La última receta de Ancelotti para salvar al Real Madrid tras "tocar fondo" y llegar vivo a Navidad
Tras la derrota contra el Milan, todo cambió. El italiano consiguió que sus jugadores mejoraran su actitud.
No lo dirá en público, pero Carlo Ancelotti ha vivido en esta 2024-25 uno de los momentos de más nervios desde que entrena al Real Madrid. Tras una temporada pasada magnífica, "fácil" tal y como ha reconocido ante la prensa, comenzó el curso incapaz de ajustar las nuevas piezas y viendo cómo el equipo se deshacía por momentos. Tocó fondo contra el Milan. Una derrota por 1-3 en el Bernabéu días después de recibir una goleada en el Clásico y dando una imagen paupérrima. La situación por aquel entonces parecía insalvable.
Pero Carletto, en una nueva demostración de gestión de grupo y conocimiento futbolístico, la enésima en su carrera como entrenador, provocó que todo cambiase. Una nueva receta en su librillo que sirvió para que, un mes y medio después, el Real Madrid luzca muy diferente. Ya está por delante del Barcelona, y eso que tiene un partido menos, y a solo un punto del Atlético de Madrid.
"La autocrítica que hemos hecho ha sido aclarar lo que nos faltaba: actitud, compromiso colectivo, correr un poco más... y hemos vuelto a hacer las cosas como tenemos que hacerlas, bien. Tras la derrota contra el Milan vinieron dos meses muy exigentes, con partidos durísimos; pero poco a poco el equipo ha vuelto a hacer las cosas bien. Y Mbappé, igual. Terminamos el año bien. Tengo que decir... 'bien'. Con ilusión para el 2025", dijo en rueda de prensa tras ganar al Sevilla.
Tras el Milan, hubo una charla de vestuario que devolvió las aguas a su cauce, como se demostró días después goleando a Osasuna. En aquella reunión promovida por Ancelotti, el italiano dejó las cosas claras, pero los que más hablaron fueron los jugadores. Ellos mismos entendieron que no podían seguir así. Que no estaban a la altura de lo que exige el Real Madrid. Que podían dar más, en resumidas cuentas.
Sus meses más tensos como entrenador del Madrid
Este no fue el único ingrediente de un Ancelotti que se vio con el agua al cuello. Desde noviembre hasta Navidad se tomó cada partido como una final, y con razón. Hasta Solari fue alertado de que podía ocupar su puesto en cualquier momento. El club le transmitía calma, pero a su vez trabajaba en un posible cambio de tendencia si la tensión se volvía insoportable para el de Reggiolo.
No le pesó. Las infinitas bajas, el ruido mediático, la poca ayuda en el club en el mercado de fichajes o, incluso, los pinchazos contra Liverpool o Athletic. Para cada problema encontraba una solución. Como darle a Ceballos galones para que le diese fútbol en la medular. O inventarse a un Asencio que le dio aire hasta el regreso de Tchouameni.
Sin embargo, lo que más rédito le ha dado en estos meses ha sido convencer a sus estrellas de que diesen un paso adelante. Desde aquella dolorosa derrota de Champions se ha visto el mejor nivel de Bellingham, Vinicius, Mbappé y Rodrygo. No siempre a la vez. Ni siquiera de golpe. Pero poco a poco, todos ellos han ido creciendo hasta recuperar ese nivel diferencial. Entre todos suman 21 goles y diez asistencias desde el partido contra Osasuna.
"La evolución que hicimos nos llevó a algo muy concreto: compromiso a nivel defensivo. Es la debilidad que hemos tenido... y que todavía tenemos. Porque la ausencia de jugadores como Militão, Carvajal, Alaba o Mendy, pesa. Para contrarrestarlo, intentamos fortalecer las cualidades, activando a los delanteros. Y eso, en los últimos partidos, se ha visto. También porque Mbappé está mucho mejor, Bellingham ha vuelto a marcar, Rodrygo ha regresado... pero arriba, en los últimos partidos, lo hemos hecho mucho mejor", dijo en rueda de prensa tras el último partido del año.
En los últimos tiempos el equipo ha corrido más y, sobre todo, ha corrido mejor. Y han conseguido lo que tanto ha pedido Ancelotti: llegar vivos a Navidad. Ahora tendrá una semana para que sus jugadores se recuperen y empezar un 2025 que no dará respiro, con el primer partido el 3 de enero contra el Valencia y con encuentros cada tres días. La Supercopa ya asoma en el horizonte y, aunque la situación se ha enderezado, sabe que de un día para otro todo puede cambiar.