Ceballos y Valverde cada vez mezclan mejor y al Real Madrid le corre el balón más que nunca
La mejor primera parte del Real Madrid en lo que va de temporada. Y si no lo fue, ahí le anduvo. Esos 45 minutos valieron por todo el partido. Cuando los de Ancelotti mezclan su instinto perpendicular al espacio con el juego asociativo al pie son imparables. Cuando a este equipo le corre el balón, le corre de verdad. Como a pocos conjuntos de la Liga, por no decir como a ninguno. No hay nada que más le guste al técnico italiano que combinar pases con espacios. Mostrar al mundo que los suyos entienden por igual esas dos maneras de jugar al fútbol.
También le cautiva dejar una huella personal en cada alineación. Un detalle. Una prueba. Un capricho. A sus años y harto de títulos se puede permitir todas las licencias. Ante el Sevilla, a Carlo le dio por recuperar un invento posicional de la temporada pasada: Camavinga, lateral izquierdo. Nada nuevo bajo el sol, pero llamó la atención su decisión. No era una necesidad ni una improvisación obligada. En el banquillo estaban sentados los dos laterales zurdos de la plantilla: Fran García y Mendy. Realmente, lo que le gustaría al italiano es jugar con cuantos más centrocampistas, mejor. Pero su nómina de delanteros no se lo permite.
Con el francés de '3', Ancelotti juega con un centrocampista más. Y con Brahim, Bellingham y Rodrygo en la mediapunta, también puede contar con ellos para la marcha atrás y el repliegue. El calendario actual te invita cada día más a las rotaciones y Ancelotti prefiere los cambios de entrada, en el once inicial, que las sustituciones a lo largo de los partidos. Últimamente está recurriendo bastante a la figura del doble mediocentro. Para su gusto, el tándem perfecto es que el forman Camavinga y Valverde, pero está comenzando a darse cuenta de que Ceballos es un buen socio para el uruguayo. Son dos jugadores con buen trato de balón y con un mejor entendimiento del juego. Maridan bien, como se dice ahora. De hecho, se podría aventurar que el andaluz es ahora más titular que Modric, aunque haya partidos para los dos.
Por último, el completo partido contra el Sevilla dejó al descubierto una situación que por lógica y sabida, en ocasiones no se valora lo suficiente. Todo lo que Lucas Vázquez sufre de lateral en la faceta defensiva, lo disfruta cuando se trata de atacar y llegar al área rival. El gallego, que lo está pasando mal en los últimos partidos por salir más de la cuenta en las fotos de los goles en contra, se mostró este domingo especialmente inspirado en sus incorporaciones ofensivas. Dio a Rodrygo el pase del tercer gol y participó también el cuarto con un penúltimo pase a Mbappé. Además tuvo un par de manos a mano con el portero sevillista. Una reivindicación en toda regla. Ya que Lucas no puede decirle a Ancelotti o al club que le gustaría jugar lo menor posible de lateral derecho, actuaciones como ésta le deben devolver parte de la confianza perdida.