Mikel Landa, la adicción a los puertos duros y el secreto para mandarlo todo a la mierda: "No sé cuánto me queda"

Vitoria.- Uno ya pierde la cuenta con las veces que ha escuchado hablar del 'landismo', de esa forma única de entender el ciclismo, pero claro, llega el protagonista, el culpable involuntario del término, y con tan solo un ataque camino a los Lagos de Covadonga levanta de los asientos a miles de espectadores en sus casas, por no hablar de los que vociferan en las cunetas del icónico puerto asturiano.

Mikel Landa es ciclismo de otra época, y la gente no solo lo sabe, sino que lo disfruta. El alavés, quinto en la clasificación general de La Vuelta a España, vive una segunda juventud en su año de debut con el Soudal Quick-Step —ahora T-Rex—, equipo donde comparte filas con Remco Evenepoel, a quien sirvió de gregario, con éxito, durante el pasado Tour de Francia.

Antes de poner el broche al curso, su primero a las órdenes del controvertido Patrick Lefevere, Landa sueña con el podio en La Vuelta, algo que nunca ha conseguido hasta la fecha. "Es mi gran objetivo ahora mismo", confiesa en una charla con Relevo y otro medio nacional justo antes de que la carrera discurra por las carreteras de Álava.

Sí, es verdad, aunque mirándolo con perspectiva, quizás no sea la mejor etapa para mí, menos aún estando ahí metido en la general. Yo creo que va a ser un día para la fuga y los de atrás creo que pensaremos más en la que se nos viene el fin de semana. Aun así, sin duda será un día especial para mí. Estoy seguro de que voy a poder disfrutar de muchos amigos y familia por las cunetas.

Sí, en Picón Blanco ya gané una vez, aunque fuese en la Vuelta a Burgos, y los recuerdos positivos siempre te motivan un poco más. Es una etapa durísima. Va a ser un día en el que subiremos todos los puertos de la zona [Las Estacas de Trueba, La Braguía, Alto del Caracol, Portillo de Lunada, Portillo de la Sía, Puerto de Los Tornos y Picón Blanco], que los conozco bastante bien, porque los he hecho alguna que otra vez entrenando, y es una etapa que me motiva especialmente. Creo que va a ser la más dura de La Vuelta.

Sí. Bueno, creo que entre la de Granada y ésta andará la cosa. No sé cuál de las dos será más dura, quizás ésta por estar más cerca del final, pero vamos, que si no es una es la otra.

Buah [sonríe], la verdad que es algo difícil de explicar con palabras. Entras en trance, como en una especie de burbuja, un bucle de ruido y ánimos, y por momentos te olvidas de lo que te queda, olvidas el sufrimiento. Luego también hay momentos en los que deseas que te empuje todo el mundo [ríe]. No sé, es una sensación que hay que vivirla. Es difícil de explicarlo con palabras.

Totalmente. Es algo que gusta mucho, al menos a mí. Ese estado de euforia con tanta gente animándote al mismo tiempo hace que te olvides de todo.

Sí, pero las piernas del Tour eran otras. Aquí el objetivo era estar en el podio, mientras que en el Tour era ayudar a Remco [Evenepoel], y la verdad es que, con casi toda La Vuelta ya a nuestras espaldas, bueno, puedo decir que no estamos lejos, pero tampoco cerca. Nos queda luchar estos días que quedan y con esperanzas, por qué no, de poder conseguirlo.

Sí, la verdad es que la clasificación está muy apretada y parece que se va a decidir por segundos, así que yo creo que algún movimiento desde lejos podría favorecer a más de uno. Seguro que si sucede algo así habrá estrategias, habrá aliados y todo el mundo tratará de tirar para adelante.

Bueno, es bueno que se hable de nuevos talentos, de corredores jóvenes que van llegando y que más que futuro diría que ya son presente de nuestro ciclismo. Por suerte, Enric y yo también seguimos ahí, incluso él planteándole cara a Roglic. Es bonito. Al final, no somos Contador, Purito o Valverde, pero bueno, creo que todavía estamos entre los mejores.

Siempre comentas un poco, cómo has visto a este, cómo has visto al otro. Al final, sabemos que está muy difícil. Salvando a Roglic, O'Connor tiene una renta muy buena a su favor y es un corredor duro. Habrá que ver, pero creo que en los días que quedan tienen que pasar cosas.

No es lo que mejor me va, no. En el Tour, por ejemplo, las etapas de montaña fueron más de encadenados y sí me fue bastante bien. Aquí en La Vuelta tenemos etapas de finales más explosivos y de menos desgaste durante el día, y eso es algo que a mí no me acaba de venir bien, me toca siempre sufrir al final [ríe].

Sí, desde que salió el recorrido supe que era el Mundial que mejor se adaptaba a mis características de los últimos años y aunque solo haya tres semanas desde el final de La Vuelta, quiero ir. Además, España tiene un bloque competitivo, así que voy a ir con muchas ganas.

Bueno, después ya veremos si tengo fuerzas para hacer Lombardía [ríe].

Bueno, a ver, estoy muy a gusto aquí. Desde que llegué he encontrado un grupo de gente muy maja, la verdad es que me han acogido muy bien y estoy disfrutando mucho de la bici, así que sí, de momento es el candidato número uno.

Más allá de lo que vemos como ciclista, es un chico muy cercano, muy normal, aunque bueno, podríamos entrar en qué es eso de ser 'normal'... Es un chaval muy simple, que tiene facilidad para conectar con la gente, que hace por hablar tu idioma o al menos intentarlo con el italiano [ríe]. Una persona que, en definitiva, da pie a una relación muy cercana.

Bueno, no sé, la verdad es que no se ha vuelto a oír mucho de eso, pero yo lo que te puedo decir es que tengo contrato aquí y difícilmente lo romperé.

Ni idea, de momento uno más [ríe]. Acabaré el contrato que tengo en vigor y si luego sigo teniendo las mismas ganas que este año, pues seguiré, pero no sabría decirte ahora mismo si un año, dos... ¡o medio!

La verdad es que me suelo traer siempre algún libro para leer, pero entre los traslados de esta Vuelta, que están siendo bastante largos, el masaje y demás, me estoy quedando con poco tiempo para aburrirme, así que solo estoy leyendo después de cenar, justo antes de irme a dormir.

Ahora mismo con uno que... [ríe] Se titula 'Cómo mandar a la mierda de forma educada'.

No, no, en general... ¡Es algo que nunca viene mal! [Ríe] Lo estoy leyendo, pero ya te digo, ahora mismo me está costando, porque no estamos teniendo mucho tiempo y sacar ese ratito para concentrarse no es sencillo.

No, no [ríe]. Me pareció un título muy directo e interesante y dije, por qué no. Y eso que a mí me suele gustar más leer libros de ciclismo de otras épocas. Si te digo la verdad, son los libros que más leo durante el año.