Benzema manda saludos a Deschamps y Courtois, al Balón de Oro

Courtois y Benzema, resucitados tras el Mundial, fueron los mejores en un partido tan frío como raro. Tanto, que en la mitad de la primera parte, en la que Ancelotti pidió un penalti por mano después de una buena cabriola de Ceballos, la noticia fue ni más ni menos Cristiano. Mientras el Madrid se estrellaba con la organizada defensa de Pacheta, el portugués hacía oficial su fichaje en Arabia Saudí. Bien le hubiera venido un delantero como él al equipo blanco para abrir antes la lata del Valladolid.

Benzema metió el penalti que desatascó un buen enredo y luego, con uno más por roja a Sergio León, sentenció gracias a una carrera imparable de Camavinga. Francia a estas horas se tira de los pelos. Vinicius siempre pareció el hombre más peligroso de Ancelotti, pero esta vez estuvo muy bien vigilado. Ellos, como siempre, protagonizarán con sus sonrisas las portadas en estas horas. Pero no se olviden de Courtois. Fue la verdadera estrella con otras dos manos salvadoras que mantuvieron a su equipo en pie en busca de otra agónica victoria.

El día que el Madrid ató su fichaje comenzó a ganar buena parte del futuro. Es una delicia ver al belga amargar a los rivales con sus intervenciones. En Valladolid regaló otra exhibición. Fue clave en dos momentos decisivos. Uno, tras una rosca preciosa de Aguado. Y otro, como respuesta a un gran cabezazo de Sergio León. El guardameta a veces se molesta cuando en esas galas versallescas que reparten premios le preguntan por sus posibilidades de ganar un día el Balón de Oro. Y lleva razón. Bastante educado nos contesta. Nos hemos acostumbrado a repartir siempre los méritos entre los artistas que deciden los partidos a base de goles y obviamos otros oficios tan determinantes y las paradas. Él tiene para armar una buena colección. 

No se puede hacer más con menos. El técnico fue uno de los verdaderos artífices de que el Madrid no estuviera nada cómodo en Zorrilla. Supo sujetar a Kroos, cerrar las autopistas para Valverde y vigilar bien a Vinicius con un dos contra uno en banda que llegó a agobiarle. Por algo Iván Sánchez, cuya solidaridad en defensa fue encomiable, se marchó ovacionado. Es muy meritorio confiar tu centro del campo en Roque Mesa y tu delantera en Sergio León con lo que les ha costado asentarse como indiscutibles en Primera. El Valladolid, en base a su pizarra, fue ganando confianza con el paso de los minutos hasta desplegarse con brío hasta las barbas del portero belga. Acabó desfalleciendo por un penalti muy protestado y una expulsión. Sin embargo, sería justo aplaudir a un entrenador que saca petróleo a veces de donde no lo hay.

El alemán, siendo bueno siempre, es mucho menos como pivote que como interior. Le gusta menos ese oficio, sufre más y toca menos el balón. Sin Tchouameni se vio obligado a hacer de tapón y nunca se le vio pasarlo bien. Lo suyo no es hacer cientos de coberturas, si no más bien ayudar a Modric a buscar las costuras del rival. Ceballos le echó una mano siempre en la salida de balón. A Valverde le costó bastante más encontrar su sitio. Y el Madrid lo pagó durante buena parte de la noche. La salida de Camavinga en el tramo final le dio aire y, gracias a él, el centrocampista teutón también empezó a mostrar su mejor fútbol. El potro francés fue un ciclón que garantiza un porvenir con buenas noticias en ese centro del campo.

Nunca la manida frase "siempre se van los mejores" se ajusta mejor al doloroso presente que vivimos. Se fue Pelé y Zorilla guardó un minuto de silencio conmovedor, a sabiendas de la altura del personaje al que acabamos de despedir. Vinicius rezaba al cielo, Rodrygo se emocionaba recordando la figura de su compatriota y un servidor, que se ha zampado todos los vídeos de O'Rei y sus hazañas contadas por mi padre, maldije cuando vi de pie, con un claro gesto de respeto, a Ronaldo. Siempre que le veo de corbata me dan ganas de tirarle un balón. Es el alumno más aventajado de Pelé de todos los que siguen entre los vivos. No dejo de fustigarme por no haber podido disfrutar más tiempo de magos como ellos. Sobre todo ahora, que regatear está mal visto y se premio tanto la robotización del futbolista.

Vamos a ver las consecuencias de un parón en mitad de la temporada por el Mundial. Al igual que pudimos asistir a una cita internacional con los jugadores en plena forma, habrá que analizar las lesiones y bajones que van a tener los futbolistas en un momento clave del curso. Entre enero y febrero el personal se juega las habichuelas en Liga, Copa, Supercopa y competiciones europeas. Y en este partido, como en muchos otros que vendrán, ya se vieron calambres y achaques al cuarto de hora del segundo tiempo... Se fueron en el 60' Escudero y Roque Mesa tiesos, Carvajal fundido y hasta Asensio, que es el jugador más en forma en estos momentos, según los datos que maneja el cuerpo técnico. Si en estas circunstancias ya no juega Hazard, uno cree que, de aquí hasta que lo malvendan, lo hará en la Copa y poco más. Han perdido la fe en él hasta los que le defienden porque al menos es un buen chaval.