Aston Martin y Fernando Alonso pierden fuelle en el ecuador de la F1 2023: "Es un baño de realidad, pero vamos a mejorar"

La foto del orden de llegada de la carrera de Hungría este domingo no puede ser más sintomática. Dentro de la parrilla hay dos grupos de equipos, los cinco que pelean por podios -las victorias son solo cosa de Red-Bull- y los cinco que ambicionan con arañar algún punto cuando los primeros fallan. En Budapest no lo hicieron y Red Bull, Mercedes, McLaren, Ferrari y Aston Martin bloquearon el top 10. Pero la realidad para el equipo de Fernando Alonso ya no es la que era al inicio de temporada, donde encadenó seis podios en ocho carreras.

Aston Martin completó un salto hacia delante de un año a otro sin apenas precedentes en la historia de la Fórmula 1. Ya en pretemporada atrajo las miradas de todo el paddock. Y en la primera carrera de Baréin confirmó lo que había dejado entrever: su AMR23 había nacido con mucho ritmo bajo el capó en manos de Fernando Alonso.

El asturiano completó un inicio de año como no conseguía desde la época gloriosa con Renault, cuando logró sus dos títulos mundiales. Incluso acarició con los dedos la ansiada victoria 33 en las calles de Mónaco. Pero el pasar de las carreras y la llegada de los paquetes de mejoras de sus más directos rivales (Mercedes, Ferrari y McLaren) ha dado un giro casi completo a la situación.

En Hungaroring, este fin de semana, Alonso y Lance Stroll cerraron el top 10 con sus monoplazas, lejos en todo momento del ritmo de los que pelearon por el podio y solo relativamente cerca de los Ferrari, que han perdido fuelle en las dos últimas carreras.

El segundo puesto en el Mundial de constructores, que defendieron con brillantez, sobre todo por las actuaciones del piloto español, se les escapó en el GP de España y ya ceden 39 puntos con Mercedes. Por detrás tienen a Ferrari a 17.

El principal problema que ha tenido Aston Martin hasta la fecha es que Lance Stroll no ha sido capaz de sacar provecho del nivel del coche en las primeras ocho citas de la temporada, muy lejos del ritmo de Alonso. El canadiense logró su mejor resultado en Australia (cuarto), pero su posición media en meta es 8º-9º en las nueve citas que ha acabado. En cambio, la posición media del español es un cuarto puesto y no ha abandonado una sola carrera. Además, es el único piloto de la parrilla que disputado todas las Q3 en clasificación de esta temporada.

En el equipo no son ajenos a esta caída de rendimiento y después de reconocer tras el GP de Gran Bretaña que no estaban ofreciendo las mismas prestaciones que en primavera, en Hungaroring han sido mucho más tajantes. "Es decepcionante, sí, pero también es un baño de realidad. Llevamos un par de carreras donde pensábamos que era algo específico de la pista y que seríamos rápidos aquí, pero no lo hemos sido. Demuestra que no estamos donde estábamos y otros equipos nos han superado. Hay que ser sinceros con nosotros mismos y 70 segundos después de 70 vueltas es el tiempo que tenemos que mejorar.No hay manera de esconderse y hay que mejorar el coche", reconoció Mike Krack, jefe de equipo, tras la cita en Budapest.

Ya no solo es Mercedes, el renacer de McLaren, tras introducir la primera parte de un completamente renovado MCL60 en Silverstone, han confirmado estos días que lo suyo no es flor de un día y que el monoplaza está ahora para competir por el podio de manera regular. Ferrari, aunque en el filo de la navaja por un monoplaza que nació a contrapié y por decisiones controvertidas en el muro de boxes, es también una amenaza a ese tercer puesto en el Mundial.

"Creo que otros han desarrollado el coche más rápido que nosotros. A principio de temporada dije que estábamos compitiendo con equipos muy fuertes en la carrera de desarrollo y no somos suficientemente rápidos. Tenemos que mejorar en este aspecto para recuperar posiciones. La diferencia no es muy grande, pero hay mucha gente ahí que te hace acabar 9º en carrera. Lo siento por los pilotos que dan el máximo; trabajaremos muy duro para mejorar", prosiguió Krack su análisis.

"No miramos a 2024, tenemos que elevar el listón con este coche. Las regulaciones son estables y siempre hay cosas que se podrán transferir al coche del año que viene. Tendremos que trabajar duro para poder adelantar a algunos coches que están ahora delante".

El análisis del ritmo de carrera y de clasificación no habla de un paso atrás de Aston Martin, que ha llevado mejoras de manera continua, pero sin grandes paquetes de actualizaciones, sino de un importante paso adelante de sus rivales. El equipo de Silverstone sigue en torno a las cuatro décimas a una vuelta de Red Bull y en carrera, alrededor de las seis-siete décimas de media. Y esta es la batalla de actualizaciones de la que Krack avisó en abril y en la que Aston Martin partía con cierta ventaja hasta el 31 de junio gracias al reparto de las horas de desarrollo aerodinámico (túnel de viento y simulaciones) con las que contaba por su resultado en 2022. Pero desde el pasado 1 de julio, el reseteo del reparto de horas y unidades de trabajo le ha igualado con sus rivales directos.

"Hemos caído en rendimiento y no hay duda de que estamos sufriendo estas últimas carreras. Estamos trabajando duro, es el momento de apretar los dientes e intentar comprender lo que le está pasando al coche, recuperar lo bueno que teníamos y que ahora no está y retener lo que sí hemos mejorado. Se va a cumplir el ecuador del campeonato, que ha sido sobresaliente a pesar de las últimas dos carreras. Intentaremos revertir la situación en la segunda", apuntó Fernando Alonso este domingo.

Pero Aston Martin no tira la toalla. Han cumplido con creces en la primera mitad del año. Nadie les esperaba. Nadie daba un duro porque el equipo que celebrara entrar en el top 10 en 2022, se metiese de lleno en la batalla por el subcampeonato apenas unos meses después. Y por delante aún tienen 11 carreras para coger un poco de aire e ir pensando en 2024 y en un monoplaza, que ya está en las mesas de diseño, con el que aspirar a todo.