Denis Suárez y su salida del Celta: "Lo peor ha sido el ataque constante, ponerme a parir, salir y contar mentiras…"

Tranquilo y relajado. Así recibe Denis Suárez a Relevo en la Ciudad Deportiva Dani Jarque, donde desde hace más de un mes se entrena junto a sus compañeros del Espanyol. Ese hecho, tan normal en el día a día de un futbolista, no lo pudo realizar en algunos meses de 2022 tras ser apartado por el presidente del Celta, Carlos Mouriño, aunque finalmente la AFE intervino y fue readmitido con el grupo. Su relación con la agencia que llevó al canterano del Celta Bryan Bugarín al Real Madrid le condenó a ojos del máximo mandatario, que rápidamente le instó a buscarse equipo o instalarse en la grada. No jugaría más con la camiseta celeste, y así fue.

El centrocampista, que logró salir el último día de mercado, no se muerde la lengua al explicar cómo ha sido esa etapa y cómo se sintió cuando, durante meses, estuvo completamente apartado. Suárez repasa todo lo sucedido desde el momento en el que se enteró de que no vestiría más la camiseta del Celta hasta su controvertida marcha de la entidad. Por el medio, muchos sucesos que marcan ya no solo su carrera, sino también su vida, y el cariño de los que fueron sus compañeros y entrenadores, con los que sí mantiene una buena relación.

Algo más de un mes jugando al fútbol, ¿qué se siente?

Sobre todo felicidad. Llevaba mucho tiempo sin competir, entrenando sabiendo que el fin de semana no iba a jugar. No es una situación fácil, pero al final me dejaron salir, algo que me sorprendió porque no me lo esperaba, y ahora soy feliz en Barcelona y en el Espanyol.

¿De julio a enero ha sido la peor etapa de tu vida?

A nivel futbolístico, sí, pero a nivel personal, no, porque lo que no se puede controlar no le presto la atención que me puede hacer dudar o estar mal con otras situaciones de la vida. Obviamente futbolística sí, porque no me dejaban competir y estuve mucho tiempo parado, pero intenté hacer otro trabajo que en el día no me lo permitía la competición para mejorar en otros aspectos y que la vuelta no fuese tan drástica.

¿En algún momento desde que acabó la pasada temporada pensaste que podrías volver a jugar?

Esa esperanza siempre la tienes y yo siempre lo dejé claro, a mí me hubiese gustado seguir en el Celta. No ha podido ser y a partir de ahí busqué la mejor solución para salir en el mercado de verano y no se dio. Entonces, no me quedó otra que esperar a que se abriese la ventana de enero.

¿Cómo era tu día a día durante esos meses en el Celta?

Mi día a día al principio era muy malo. Empezaba entrenando con el equipo, luego me apartaban y hacía un entrenamiento yo solo. Me ponían a una persona que se ocupaba de mí y yo lo único que hacía era correr. Yo luego peleé por mis derechos y logré conseguir que se me reincorporara al grupo y a partir de ahí fue todo más como un día a día normal.

Entiendo que a nivel psicológico tenía que ser una situación muy dura. ¿Pediste ayuda o te refugiaste en alguien?

Fue una situación diferente que no me había tocado vivir y de todas las cosas se aprende, de esta también. Me ayudó a ver el otro lado del fútbol y cuando me dejaron reincorporarme con mis compañeros me sirvió para ayudarles muchísimo, sobre todo a la gente que jugaba menos minutos. Al final, cuando eres jugador y juegas cada semana te das cuenta de que la gente que no juega lo pasa mal y me tocó vivir esa situación. Sobre todo el día de después de los partidos, cuando los que no jugaron tanto entrenaban, que es un entrenamiento difícil para el jugador y el entrenador, me sirvió para ayudarles.

¿Qué te decían tus compañeros en el vestuario?

Que ojalá me dejasen jugar. Obviamente ellos me veían en el día a día entrenando con ellos y me lo decían así. Tanto mis compañeros, como Coudet como Carvalhal, que para ellos era una putada que entrenase y que no pudiesen contar conmigo.

Coudet ya sabía la situación, pero Carvalhal se la encontró nada más llegar. ¿Qué te dijo?

Cuando llegó hablamos los dos, sabíamos la situación que había y él sabía que para él era incómodo y para mí también, pero intentamos llevarlo de la mejor forma posible y al final me quedo con las palabras que me dijo cuando me despidieron y me vine al Espanyol.

¿Qué te dijo?

Que muchísimas gracias por el día a día que le había dado a él, al cuerpo técnico y a los jugadores, que siempre había aportado, nunca había tenido una mala cara o un mal gesto, siempre ayudando al que tocaba y al final lo más grande que te puedes llevar de un vestuario es el respeto, tanto de tu entrenador como de tus compañeros.

Volviendo al inicio de todo. Mouriño reveló todo una tarde de hace año y medio frente a un centenar de padres. ¿Cómo te enteras tú de la decisión que había tomado?

