa de las últimas semanas, sino que lo hizo erguido y con virtudes de las que presumir. El técnico parece haber encontrado un dibujo que equilibra y empieza a armonizar, el extravío de Bellingham forma parte del pasado, Valverde se quitó la presión del '8' para mandar en el medio, Vinicius añadió de nuevo la alegría a su agitación constante, se halló en La Fábrica un alivio atemporal (Asencio), Ceballos salió del vagón de cola para meterse en el de cabeza y Mbappé se despidió del año con uno de esos que ya le hacen reconocible, como si se hubiese descubierto en el escenario de Mask Singer. Con todos estos asuntos acoplados en su sitio, en cambio, hay un expediente que chirría y que tiene a más de uno en el club preguntándose el porqué.

Más allá de las apariciones de Guadiana de Güler, de la falta de seguridad que desprende Tchouameni o del indescifrable Mendy, el melón de Endrick (18 años) está abierto. Más por su falta de protagonismo que por sus servicios, pues cada vez que ingresa en el verde participa, inquieta y ofrece motivos para merecer más visibilidad. Sin embargo, el técnico le utiliza a cuentagotas, para decepción de una afición a la que el entusiasmo y la zurda del chico tienen hechizada. Lo hizo desde que llegó, pero especialmente aquel 17 de septiembre cuando expuso en pocos minutos todos sus atributos.

En el 80', Con 1-1 en el marcador y el Stuttgart apretando, entró al campo sustituyendo a Bellingham y tres minutos después presenció el 2-1 de Rüdiger. En el 96' llegó su momento con un gol de potencia y osadía: el brasileño vio a Mbappé a un lado, a Vinicius al otro… y decidió disparar con la izquierda desde 25 metros y en posición centrada. "Si lo falla, lo mato", bromeó luego Courtois. El tanto fue un trueno y auguraba grandes tardes. Sin embargo, lo que sobrevinieron fueron noches de paciencia.

Ancelotti, sobre el gol que le metió Endrick al Stuttgart.

Desde aquel encuentro en Champions han transcurrido 100 días, con más reveses para él que alegrías. Ascendió a la titularidad en el siguiente encuentro europeo, ante el Lille, en una pesadilla para olvidar (derrota 2-1). No volvió al once... y sólo acumula 53 minutos en 14 partidos. Ancelotti salió al paso de algunas críticas por tirar de Endrick menos de lo que se preveía tras su irrupción y, de paso, prescribió la receta: "Puede que necesite más minutos, pero yo no tengo prejuicios con nadie. Sólo intento poner a los mejores en cada partido, tengan 18 o 40 años. A veces puede ser esto con Endrick, con Güler o sin ellos. Hay que ser pacientes con los jóvenes, sí. Aportan entusiasmo pero, por el hecho de ser jóvenes, también tienen que aprender ciertas cosas".

Ese proceso de aprendizaje del delantero, con sus dudas y sus fallos ante la portería, ya lo vaticinaron en Brasil. "Él tiene que madurar mucho para ser un crack e importante en el Madrid. A nadie se le puede olvidar lo siguiente: va a tener problemas, frustraciones... ¿Qué va a fallar? Claro que va a fallar", declaró a Relevo Dejan Petkovic antes de que Endrick desembarcara en LaLiga. El serbio conoce a la perfección el rigor de las expectativas. Con 16 años y 15 días se convirtió en el más joven en la historia del fútbol yugoslavo en jugar en Primera y llegó al Real Madrid con una fama que no pudo demostrar. Hizo las maletas a Brasil y allí se instaló en el imaginario colectivo como un jugador legendario del Flamengo.

«Debe tener mucha calma»

"Con él las cosas empezaron muy pronto. Debe poner mucha atención para que la parte emocional no le afecte. Va a alternar momentos con altibajos, a mí me pasó", declaró Savio, otro futbolista que conoció pronto los focos. Con 18 años debutó en el Flamengo y con 23 saltó a Europa, al Real Madrid. Pronto comprendió que las esperanzas ajenas eran equipaje de gran tonelaje, justo lo que le puede estar pasando (y pesando a Endrick): "Debes tener la cabeza fría, fuerte. Si no... es complicado. Endrick tiene un potencial enorme, tiene mucha calidad técnica, fuerza, velocidad y gol. Debe estar tranquilo, trabajar, trabajar y trabajar. La parte mental es básica, fundamental".

"Tiene que tener calma", insistió también su técnico en Palmeiras, Abel Ferreira. En todas las comparecencias que tenía con Endrick como objeto de conversación, incidía en ese mismo mensaje para rebajar presión y hacer hincapié en la paciencia. También, consciente de que lo le esperaba en un nuevo país y en nuevo club de la dimensión del Real Madrid, se encargó de prevenirle con avisos de todo tipo que pueden servirle de flotador en estos momentos de desaparición: "Tendrá tiempo para trabajar, tendrá tiempo para aprender. Espero que no se pierda con cosas extra futbolísticas, es un consejo. Que se concentre. Si quiere llegar a otros niveles, tiene que centrarse en lo esencial".

En eso está Endrick, que ha marcado dos goles en 11 remates y ha dado una asistencia. No se deja enervar por este momento complicado (ya vivió otros en Palmeiras, pese a su tierna edad, con críticas por falta de gol o mal juego) ni dejarse llevar por arrebatos. Por eso, no quiere escuchar ni una de las propuestas que han llegado a sus representantes para salir incluso en este mercado de invierno. Como publicó Relevo el pasado 13 de diciembre, los agentes del brasileño mantuvieron contactos con equipos de la Bundesliga, pero todos se encontraron con la misma respuesta: Endrick seguirá en el Real Madrid al menos hasta junio (tiene contrato hasta 2030).

Aunque le frustra no acumular minutos, ya ha jugado más de lo que esperaba cuando aterrizó en la capital. En su cabeza sólo pasa doblarle los planes a Ancelotti, que tiene su particular escala de estatus. En el club, por su parte, no hay debate. Nadie contempla una salida de un futbolista con mucho presente y más futuro. La filosofía que le trasladan es idéntica a la que le hacían llegar a Vinicius, cuando el '7' vivía en continua espiral de errores e inquietud: paciencia, trabajo y más trabajo.