Nadal resucita la vieja estrategia con la que destrozó a Federer: "Necesito que las cosas no vayan muy rápido"
Aunque los datos evidencian la mejoría del balear en el Mutua Madrid Open, su delicado estado físico no le permite desplegar todavía todo su potencial.
Los resúmenes del Nadal-De Miñaur que habrán visto por televisión o en redes sociales estarán llenos de puntazos, de passing shots y de golpes ganadores. De varios "vamos", de puños al aire y de gestos con la grada. Lo que seguramente no enseñaron esos resúmenes son las derechas de Nadal que volaron alto, muy alto, y que obligaron al australiano a jugar incómodo y lejos de su zona de confort. Fueron golpes mucho menos vistosos, pero que sirvieron para construir su mejor triunfo desde 2022.
Sin apenas continuidad en el circuito ATP desde hace dos años, el cuerpo de Nadal se está acostumbrando todavía a la máxima exigencia. El de este lunes ante Pedro Cachín (16:00 horas, en Movistar+ y Teledeporte) será el quinto que dispute desde que reapareció en Barcelona hace dos semanas. El abdominal ya no le molesta, pero los engranajes todavía no están aceitados y eso se nota.
"Hay cosas que no las puedo hacer aún de la manera en la que me gustaría. Necesito unos apoyos más potentes que me están faltando y tengo que ir todavía con un poquito de cuidado. Lo prioritario sigue siendo que no ocurra nada grave, tener la opción de explorar las siguientes semanas", decía el sábado por la tarde tras vencer al número 11 del ranking mundial.
Lo cierto es que las estadísticas hablan de una notable mejoría de Nadal en apenas una semana. Con datos de las plataformas TennisViz y Tennis Data Insights, la web especializada en tenis Tennismajors.com ha analizado 12 estadísticas de Nadal al servicio tanto de su partido ante De Miñaur en Barcelona como del duelo del sábado ante el australiano en Madrid. Nadal mejora en 11 parámetros, como por ejemplo velocidad de saque, puntos ganados o break point salvados.
"Tampoco nos dejemos llevar por la emoción de un partido, hay muchas cosas que se tiene que ir ajustando", decía Nadal tratando de calmar un poco la euforia que se generó tras su victoria sobre De Miñaur. "Todavía me gustaría girar más la bola de lado a lado, pero aún no puedo. Estoy más lento y atacando las bolas que puedo. Necesito jugar con táctica y que las cosas no sucedan tan rápido para no tener que hacer movimientos acelerados".
La estrategia de Arantxa y Conchita
Según ha ido avanzando en su carrera, Nadal ha ido acortando los puntos. Sabe que su físico ya no responde igual a los maratones. "Él sabe que tiene que ser agresivo, intentar no atascarse en peloteos largos y acortar los puntos. Llevamos tiempo trabajando en ello", decía en enero a L'Equipe Carlos Moyà, su entrenador. Pero aquello fue antes de que el físico tuviera apartado a Nadal hasta abril. Ahora las cosas han cambiado y Nadal ha recurrido a la vieja estrategia que tan buenos resultados le dio ante Federer: echar el cuerpo para atrás y pegarle la derecha con un top spin tremendo.
"Tengo que llevar los puntos más lentos y para que esto ocurra es vital jugar largo y alto", analizaba el sábado en la Caja Mágica. Durante muchos intercambios del partido ante De Miñaur, Nadal optó por esa táctica que también usaron en los 90 Arantxa Sánchez-Vicario y Conchita Martínez: sus pelotas pasaba por la red con una altura de más de dos metros y botaban más allá del cuadro de saque. A De Miñaur no le quedaba otra que montarse en la bola o dar varios pasos para atrás para golpearla. Mientras pudo, el australiano intentó llevar la iniciativa, pero en muchas ocasiones lo que ocurrió fue que reculaba y terminaba perdiendo la iniciativa.
El 'top spin' contra Federer
Eso fue justamente lo que le ocurrió durante muchos años a Federer en sus duelos contra Nadal. El español le machacaba el revés a una mano con el top spin y le obligaba a golpear siempre con la cabeza de la raqueta por encima del hombro, un gesto incomodísimo. Esa estrategia era todavía más exagerada en tierra batida.
Nadal martirizó a Federer con ese top spin y el suizo encontró la solución muy tarde. Fue en Indian Wells 2017, cuando ya en la recta final de su carrera decidió que ya no esperaría a Nadal atrás en la pista, sino que se pondría a golpear casi cada revés a bote pronto. Federer empezó a jugar una especie de ping-pong que desconcertó a Nadal.
"Ha jugado muy agresivo y su revés ha sido lo suficientemente bueno para ganar el partido", analizó aquel día Nadal. "No he tenido la respuesta correcta a sus restos. Necesitaba neutralizar las dos primeras bolas y no lo hice. Jugando a dos golpes es mejor que yo ahora, hace cinco años, hace diez y siempre. Cuando he sido capaz de neutralizar esas dos primeras bolas, he sido un poco mejor que él". De Miñaur no encontró la solución el sábado. Ahora es el turno de Pedro Cachín.