Yo me entero cuando llego a casa y me llama Iago para contarme la situación y lo que había pasado. Ahí me entero yo realmente.

¿Cómo era vuestra relación hasta ese momento?

Con el presidente mi relación siempre fue buenísima. Yo desde que me fui, de hecho, cuando volvía en vacaciones me pasaba por A Sede para saludar a Antonio y al presidente. Siempre fue una relación de cariño.

A los pocos días hablasteis sobre el tema. ¿Cómo fue esa conversación?

Fue una conversación un poco tensa. Yo nada más llegar y verle me dijo que trajese una oferta, que me buscase un equipo porque no me quería ver delante. Yo le intenté explicar mi situación, decirle que yo no tenía nada que ver. Si el problema eran mis agentes, cualquier cosa relacionada conmigo se hablaría conmigo, pero también le dije que una persona debe decidir por sí misma que gente quiere tener a su lado y que no. Yo los agentes que llevo toda la vida con ellos no los quería dejar de lado porque una persona decida que debía estar con una persona o conmigo. Ya lo he explicado muchas veces, a mí mi padre no me tiene que decir quién debe ser mi pareja o mis amigos. Son cosas paralelas que se pueden separar.

¿Qué es lo que más te ha dolido de todo este embrollo del último año y medio?

El ataque constante, semana tras semana, convocar ruedas de prensa para ponerme a parir sin ningún tipo de sentido, salir y contar mentiras diciendo que yo voy en contra del club, que llegue el mercado de verano y se digan mentiras de que no salgo porque no he aceptado ninguna oferta, lo cual es mentira y ya lo he contado. La única oferta que tuve era la del Sevilla, que había llegado a un acuerdo con el Celta por un intercambio de Óscar por mí y no se dio porque el Sevilla tenía el límite salarial copado. No había vendido ni a Koundé y cuando lo hiciese tenía que firmar centrales. Luego, hubo una opción del Betis que yo se la propuse al club, no el club a mí, que luego cuando el Celta entabló conversaciones con ellos les pidió a Rui Silva a cambio. Es una situación ilógica que no se iba a dar nunca. Un portero recién firmado con tres o cuatro años de contrato no iban a hacer un intercambio por un jugador que tú has puesto a parir públicamente durante una temporada y que tenía en ese momento un valor cero. Se dijo también que si yo había rechazado una oferta de Arabia Saudí y es mentira, nadie presentó esa propuesta. El único del club con el que yo hablaba era Luis Campos y lo hablamos desde el primer día, yo quería seguir en Europa y si me llegaba una oferta de las cinco grandes ligas la valoraría y la aceptaría, pero no llegó absolutamente nada. Los clubes sabían de mi situación y ninguno estaba dispuesto a pagar absolutamente nada, como es lógico después de devaluar a un jugador durante un año y medio.

¿Ha mentido entonces Mouriño?

Obviamente esas cosas que dijo públicamente son mentira. Yo le insté a que sacase esas supuestas ofertas que se me habían pasado. Es mentira y es tan fácil como llamar a Sevilla y Betis y preguntar cómo se dio la situación.

En su momento, el presidente equiparó tu caso con el de Santi Mina. ¿Cómo te sentó eso?

No, no me dolió. Hizo una rueda de prensa para hablar de dos casos diferentes. De mí estuvo hablando media hora y de Santi habló dos minutos. No me dolió, hay que saber separar las cosas.

El club te despidió con un comunicado con una frase, mucho más frío que con cualquier jugador que se haya ido en los últimos años. ¿Te dolió?

No le di importancia al comunicado de despedida. Yo sé lo que he vivido allí dentro, lo bueno y lo malo. De lo malo me da para un libro, de lo bueno para dos porque han sido muchas cosas buenas, mucho cariño de mis compañeros y de la gente que está en el día a día de la ciudad deportiva. Es un simple comunicado sin importancia.

En aquel entonces, la agencia (Intermedia) llevaba a unos cuantos jugadores del Celta, pero semanas después el club señalaba que solo quedabas tú. ¿Es eso cierto?

No es cierto y de hecho hay jugadores que pertenecen a la agencia y terminan su vinculación en los próximos meses. Al final cada jugador decide por sí mismo, yo tengo una relación muy estrecha con mis agentes, que me llevan desde que tengo trece años. Son los mismos que ayudaron al club en su momento cuando me vendieron al Manchester City, los mismos que en su momento cuando el Barcelona llegó a un acuerdo con el Valencia bloquearon esa salida e hicieron todo lo posible para que volviese a mi casa... Yo, sinceramente creo que en esta vida hay que ser agradecido con la gente con la que has convivido durante muchísimos años y hay que saber separar situaciones. Que una familia de un niño de 12 años decida no seguir en un club e irse a otro lado es una decisión muy personal y no tiene que explotar todo. Y vuelvo a reiterar, yo a Bryan Bugarín no lo he visto nunca en persona, sé quién es pero no conozco a su familia ni a él y cualquier vínculo que intentasen crear es totalmente mentira.

