Yo jugué contra Nadal en Roland Garros: "Veía la cancha chiquita como una mesa de ping pong y a Rafa como un gigante"
Tenistas y extenistas reviven la experiencia mística de haber estado enfrente de Nadal en la Philippe Chatrier. "Sientes que es impenetrable", dice Djokovic.
Guga Kuerten, la última leyenda de la tierra batida antes de la aparición de Rafael Nadal, suele bromear cuando está por Roland Garros con la nave espacial en la que viaja el tenista español. "Me pregunto dónde aparca la nave espacial, porque no es de este mundo", dice el triple campeón en París. El gran John McEnroe dijo una vez que "vencer a Nadal al mejor de cinco sets en tierra es como lamerte el codo… ¡imposible!", mientras que Guillermo Vilas llegó a asegurar que había que "crear a una persona de forma artificial" para que alguien pudiera tumbar a Nadal en Roland Garros.
Esas tres frases son apenas tres anécdotas de las muchas que explican la especial relación de Nadal con Roland Garros, un torneo en el que ha ganado 14 títulos y en el que apenas ha perdido cuatro de los 116 partidos que ha disputado. Eso es un 96,5% de triunfos en un lapso de dos décadas, con un 100% de victorias en finales. Sin embargo, ni Kuerten ni McEnroe ni Vilas llegaron a enfrentarse a Nadal en la arcilla de Roland Garros. ¿Qué han sentido los tenistas al estar ahí, en la inmensidad de la Philippe Chatrier, con semejante monstruo enfrente?
Los que mejor pueden responder a esa pregunta son sus víctimas. Nadal, que se ha retirado esta semana en Málaga, se ha enfrentado en total a 74 tenistas diferentes y les ha ganado a todos, porque las tres únicas personas que han conseguido vencerle en su feudo han sido Novak Djokovic (8-2 gana Nadal en el cara a cara), Robin Soderling (3-1 para el español) y Alexander Zverev (1-1). De los otros 71, apenas dos lograron forzar un quinto set: Isner en 2011 y Aliassime en 2022. Lo suyo ha sido una superioridad insultante, algo prácticamente imposible de igualar. Desde que ganó su primer partido ante Lars Burgsmuller allá por 2005 hasta que se despidiera frente a Zverev en la primera ronda de 2024.
"Todos rezábamos para no toparnos con él. Nos decíamos: '¿Te imaginas que al final, después de dos sets, todavía no te has anotado ni un juego?'"
"Jugué contra él cuando ni siquiera podía caminar por el problema el pie. Iba con el pie anestesiado. De hecho, le vi al día siguiente y estaba con muletas. No podía caminar", relató hace unos meses el propio Ruud durante una exhibición sobre su experiencia en Roland Garros contra Nadal. "Aunque perdí mal (6-3, 6-3 y 6-0), en realidad estaba pensando la noche anterior: 'Nunca se sabe, tal vez esté tan lesionado que ni siquiera pueda caminar, tal vez si hay un año en el que alguien pueda sorprenderle puede ser este'. Todos sabíamos que estaba lesionado, pero nos ganó a todos".
El noruego recuerda perfectamente esa sensación de impotencia. "No voy a decir que su táctica sea simple, pero simplemente te atrapa en el revés. Y al final no hay nada que puedas hacer. Lo hace demasiado físico. Para ganar un punto, sientes que tienes que golpear todo el rato un ganador desde aquí arriba (señala sobre su cabeza en el revés). Puede golpear esa derecha con top spin con los ojos vendados".
Eso que sintió Ruud lo vivieron en sus propias carnes muchísimos tenistas. "Aquel partido en la Chatrier lo recuerdo perfectamente. La cancha es inmensa, pero yo la veía tan chiquita como una mesa de ping pong. Veía la cancha chiquita, chiquita y a Rafa como un gigante.No le podía hacer un punto, fue terrible", cuenta a Relevo Horacio Zeballos. El argentino se enfrentó a Nadal en la segunda ronda de 2010 y cayó por 6-2, 6-2 y 6-3.
"No hay nadie que se acerque remotamente al juego de Nadal en tierra"
Otro argentino, Diego Schwartzman, consiguió hacer más partido las veces que se midió al gigante en Roland Garros. De hecho, jugó tres partidos y ganó dos sets, algo que ya de por sí tiene mérito. "Rafa es imbatible aquí, lo dicen los números. Siempre encuentra la forma de escaparse y de ganar. Espero que el próximo año no me toque por su lado en el cuadro", dijo en 2021, resignado después de perder en semis de 2020 y en los cuartos de 2021 con el balear. Y es que nadie, ni el más osado, quería ver a Nadal por su lado del cuadro.
Hasta Moyà, su actual entrenador, lo sufrió
"Antes del sorteo del cuadro, todos rezábamos para no toparnos con él. Nos decíamos: '¿Te imaginas que entras en la pista central y al final, después de dos sets, todavía no te has anotado ni un juego?'", decía hace unas semanas Jo-Wilfried Tsonga. Por suerte para él, nunca llegó a experimentar aquello. El último francés que le arrebató un set a Nadal en París fue Paul Henri Mathieu y fue en el año 2006.
