Unos vecinos de Plasencia acuden al rescate de Mikel Landa para que pueda tomar la salida en la etapa de La Vuelta
El autobús de su equipo se averió y los habitantes del pueblo les abrieron sus casas.
La Vuelta tiene siempre imágenes para el recuerdo. A nivel deportivo, por supuesto, el de esas victorias agónicas en una de las míticas cimas de la carrera, un triunfo al sprint que se resuelve por milésimas, cualquier 'pajarón' de uno de los grandes ciclistas del pelotón.... La lista puede ser interminable. También las de los distintos paisajes y rincones por los que pasa la cita y que dejan instantáneas bellísimas del panorama nacional. Y por último, las anécdotas.
Este martes tuvo lugar una que aunque no tuvo importancia en el devenir final de la carrera, sí pudo haber marcado un antes y un después en la misma. Ocurrió minutos antes de que los ciclistas tomaran la salida en una etapa que muchos tenían marcada en rojo por terminar en Pico Villuercas, el primer final en alto de la carrera y donde los favoritos marcarían las primeras diferencias.
Entre ellos está un Mikel Landa que llega a la cita como jefe de equipo de Soudal tras hacer un gran Tour de Francia en el que ayudó a llegar al podio a su compañero Remco Evenepoel y que él mismo terminó en la quinta plaza. En la ronda española aspira a estar en el cajón, aunque tras la primera contrarreloj en Lisboa ya cede unos segundos importantes con Primoz Roglic y el resto de favoritos.
La salida de la etapa estaba fijada en Plasencia. Y hasta la localidad extremeña, los equipos se desplazaban en sus respectivos autocares. Dio la casualidad de que el de Soudal se estropeó cuando iba de camino hacia la línea de salida, dejando a sus corredores 'tirados'. El conjunto belga los repartió en diferentes vehículos para llegar a tiempo a la línea de salida, aunque iban con lo puesto.
At least we keep a big smile on our faces after everything that has happened 😁#LaVuelta24 pic.twitter.com/QhCr7hi4GS
— Soudal Quick-Step Pro Cycling Team (@soudalquickstep) August 20, 2024
Hay que recordar que los autobuses de los equipos que conforman el pelotón internacional son auténticas casas rodantes. En ellos, los corredores, se relajan, reciben atención de los fisios, pueden comer y beber, tienen charlas con sus directores, acuden al baño si tienen alguna necesidad e incluso pueden ducharse. En definitiva, salen listos para subirse a la bicicleta y empezar a rodar.
En el bus averiado y los ciclistas ya en Plasencia, los vecinos del pueblo no dudaron en abrirles las puertas de sus casas para que pudiesen cambiarse de ropa, asesarse o hacer sus necesidades si así lo deseaban. Poco después, todos estaban listos para comenzar una etapa en la que Mikel Landa llegó con el grupo principal de favoritos. Un pequeño susto que acabó en anécdota.