MUTUA MADRID OPEN

Nadal se agiganta en Madrid y se regala un día más: ¿Por qué no creer?

El balear logra ante De Miñaur su victoria de más enjundia en año y medio y se clasifica a la tercera ronda del Mutua Madrid Open.

Nacho Encabo

Nacho Encabo

Rafael Nadal crece, se agiganta e ilusiona. Rafael Nadal gana y sonríe. Rafael Nadal sigue vivo un día más. Rafael Nadal logra su mejor victoria desde 2022 tumbando a Álex de Miñaur y hace que la gente se pregunte por qué no. Por qué no soñar. No es el Rafael Nadal más exuberante, ni el más certero, ni siquiera el más efectivo, pero por qué no. Con victorias como las de este sábado... Por qué no creer.

El exnúmero uno, a un mes de cumplir los 38 años, vence a De Miñaur 7-6 (8-6) y 6-3 en la Caja Mágica y se clasifica a la tercera ronda del Mutua Madrid Open. El australiano es el número 11 del ranking ATP, un hueso durísimo de roer, el mismo que le eliminó hace una semana en el Conde de Godó. Y el horizonte invita a la confianza. El lunes se enfrentará al argentino Pedro Cachín y, si gana, en octavos jugaría ante Jiri Lehecka o Thiago Monteiro. Todos tienen peor ranking que De Miñaur. Por qué no creer.

Bajo la amenaza de que cualquier partido ahora puede ser el último que dispute en España -el homenaje ya está listo-, Nadal está siguiendo la hoja de ruta que se puso antes de volver en Barcelona. Jugar un par de partidos en el Godó, elevar el nivel en Madrid, continuar en Roma y después, a soñar en París. Por qué no creer.

Ya lo avanzaba Carlos Moyà, su entrenador, en una entrevista con Relevo el día anterior. Ha pasado sólo una semana, pero Nadal ya se va pareciendo más a Nadal. "La esperanza nuestra es que sí que va a ser un partido, más allá de ganar o perder, distinto a lo que fue en Barcelona. Esperamos un partido más cercano de lo que fue el primer set en Barcelona, donde Rafa compitió de tú a tú. Ahora hay algo más de garantías", dijo el técnico. Y cuánta razón. Por qué no creer.

A sus 25 años, De Miñaur está en su plenitud. Y corre como un condenado por la pista. The Demon le apodan. El demonio. ¿Recordáis al demonio de Tasmania de los Looney Tunes? Pues eso. No se cansa, no desfallece. Va 6-2 abajo contra Nadal en el tie break del segundo set y sigue peleando. Logra poner el 6-6 y ahí, un revés cruzado de Nadal besa la cinta y acaricia después la línea. La suerte está de su lado. Por qué no creer.

Después de un primer set tremendo, una hora y 19 minutos, Nadal saca el puño y agita una Caja Mágica en la que no hay un asiento libre. Hasta los palcos están llenos. Nadal se va al baño y vuelve igual de enchufado. Su cuerpo aguanta y resiste. Por qué no creer.

Es un Nadal mucho menos eléctrico con la derecha, el golpe con el que ha arrasado allá por donde ha ido. Le cuesta mandar y dominar los puntos. Mete pelotas que pasan la red por dos metros, golpes made in Arantxa Sánchez-Vicario. Golpes de resistir. Hay que aguantar. No es el Nadal más mandón, pero es un Nadal muy pesado. Y con eso le basta para vencer a De Miñaur. Sí, no es Djokovic, Carlos Alcaraz o Jannik Sinner, pero es el número 11 del mundo, un jugador que lleva 23 victorias este año, campeón en Acapulco y finalista en Rotterdam. Por qué no creer.