TENIS

Federer-Nadal, una rivalidad legendaria con un capítulo oscuro: "Es fácil no decir nada y quedas como un gentleman"

El suizo se retiró en 2022 y ahora le toca el turno al español. A continuación, repasamos algunos momentos clave que marcaron el duelo entre el suizo y el español.

Federer mira a Nadal con lágrimas en los ojos tras perder la final del Open de Australia 2009/. EFE
Federer mira a Nadal con lágrimas en los ojos tras perder la final del Open de Australia 2009 . EFE
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Épica, lágrimas, remontadas, abrazos, risas y algún que otro enfado. Roger Federer y Rafael Nadal son los protagonistas de una rivalidad que va más allá de la raqueta. Por todo lo que representaban dentro y fuera de la pista. Por su cordialidad y casi amistad en un deporte que se había acostumbrado en los 80' a unas rivalidades encarnizadas. Por ser tan opuestos. El rey de la hierba y el rey de la tierra. La frialdad y el nervio. La elegancia y la fiereza.

Se han enfrentado en 40 ocasiones desde aquel primer encuentro en Miami 2004. El balance es de 24-16 para el español, el gran dominador de esa rivalidad bautizada como "Fedal" y que quedará en los libros de historia por encima, incluso -según quien lo mire-, de los Nadal-Djokovic.

"Djokovic es el jugador al que me he enfrentado más, pero, para mí, mi mayor rival ha sido Federer. Porque, cuando yo llegué al circuito, era Federer el que estaba ahí y fue el primero", señalaba recientemente Nadal en una entrevista con 'As'. "En los años en los que yo estuve mejor de mi carrera en todos los sentidos, fueron Roger y Novak. Pero en los primeros, que son los que te marcan de una manera especial, siempre estaba Roger ahí". A continuación, diez momentos clave en la rivalidad, desde aquel día que Nadal habló del teletexto hasta las lágrimas de la Laver Cup, pasando también por aquel capítulo oscuro que los enfrentó en el Consejo de Jugadores de la ATP.

MIAMI 2004

EL TELETEXTO

Fue la primera vez que se veían cara a cara. Nadal era todavía un desconocido -viajó a Miami sin el tío Toni- y Federer acaba de estrenar su condición de número uno del mundo. Ganó el español en la tercera ronda por 6-3 y 6-3 y dejó una perla en la rueda de prensa posterior. Le preguntaron si creía que iba a tener el móvil colapsado de llamadas y su respuesta fue la siguiente: "No creo, porque son las cuatro de la madrugada en España. Mañana los periódicos no tendrán la noticia, pero quizás esté en internet y también en el teletexto… Entonces, empezaré a recibir llamadas".

Nadal en 2004 en el partido contra Federer en Miami 2004. AP
Nadal en 2004 en el partido contra Federer en Miami 2004. AP

MIAMI 2005

PRIMERA FINAL Y REMONTADA

Al año siguiente volvieron a enfrentarse en el mismo escenario, pero esta vez ya con la copa como premio. Fue el suizo, entonces indiscutible número uno, el que salió victorioso tras remontar dos sets e imponerse 2-6, 6-7 (4-7), 7-6 (7-5), 6-3 y 6-1. Por aquella época, las finales de los Masters 1000 se disputaban todavía al mejor de cinco sets. Fue la única vez que en su rivalidad que hubo una remontada de esas características.

Nadal y Federer en 2005. AFP
Nadal y Federer en 2005. AFP

ROMA 2006

CINCO HORAS DE BATALLA

Fue un encuentro épico en el que Nadal salvó dos match points antes de imponerse 6-7 (0-7), 7-6 (7-5), 6-4, 2-6 y 7-6 (7-5) en cinco horas y cinco minutos. Si alguien tenía dudas, aquella final las despejó todas: la rivalidad entre el helvético y el español iba a dar grandes momentos al tenis y era Nadal el que tenía la sartén por el mango. De los seis duelos disputados hasta el momento, se había llevado cinco.

Nadal y Federer se saludan en 2006. AFP
Nadal y Federer se saludan en 2006. AFP

HAMBURGO 2007

EL DESQUITE

Federer había perdido sus cinco encuentros anteriores ante Nadal en tierra y el español llevaba una racha de 81 triunfos seguidos en esa superficie, uno de los récords más inverosímiles que tiene el español. Así se citaron en la final de Hamburgo, que todavía era un ATP Masters, y contra todo pronóstico ganó Federer. Además, lo hizo remontando y con un rosco incluido en el tercer set (2-6, 6-2 y 6-0). Federer solo volvería a ganar una vez más a Nadal en tierra batida, en el año 2009 en Madrid.