Al año siguiente, en 2007, uno de los que le sufrió fue Carlos Moyà, el que acabó siendo su entrenador. "A mí Rafa no me intimida", dijo en las horas previas. El exnúmero uno y campeón en la arcilla de París se llevó un 6-4, 6-3 y 6-0 en cuartos de final. "Es una situación en la que se hace grande la pista y se hace grande él", recuerda ahora en una conversación con Relevo. "Si no me equivoco, ha perdido cuatro partidos en su carrera ahí. Eso te hace ver la magnitud de la tarea que es ganarle ahí cuando él está en condiciones decentes. Cuando él llega ahí, no es que se transforme, pero su nivel sube automáticamente".
De eso puede dar buena cuenta Djokovic. El serbio ganó a Nadal en los cuartos de final de 2015 y las semifinales de 2021, pero el español le superó en los otros ocho duelos, incluidas tres finales y otras tres semis. "Jugar contra Rafa en Roland Garros es probablemente uno de los mayores desafíos que puedes tener en el circuito", dijo el actual número uno durante el último torneo de Roma. "Todos conocemos su récord allí y probablemente he sido el jugador que más veces se ha enfrentado a él en esa pista".
"La pista es más grande, hay más espacio y eso afecta mucho visualmente al juego. Hay momentos en los que está bien posicionado, con ritmo, sin cometer errores y sientes que es impenetrable, como un muro. Es un atleta increíble y enfrentarse a él en Roland Garros es un desafío único", abundaba Djokovic.
El serbio se las ingenió para doblegar a Nadal en París, algo que Federer nunca pudo lograr. El suizo se enfrentó seis veces al español, en cuatro finales y en dos semifinales, y ni siquiera le llevó una vez al quinto set. Su última derrota fue en las semifinales de 2019 y dejó una frase para el recuerdo después. "No puedo encontrar nadie tan bueno como Rafa para entrenarme", dijo sonriendo. "Es increíble cómo juega desde lo más profundo de la pista y luego se recupera en la línea de fondo. No hay nadie que se acerque remotamente al juego de Nadal en tierra". Palabra de Roger.
El problema con Nadal empezaba antes del partido
Una de las señas de identidad de Nadal era su ritual en el túnel de vestuarios antes de los partidos. Ahí, cuando quedaban minutos para la batalla, el balear intimidaba a sus rivales corriendo, calentando. Presencia. Aquí estoy yo, este es mi jardín, les decía con sus gestos. Imposible de olvidar es la imagen de Ruud instantes antes de salir a la pista para la final de 2022.
El noruego aguarda como un animal camino del matadero. Se le ve nervioso. De repente, detrás de él, aparece su rival. Es Rafael Nadal, entonces 13 veces campeón, 13 de 13 en finales, la leyenda absoluta del torneo, el tipo indestructible. El español choca la mano con su equipo, con Carlos Moyà, Marc López, Francis Roig y Rafa Maymó. Ruud le mira de reojo. Entonces, Nadal suelta la bolsa, coge la raqueta y empieza a moverse.
I thought the editing of the Nadal/Ruud pre-match intimidation game was brilliant
— Bastien Fachan (@BastienFachan) January 15, 2023
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"¿Cuánto queda más menos?", pregunta Ruud. Es un manojo de nervios. "Unos 30 segundos", le responde una voz. Ruud se queda quieto, moviendo levemente las piernas. Y de repente Nadal le pasa a pocos centímetros corriendo como un toro. Nadal no para quieto: va, vuelve, da raquetazos al aire, respira fuerte. El nórdico ha perdido antes de salir. "La gente que dice que ya había perdido el partido antes de salir a la pista quizás tenga razón", llegó a decir el protagonista.
Djokovic, uno de los que más ha sufrido a Nadal en París, nunca ha hablado de esos momentos previos en el túnel de vestuarios. Sin embargo, su amigo y compatriota Nemanja Nedovic, jugador de baloncesto, reveló lo que llegó a sufrir el número uno en esos momentos. "Nadal era como un toro, corría a su alrededor, hacía ejercicio, ocupaba el espacio. Nadal ganó casi todos esos partidos porque de algún modo mostraba su dominio. Ocupando ese espacio, estaba presagiando lo que iba a venir. Él intimida a sus oponentes", explicó Nedovid en un documental sobre Djokovic que se emitió en la televisión serbia en 2022.
"Si no recuerdo mal, Djokovic estaba entonces con Becker (se refiere a 2015). Y Becker le dijo: 'Tienes que ocupar tú ese espacio. Empieza a moverte, a correr, a respirar fuerte, como hace él. Demuéstrale que tú también dominas. Demuéstrale que estás ahí, que no vas a dar un paso al lado en la pista'", continuó el jugador de baloncesto. "Djokovic empezó a hacer eso y le ayudó mucho desde entonces. Incluso creo que ganó aquel partido con Nadal. Esos juegos psicológicos pueden tener un impacto muy grande".