¿Ganaste dinero por la marcha de Bryan Bugarín al Real Madrid?

(Se ríe). Es que eso es... Prefiero no hablar de eso porque me parece una tontería.

¿Has intervenido en alguna negociación de Intermedia?

(Se ríe de nuevo). En ninguna.

¿Crees que había otro problema de fondo?

No lo sé. Yo he llegado a pensar que era un problema económico, que no estaban contentos con el contrato que se me había hecho. Yo sé que el Celta hizo un gran esfuerzo para que yo volviese, pero yo también hice un esfuerzo importante para volver a casa, no solo a cosas económicas, sino también deportivas muy importantes. Es algo mutuo, pero no sé si ha influido o no, no tengo constancia de ello.

¿Cómo es tu relación actual con el presidente Mouriño?

No hay ninguna relación.

¿Se ha portado mal contigo?

Él tendrá sus motivos, yo no soy una persona rencorosa. Él defiende lo suyo y yo lo único que he defendido es a unas personas con las que llevo toda la vida y con las que no estaba dispuesto a separar mi vínculo porque va más allá de lo profesional. Él tiene una perspectiva y también creo que se le ha intoxicado mucho desde dentro del club con temas que no son verdad, pero al final cada uno se fía de la gente que tiene a su lado.

¿Consideras que has sido desleal con el Celta?

No, para nada.

Tu salida no fue nada sencilla hasta el último minuto. ¿Qué pasó los últimos quince días de enero?

Yo pensaba que no iba a salir. Recibo una llamada de Luis Campos el 13 o 14 de enero para preguntarme cómo estaba mi situación. Le dije que nadie hablaba conmigo y me comentó que él creía que si yo encontraba un equipo y renunciaba al salario que me quedaba por cobrar, le dije que me diese una semana para encontrar algo porque la mayoría de los clubes se piensan que no me dejáis salir. Es ahí cuando aparece lo del Espanyol y yo le doy mi palabra a Diego Martínez de que si salgo vendría aquí. En los últimos días el Celta no estaba por la labor de dejarme salir a un rival directo como el Espanyol y aparece el Sevilla de por medio, que me entero porque me llama Monchi para decirme que tiene un acuerdo cerrado con el Celta para dejarme salir y que solo falta un acuerdo entre nosotros. Me sorprende porque nadie del club me lo había comunicado y es ahí cuando hablo con el Espanyol y les comento la situación porque ellos tenían mi palabra de que quería jugar aquí. Al final se alargó unos días más pero acabaron cediendo porque yo quería venir aquí.

La próxima semana te enfrentas al Celta. ¿Te apetece ese partido?

Me apetecen todos los partidos. Tengo unas ganas de jugar que ni te imaginas. Contra el Celta y mis compañeros será un partido especial, un poco extraño porque son mis compañeros de muchos años. Estamos peleando por lo mismo, va a ser un partido muy disputado y yo le deseo lo mejor al Celta y ojalá siga en esta racha de partidos en los que solo ha perdido con el Atlético de Madrid, pero nosotros ojalá le ganemos.

¿Temes que el público de Balaídos te silbe cuando juegues allí en próximas temporadas?

No lo sé, no es algo en lo que esté pensando. Yo he recibido mucho cariño de la afición, tanto cuando he jugado como cuando he ido a ver los partidos esta temporada o por la calle. Nunca he recibido una mala palabra.

¿Qué les dirías a los aficionados que te han criticado todos estos meses?

Que al final cada uno es libre de sus valoraciones y yo lo que puedo decir es que mientras he estado en el Celta he dado todo por el club, he intentado dar el máximo de rendimiento, a veces no he llegado a mi mejor nivel y otras sí, pero lo he dado todo por el club y a mí me hubiese gustado estar muchos años allí. A la gente le estoy súper agradecido por el cariño.

¿Ves alguna opción de regresar en algún momento al Celta?

En el fútbol y en la vida las cosas dan tantas vueltas... Ojalá, no te puedo decir otra cosa que ojalá.

Imagina que un gol tuyo en el último partido de Liga salva al Espanyol y desciende al Celta. ¿Cómo crees que te sentirías 5 segundos después de marcarlo?

Mejor no pensar en eso y que en la última jornada los dos estemos entre los diez primeros.

Y ahora, al Bernabéu.

Cada partido en el Bernabéu es un partido complicado. Tenemos que afrontarlo como lo hacemos aquí, tenemos un equipo que es de un nivel altísimo y creo que podemos ganar en cualquier campo. Vamos con la intención de ganar, pero sabiendo de la dificultad de jugar contra el actual campeón de Champions y de Liga.

¿En verano pones rumbo a Villarreal?

En verano termino contrato, quedo libre y no sé qué va a pasar. Te puedo decir que aquí estoy contento y feliz y lo único que quiero es hacer cuatro grandísimos meses para dar mi mayor rendimiento y que el Espanyol tenga ganas de que siga.