Nadal y Federer se saludan tras la final en Hamburgo. Reuters
Nadal y Federer se saludan tras la final en Hamburgo. Reuters

ROLAND GARROS 2008

LA PALIZA

Fue posiblemente el partido más desigualado de cuantos han jugado. Nadal aplastó al suizo por 6-1, 6-3 y 6-0 en la final de Roland Garros para conquistar su cuarta Copa de los Mosqueteros consecutiva. Federer simplemente no tuvo nada que hacer. Fue en aquella edición cuando Nicolás Almagro pronunció aquella frase de "tendrá 65 años y seguirá ganando Roland Garros". No iba mal desencaminado.

Federer, abatido en Roland Garros por Nadal. AP
Federer, abatido en Roland Garros por Nadal. AP

WIMBLEDON 2008

LA ÉPICA

Está considerado como el mejor partido de todos los tiempos. Nadal llevaba dos finales seguidas cayendo ante Federer en Wimbledon, pero esta vez se impuso por 6-4, 6-4, 6-7 (5-7), 6-7 (6-8) y 9-7 tras casi cinco horas. Nadal envió un poderoso mensaje al mundo y a Federer: él era un especialista en tierra, pero también un jugador de muchos quilates en cualquier superficie. A las pocas semanas, el mallorquín le arrebataría el número uno del ranking mundial.

Nadal y Federer tras el partido de Wimbledon 2008. AFP
Nadal y Federer tras el partido de Wimbledon 2008. AFP

AUSTRALIA 2009

LAS LÁGRIMAS

Nadal llevaba cuatro finales consecutivas ganando a Federer y le había apartado del número uno. El suizo jugaba esta vez en su territorio y esperaba poder darle la vuelta a la situación, pero acabó perdiendo en cinco sets (7-5, 3-6, 7-6, 3-6 y 6-2). No encontraba la manera de ganar a su gran rival. El suizo, descompuesto, rompió a llorar en la ceremonia de premiación. "Esto me está matando".

Nadal y Federer tras la final en Australia. AFP
Nadal y Federer tras la final en Australia. AFP

AUSTRALIA 2012

LA TENSIÓN

Esta vez el cara a cara no fue en la pista, sino en los despachos. Tras varios años de relación impecable a pesar de la rivalidad, Federer y Nadal empezaron a chocar en 2011 por su visión del circuito profesional. Federer era el presidente del Consejo de Jugadores y Nadal, su vicepresidente. La tensión se mantuvo más o menos en secreto hasta que el español, durante el Abierto de Australia 2012, dejó de morderse la lengua. "Estoy en desacuerdo con él. Es muy fácil decir 'yo no digo nada, todo es positivo' y quedo como un gentleman y que se quemen los demás", soltó. El español derrotó a Federer en las semifinales de aquel Abierto de Australia y semanas después renunciaría a su cargo como vicepresidente de la ATP.

Nadal estalla de euforia tras ganar a Roger. Reuters
Nadal estalla de euforia tras ganar a Roger. Reuters

AUSTRALIA 2017

EL REENCUENTRO

El tiempo calmó las aguas y la amistad y la cordialidad volvieron a aflorar en los años siguientes. Además, la irrupción de Djokovic les sacó del foco y entre 2014 y 2016 jugaron apenas dos partidos entre sí. La rivalidad parecía que llegaba a su fin, y más después de que en la segunda mitad de 2016 apenas compitieran por problemas físicos. Alguno hubo que les dio por acabados. Pero en enero de 2017 demostraron que están hechos de otra pasta. Alcanzaron la final de Australia y se impuso Federer por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3. "En el tenis no hay empates, pero, si los hubiera, aceptaría orgulloso compartirlo contigo esta noche, Rafa", le dijo el suizo tras recoger la copa.

Nadal y Federer se saludan en la final. Reuters
Nadal y Federer se saludan en la final. Reuters

LAVER 2022

EL ADIÓS

Tras jugar juntos por primera vez en la Laver de 2017, la edición de 2022 dejó una imagen para la posteridad. Federer había anunciado que se iba a retirar y quiso hacerlo en un partido de dobles junto a Nadal. Lo que ocurrió después trascendió al tenis, al deporte y casi a la vida. Federer y Nadal, llorando como niños, haciéndose caricias con las manos y sin poder contener las emociones. Su última imagen juntos fue el resumen perfecto de lo que significaron el uno para el otro.

Nadal y Federer llorando en la final de la Laver Cup 2022. EFE
Nadal y Federer llorando en la final de la Laver Cup 2022. EFE